'Al Señor' en la Biblia
Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto.
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra presente al SEÑOR.
Y dijo Caín al SEÑOR: Grande es mi iniquidad para ser soportada.
Y le pesó al SEÑOR haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón.
Y edificó Noé un altar al SEÑOR y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.
Y apareció el SEÑOR a Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí un altar al SEÑOR, que se le había aparecido.
Y se pasó de allí a un monte al oriente de Betel, y tendió su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar al SEÑOR, e invocó el nombre del SEÑOR.
Y asentó Abram su tienda, y vino, y moró en el alcornocal de Mamre, que es en Hebrón, y edificó allí altar al SEÑOR.
Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano al SEÑOR Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra,
Y creyó al SEÑOR, y se lo contó por justicia.
Y Abraham se acercó al SEÑOR y dijo: `` ¿En verdad destruirás al justo junto con el impío?
Y Abraham respondió, y dijo: He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor, yo que soy polvo y ceniza.
Y {Abraham} dijo: He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor; tal vez se hallen allí veinte. Y El respondió: No {la} destruiré por consideración a los veinte.
El varón entonces se inclinó, y adoró al SEÑOR.
y me incliné, y adoré al SEÑOR, y bendije al SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo.
Y fue, que cuando el siervo de Abraham oyó sus palabras, se inclinó a tierra al SEÑOR.
Y oró Isaac al SEÑOR por su mujer, que era estéril; y lo aceptó el SEÑOR, y concibió Rebeca su mujer.
Y los hijos se combatían dentro de ella; y dijo: Si es así ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar al SEÑOR.
Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré al SEÑOR; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.
Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: El SEÑOR Dios de los hebreos, nos ha encontrado; por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que sacrifiquemos al SEÑOR nuestro Dios.
Entonces dijo Moisés al SEÑOR: ¡Ruego Señor! Yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas a tu siervo; porque soy pesado de boca y pesado de lengua.
Y el Faraón respondió: ¿Quién es el SEÑOR, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco al SEÑOR, ni tampoco dejaré ir a Israel.
Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, y sacrificaremos al SEÑOR nuestro Dios; para que no nos encuentre con pestilencia o con espada.
Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y sacrifiquemos al SEÑOR.
Entonces Moisés se volvió al SEÑOR, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?
Entonces el Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad al SEÑOR que quite las ranas de mí y de mi pueblo; y dejaré ir al pueblo, para que sacrifique al SEÑOR.
Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia del Faraón, y clamó Moisés al SEÑOR sobre el negocio de las ranas que había puesto al Faraón.
Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque sacrificaríamos al SEÑOR nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?
Camino de tres días iremos por el desierto, y sacrificaremos al SEÑOR nuestro Dios, como él nos lo ha dicho.
Y dijo el Faraón: Yo os dejaré ir para que sacrifiquéis al SEÑOR vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.
Y respondió Moisés: He aquí, saliendo yo de tu presencia, rogaré al SEÑOR que las diversas suertes de moscas se vayan del Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que el Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a sacrificar al SEÑOR.
Entonces Moisés salió de la presencia del Faraón, y oró al SEÑOR.
Orad al SEÑOR; y cesen los truenos de Dios y el granizo; y yo os dejaré ir, y no quedaréis más aquí.
Y le respondió Moisés: Saliendo yo de la ciudad extenderé mis manos al SEÑOR, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que del SEÑOR es la tierra.
En cuanto a ti y a tus siervos, sé que aún no teméis al SEÑOR Dios.
Y salido Moisés de la presencia de Faraón y de la ciudad, extendió sus manos al SEÑOR, y cesaron los truenos y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la tierra.
Entonces los siervos del Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser éste por lazo? Deja ir a estos hombres, para que sirvan al SEÑOR su Dios; ¿aún no sabes que Egipto se pierde?
Y Moisés y Aarón volvieron a ser llamados al Faraón, el cual les dijo: Andad, servid al SEÑOR vuestro Dios. ¿Quién y quiénes son los que han de ir?
