11 Versículos de la Biblia sobre El engaño que conducen a la sentencia
Versículos Más Relevantes
Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete injusticia, es abominación para el SEÑOR tu Dios.
Pero tú, oh Dios, los harás caer al pozo de la destrucción; los hombres sanguinarios y engañadores no vivirán la mitad de sus días; mas yo en ti confiaré.
Has rechazado a todos los que se desvían de tus estatutos, porque su engaño es en vano.
El pan obtenido con falsedad es dulce al hombre, pero después su boca se llenará de grava.
Saeta mortífera es su lengua, engaño habla; con su boca habla {cada uno} de paz a su prójimo, pero dentro de sí le tiende emboscada. Por estas cosas ¿no los castigaré? --declara el SEÑOR. De una nación como ésta ¿no se vengará mi alma?
Y estará mi mano contra los profetas que ven visiones falsas y hablan adivinaciones mentirosas. No estarán en el consejo de mi pueblo, no serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni entrarán en la tierra de Israel; y sabréis que yo soy el Señor DIOS.
Entonces Pedro le {dijo:} ¿Por qué os pusisteis de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Mira, los pies de los que sepultaron a tu marido están a la puerta, y te sacarán {también} a ti. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró. Al entrar los jóvenes, la hallaron muerta, y {la} sacaron y {le} dieron sepultura junto a su marido.
Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas siete plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,Leer más.
y tenía la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino. Tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y {en ellas había} nombres escritos, que son {los} de las doce tribus de los hijos de Israel. {Había} tres puertas al este, tres puertas al norte, tres puertas al sur y tres puertas al oeste. El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos {estaban} los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. Y el que hablaba conmigo tenía una vara de medir de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. Y la ciudad está asentada en {forma de} cuadro, y su longitud es igual que su anchura. Y midió la ciudad con la vara, doce mil estadios; y su longitud, anchura y altura son iguales. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, {según} medida humana, que es {también} de ángel. El material del muro era jaspe, y la ciudad era {de} oro puro semejante al cristal puro. Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas: el primer cimiento, jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, sardónice; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; y el duodécimo, amatista. Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla; y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente. Y no vi en ella templo alguno, porque su templo es el Señor, el Dios Todopoderoso, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero {es} su lumbrera. Y las naciones andarán a su luz, y los reyes de la tierra traerán a ella su gloria. Sus puertas nunca se cerrarán de día (pues allí no habrá noche); y traerán a ella la gloria y el honor de las naciones; y jamás entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero.
Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales, los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.