48 Versículo de la Biblia sobre Experiencia de Dios
Versículos Más Relevantes
Chet Gustad, y ved que es bueno el SEÑOR; dichoso el hombre que confiará en él.
Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoced al SEÑOR: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dijo el SEÑOR; porque perdonaré su maldad, y no me acordaré más de su pecado.
Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida.
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Porque es imposible que los que una vez recibieron la luz, y que gustaron aquel don celestial, y que fueron hechos partícipes del Espíritu Santo; y que así mismo gustaron la buena palabra de Dios, y las virtudes del siglo venidero,
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis ignorando las Escrituras, y la potencia de Dios.
Y fueron éstos más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, para ver si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos de ellos; y mujeres griegas honestas, y no pocos hombres.
y que sabes las Sagradas Escrituras desde la niñez, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada divinamente y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, perfectamente equipado para toda buena obra.
Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar (otra vez) en temor; mas habéis recibido el Espíritu de adopción (de hijos), por el cual clamamos, ¡Abba, Padre! Porque el mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que permanece con vosotros para siempre: Al Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque permanece con vosotros, y será en vosotros.
El me clarificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre, mío es; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
antes, como está escrito: Lo que ojo no vio, ni oreja oyó, ni ha subido en corazón de hombre, es lo que Dios ha preparado para aquellos que le aman. Pero Dios nos lo reveló a nosotros por su Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron; ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese otro tanto por el que en él espera.
Y sabed hoy; porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo del SEÑOR vuestro Dios, su grandeza, su mano fuerte, y su brazo extendido, y sus señales, y sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón, rey de Egipto, y a toda su tierra; y lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos, y a sus carros; cómo hizo ondear las aguas del mar Bermejo sobre ellos, cuando venían tras vosotros, y el SEÑOR los destruyó hasta hoy;Leer más.
y lo que ha hecho con vosotros en el desierto, hasta que habéis llegado a este lugar; y lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos y a sus casas, y sus tiendas, y toda la hacienda que tenían en pie en medio de todo Israel; mas vuestros ojos han visto todos los grandes hechos que el SEÑOR ha ejecutado.
No con nuestros padres hizo el SEÑOR este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos. Cara a cara habló el SEÑOR con vosotros en el monte de en medio del fuego.
Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar Peniel; porque vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora, y veré esta grande visión, por qué causa el zarzal no se quema. Y viendo el SEÑOR que iba a ver, lo llamó Dios de en medio del zarzal, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
Y procediendo, aconteció que llegando cerca de Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él Señor dijo: YO SOY Jesus el Nazareno a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.Leer más.
El, temblando y temeroso, dijo: ¿Señor, qué quieres que haga? Y el Señor le dice : Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene hacer.
Conozco un hombre en el Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé: Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre, (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé: Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que el hombre no puede decir.
Y cuando yo le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; YO SOY el primero y el último;
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez varones de todas las lenguas de los gentiles, tomarán del manto del varón judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.
Así dice el SEÑOR: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos hombres agigantados, se pasarán a ti, y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; a ti harán reverencia, y a ti suplicarán: diciendo : Cierto, en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.
Mas si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, de todos es convencido, de todos es juzgado; porque lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está en vosotros.
Y sirvió Israel al SEÑOR todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vivieron después de Josué, y que sabían todas las obras del SEÑOR, que había hecho con Israel.
Boca a boca hablaré con él, y de vista; el no verá al SEÑOR por figuras o semejanza; ¿por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Y viendo Gedeón que era el ángel del SEÑOR, dijo: Ay, Señor DIOS, que he visto al ángel del SEÑOR cara a cara.
Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo en que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día que fue recibido arriba de entre nosotros, uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo yo aprendí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce.Leer más.
Después apareció a más de quinientos hermanos juntos; de los cuales muchos viven aún, y otros son muertos. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles.
Porque nosotros no os hemos dado a conocer la potencia y la venida de nuestro Señor Jesús, el Cristo, siguiendo fábulas por arte compuestas; sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Porque él había recibido de Dios el Padre honra y gloria, cuando una tal voz fue a él enviada de la magnífica gloria: Este es el amado Hijo mío, en el cual yo me he agradado. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos juntamente con él en el Monte Santo.
y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis señales que di entre ellos; y para que sepáis que yo soy el SEÑOR.
Cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué son los testimonios, y estatutos, y derechos, que el SEÑOR nuestro Dios os mandó? Entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano fuerte;
Porque pregunta ahora a la edad pasada, y disponte para inquirir de sus padres de ellos; porque nosotros somos desde ayer, y no sabemos, siendo nuestros días sobre la tierra como sombra.
Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares; hasta que denuncie tu brazo a la posteridad; tus valentías a todos los que han de venir.
Pero he aquí, vienen días, dijo el SEÑOR, que no se dirá más: Vive el SEÑOR, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto; sino: Vive el SEÑOR, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del aquilón, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus padres.
De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
Vino María Magdalena dando las nuevas a los discípulos: Que he visto al Señor, y estas cosas me dijo.
Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sabido que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado bien , y nuestras manos han tocado de la Palabra de vida; (porque la vida es manifestada; y también lo vimos, y testificamos, y os mostramos aquella la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha aparecido); lo que hemos visto y oído, esto os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y que nuestra comunión sea con el Padre, y con su Hijo Jesús, el Cristo.
Entonces él respondió, y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Pero Jesús no le permitió, sino le dijo: Vete a tu casa a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho con él; y todos se maravillaban.
Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, predicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.
Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a aquellos hombres: Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿si quizás es éste el Cristo?
¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes de los cinco mil hombres , y cuántos cestos alzasteis? ¿Ni de los siete panes de los cuatro mil, y cuántas canastas tomasteis?
¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no os acordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos alzasteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos alzasteis? Y ellos dijeron: Siete.