Y Moisés respondió: Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos; con nuestros hijos y nuestras hijas; con nuestras ovejas y nuestras vacadas iremos, porque hemos de celebrar una fiesta {solemne} al SEÑOR.
No será así: id ahora vosotros los varones, y servid al SEÑOR; porque esto es lo que vosotros demandasteis. Y los echaron de delante del Faraón.
Mas ruego ahora que perdones mi pecado solamente esta vez, y que oréis al SEÑOR vuestro Dios que quite de mí solamente esta muerte.
Y salió de la presencia del Faraón, y oró al SEÑOR.
Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: Id, servid al SEÑOR; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros.
Y Moisés respondió: Tú también nos darás en nuestras manos sacrificios y holocaustos, que sacrifiquemos al SEÑOR nuestro Dios.
Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una uña; porque de ellos hemos de tomar para servir al SEÑOR nuestro Dios; y no sabemos con qué hemos de servir al SEÑOR, hasta que lleguemos allá.
Y este día os ha de ser en memoria, y habéis de celebrarlo como fiesta al SEÑOR por vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.
vosotros diréis: ``Es un sacrificio de la Pascua al SEÑOR, el cual pasó de largo las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas." Y el pueblo se postró y adoró.
E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros, y los hijos de Israel; e id, servid al SEÑOR, como habéis dicho.
Esta es noche de guardar al SEÑOR, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardar al SEÑOR todos los hijos de Israel por sus edades.
Mas si algún extranjero peregrinare contigo, y quisiere hacer la pascua al SEÑOR, séale circuncidado todo varón, y entonces se llegará a hacer este sacrificio, y será como el natural de la tierra; pero ningún incircunciso comerá de ella.
Siete días comerás sin leudar, y el séptimo día será fiesta al SEÑOR.
harás pasar al SEÑOR todo lo que abriere la matriz, asimismo todo primerizo que abriere la matriz de tus animales; los machos serán del SEÑOR.
y endureciéndose el Faraón en no dejarnos ir, el SEÑOR mató en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; y por esta causa yo sacrifico al SEÑOR todo macho que abre matriz, y rescato todo primogénito de mis hijos.
Y cuando el Faraón llegó, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí los egipcios que venían tras ellos; y temieron en gran manera, y clamaron los hijos de Israel al SEÑOR.
Y vio Israel aquel grande hecho que el SEÑOR ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió al SEÑOR, y creyeron al SEÑOR y a Moisés su siervo.
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico al SEÑOR, y dijeron: Cantaré yo al SEÑOR, porque se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo y al que en él subía.
Y María les respondía: Cantad al SEÑOR; porque en extremo se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo, y al que en él subía.
Y Moisés clamó al SEÑOR; y el SEÑOR le mostró un árbol, el cual cuando lo metió dentro de las aguas, las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y derechos, y allí los probó;
él les respondió: Esto es lo que ha dicho el SEÑOR: ``Mañana es día de reposo, día de reposo consagrado al SEÑOR. Coced lo que habéis de cocer y hervid lo que habéis de hervir, y todo lo que sobre guardad{lo} para mañana."
Y riñó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué reñís conmigo? ¿Por qué tentáis al SEÑOR?
Entonces clamó Moisés al SEÑOR, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.
Y llamó el nombre de aquel lugar Masá y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron al SEÑOR, diciendo: ¿Está, pues, el SEÑOR entre nosotros, o no?
Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que el SEÑOR ha dicho haremos. Y Moisés refirió las palabras del pueblo al SEÑOR.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés denunció las palabras del pueblo al SEÑOR.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Desciende, requiere al pueblo que no traspasen el término para ver al SEÑOR, porque caerá multitud de ellos.
Y también los sacerdotes que se acercan al SEÑOR, se santifiquen, para que el SEÑOR no haga en ellos estrago.
Y Moisés dijo al SEÑOR: El pueblo no podrá subir al monte de Sinaí, porque tú nos has requerido diciendo: Señala términos al monte, y santifícalo.
Y el SEÑOR le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el término para subir al SEÑOR, para que no haga entre ellos estrago.
mas el séptimo día será sábado al SEÑOR tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas;
El que sacrificare a dioses, excepto sólo al SEÑOR, será muerto.
