'Corona' en la Biblia
Y cubrirlo has de oro puro, su techado, y sus paredes en derredor, y sus cuernos: y le harás en derredor una corona de oro.
Le harás también dos anillos de oro debajo de su corona á sus dos esquinas en ambos lados suyos, para meter los varales con que será llevado.
Y cubriólo de oro puro, su mesa y sus paredes alrededor, y sus cuernos: é hízole una corona de oro alrededor.
Hízole también dos anillos de oro debajo de la corona en las dos esquinas á los dos lados, para pasar por ellos las varas con que había de ser conducido.
Ni saldrá del santuario, ni contaminará el santuario de su Dios; porque la corona del aceite de la unción de su Dios está sobre él: Yo Jehová.
Yo entonces púseme sobre él, y matélo, porque sabía que no podía vivir después de su caída: y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la ajorca que traía en su brazo, y helas traído acá á mi señor.
Y tomó la corona de su rey de su cabeza, la cual pesaba un talento de oro, y tenía piedras preciosas; y fué puesta sobre la cabeza de David. Y trajo muy grande despojo de la ciudad.
Sacando luego Joiada al hijo del rey, púsole la corona y el testimonio, é hiciéronle rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: Viva el rey!
Y tomó David la corona de su rey de encima de su cabeza, y hallóla de peso de un talento de oro, y había en ella piedras preciosas; y fué puesta sobre la cabeza de David. Y Además de esto sacó de la ciudad un muy gran despojo.
Entonces sacaron al hijo del rey, y pusiéronle la corona y el testimonio, é hiciéronle rey; y Joiada y sus hijos le ungieron, diciendo luego: Viva el rey!
Que trajesen á la reina Vasthi delante del rey con la corona regia, para mostrar á los pueblos y á los príncipes su hermosura; porque era linda de aspecto.
Y el rey amó á Esther sobre todas las mujeres, y halló gracia y benevolencia delante de él más que todas las vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, é hízola reina en lugar de Vasthi.
Traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza;
Y salió Mardochêo de delante del rey con vestido real de cárdeno y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura: y la ciudad de Susán se alegró y regocijó.
Hame despojado de mi gloria, Y quitado la corona de mi cabeza.
Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, Y me lo ataría en lugar de corona.
Pues le has salido al encuentro con bendiciones de bien: Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
Por tanto soberbia los corona: Cúbrense de vestido de violencia.
Rompiste el pacto de tu siervo; Has profanado su corona hasta la tierra.
El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;
A sus enemigos vestiré de confusión: Mas sobre él florecerá su corona.
Adorno de gracia dará á tu cabeza: Corona de hermosura te entregará.
La mujer virtuosa corona es de su marido: Mas la mala, como carcoma en sus huesos.
Las riquezas de los sabios son su corona: Mas es infatuación la insensatez de los necios.
Corona de honra es la vejez, Que se hallará en el camino de justicia.
Corona de los viejos son los hijos de los hijos; Y la honra de los hijos, sus padres.
Porque las riquezas no son para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?
Salid, oh doncellas de Sión, y ved al rey Salomón Con la corona con que le coronó su madre el día de su desposorio, Y el día del gozo de su corazón.
AY de la corona de soberbia, de los ebrios de Ephraim, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!
Con los pies será hollada la corona de soberbia de los borrachos de Ephraim;
En aquel día Jehová de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura á las reliquias de su pueblo;
Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo.
Di al rey y á la reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la corona de vuestra gloria bajó de vuestras cabezas.
Cayó la corona de nuestra cabeza: Ay ahora de nosotros! porque pecamos.
Así ha dicho el Señor Jehová: Depón la tiara, quita la corona: ésta no será más ésta: al bajo alzaré, y al alto abatiré.
Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como á rebaño de su pueblo: porque serán engrandecidos en su tierra como piedras de corona.
Y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; é hincando la rodilla delante de él, le burlaban, diciendo: Salve, Rey de los Judíos!
Y le visten de púrpura; y poniéndole una corona tejida de espinas,
Y los soldados entretejieron de espinas una corona, y pusiéron la sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de grana;
Y salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. Y díceles Pilato: He aquí el hombre.
Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene: y ellos, á la verdad, para recibir una corona corruptible; mas nosotros, incorruptible.
ASI que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
Porque ¿cuál es nuestra esperanza, ó gozo, ó corona de que me gloríe? ¿No sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo en su venida?
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo á mí, sino también á todos los que aman su venida.
Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman.
Y cuando apareciere el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Y miré, y he aquí un caballo blanco: y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fué dada una corona, y salió victorioso, para que también venciese.
Y UNA grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Y miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda.
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