14 Versículo de la Biblia sobre Comprensión espiritual
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Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos pues a él fuera del campamento, llevando su vituperio.
Y subieron sobre la anchura de la tierra, y circundaron el campo de los santos, y la Ciudad amada. Y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró.
Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían la palabra.
les dijo: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creisteis? Y ellos le dijeron: Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo.
Porque ya sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido a sujeción del pecado.
Mas el que escudriña los corazones, sabe qué es el deseo del Espíritu, que conforme a Dios, demanda por los santos.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del mismo hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas que son de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Porque el que habla en lenguas, no habla a los hombres, sino a Dios; porque nadie le entiende, aunque por el Espíritu hable misterios.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir a Dios que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y entendimiento espiritual;
En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesús, el Cristo, es venido en carne es de Dios;
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios.
Entonces, llegándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? Y él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros es concedido saber los misterios del Reino de los cielos; mas a ellos no es concedido.
El les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente. Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Entonces les abrió el sentido, para que entendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;