Mas al SEÑOR vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
Y dijo a Moisés: Sube al SEÑOR, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos.
Mas Moisés sólo se acercará al SEÑOR; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él.
Y envió a los jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y sacrificaron becerros como sacrificios de paz al SEÑOR.
Harás además una flor abierta de oro fino, y grabarás en ella grabadura de sello, SANTIDAD AL SEÑOR.
Y quemarás todo el carnero sobre el altar: es holocausto al SEÑOR, olor grato, es ofrenda encendida al SEÑOR.
Después lo tomarás de sus manos, y lo harás arder sobre el altar sobre el holocausto, por olor agradable delante del SEÑOR. Es ofrenda encendida al SEÑOR.
Esto será como porción perpetua de parte de los hijos de Israel para Aarón y sus hijos, porque es ofrenda alzada; y será una ofrenda alzada de los hijos de Israel, de los sacrificios de sus ofrendas de paz, su ofrenda alzada al SEÑOR.
Y ofrecerás el otro cordero a la caída de la tarde, haciendo conforme al presente de la mañana, y conforme a su libación, en olor de suavidad; será ofrenda encendida al SEÑOR.
Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre de la reconciliación por el pecado; una vez en el año hará reconciliación sobre él en vuestras edades; será santísimo al SEÑOR.
Cuando tomares el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará al SEÑOR el rescate de su alma, cuando los contares, y no habrá en ellos mortandad por haberlos contado.
Esto dará cualquiera que pasare por la cuenta: medio siclo conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte óbolos; la mitad de un siclo será la ofrenda al SEÑOR.
Cualquiera que pasare por la cuenta, de veinte años arriba, dará la ofrenda al SEÑOR.
Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá de medio siclo, cuando dieren la ofrenda al SEÑOR para hacer reconciliación por vuestras almas.
Cuando entraren en el tabernáculo del testimonio, se han de lavar con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para encender al SEÑOR la ofrenda que se ha de consumir al fuego,
Seis días se hará obra, y el séptimo día, sábado de reposo, será santo al SEÑOR; cualquiera que hiciere obra el día del sábado, morirá ciertamente.
Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta al SEÑOR.
Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado al SEÑOR, porque cada uno se ha consagrado en su hijo, y en su hermano, para que dé él hoy bendición sobre vosotros.
Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado; mas yo subiré ahora al SEÑOR; por ventura le haré reconciliación por vuestro pecado.
Entonces volvió Moisés al SEÑOR, y dijo: Yo te ruego, pues, este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro,
Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo extendió fuera del campamento, lejos del campamento, y lo llamó el tabernáculo del testimonio. Y fue, que cualquiera que requería al SEÑOR, salía al tabernáculo del testimonio, que estaba fuera del campamento.
Y dijo Moisés al SEÑOR: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién has de enviar conmigo; sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos.
Seis días se hará obra, mas el día séptimo os será santo, sábado de reposo al SEÑOR; cualquiera que en él hiciere obra, morirá.
Tomad de entre vosotros ofrenda para el SEÑOR; todo generoso de corazón la traerá al SEÑOR: oro, plata, bronce;
Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, y trajeron ofrenda al SEÑOR para la obra del tabernáculo del testimonio, y para todo su servicio, y para las santas vestiduras.
Y vinieron así hombres como mujeres, todo voluntario de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes, y toda joya de oro; y cualquiera ofrecía ofrenda de oro al SEÑOR.
Cualquiera que ofrecía ofrenda de plata o de bronce, traía al SEÑOR la ofrenda; y todo el que se hallaba con madera de cedro, la traía para toda la obra del servicio.
De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que el SEÑOR había mandado por medio de Moisés que hicieran, trajeron ofrenda voluntaria al SEÑOR.
También hicieron la flor abierta, la corona de la santidad, de oro puro, y escribieron en ella de grabadura de sello, el rótulo, SANTIDAD AL SEÑOR.
Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofreciere ofrenda al SEÑOR de animales, de ganado vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda.
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