Parallel Verses
Biblia del Jubileo 2000 (Grátis)
Esperé yo al SEÑOR, esperó mi alma; a su palabra he esperado.
La Biblia de las Américas
Espero en el SEÑOR; {en El} espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza.
Reina Valera 1909
Esperé yo á Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado.
La Nueva Biblia de los Hispanos
Espero en el SEÑOR; {en El} espera mi alma, Y en Su palabra tengo mi esperanza.
Spanish: Sagradas Escrituras 1569
Esperé yo al SEÑOR, esperó mi alma; a su palabra he esperado.
Spanish: Reina Valera Gómez
Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado.
New American Standard Bible
I wait for the LORD, my soul does wait, And in His word do I hope.
Artículos
Referencias Cruzadas
Salmos 33:20
Nuestra alma esperó al SEÑOR; nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
Salmos 119:81
CAF Desfalleció de deseo mi alma por tu salvación, esperando a tu palabra.
Isaías 8:17
Esperaré, pues, al SEÑOR, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y a él aguardaré.
Salmos 27:14
Aguarda al SEÑOR; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera al SEÑOR.
Salmos 40:1
Pacientemente esperé al SEÑOR, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Isaías 26:8
Aun en el camino de tus juicios, oh SEÑOR, te esperamos, a tu nombre y a tu memoria es el deseo del alma.
Salmos 62:1
En Dios solamente se reposa mi alma; de él es mi salud.
Salmos 62:5
Alma mía, en Dios solamente reposa; porque de él es mi esperanza.
Génesis 49:18
Tu salud esperé, oh SEÑOR.
Salmos 119:42
Y daré por respuesta a mi avergonzador, que en tu palabra he confiado.
Salmos 119:49
ZAIN Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.
Salmos 119:74
Los que te temen, me verán, y se alegrarán; porque en tu palabra he esperado.
Salmos 119:114
Mi escondedero y mi escudo eres tú; a tu palabra he esperado.
Isaías 30:18
Por tanto, el SEÑOR os esperará para tener misericordia de vosotros, y por tanto será ensalzado teniendo de vosotros misericordia; porque el SEÑOR es Dios de juicio; bienaventurados todos los que a él esperan.
Lucas 2:25
Y he aquí, había un hombre en Jerusalén, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo era sobre él.
Lucas 2:38
Y ésta, sobreviniendo en la misma hora, juntamente confesaba al Señor, y hablaba de él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
Hebreos 6:18
para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a unirnos a la esperanza propuesta;