'Entonces' en la Biblia
Entonces pusieron sobre él comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron al Faraón las ciudades de los bastimentos: Pitón y Ramesés.
Cuando asistáis a las hebreas, y veáis el sexo, si fuere hijo, matadlo; y si fuere hija, entonces viva.
Entonces el Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad en el río todo hijo que naciere, y a toda hija dad la vida.
Entonces su hermana dijo a la hija del Faraón: ¿Iré a llamarte un ama de las hebreas, para que te críe este niño?
Y la hija del Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño;
Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esta cosa es descubierta.
Mas los pastores vinieron, y las echaron. Entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas.
Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora, y veré esta grande visión, por qué causa el zarzal no se quema.
Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya al Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.
Entonces Moisés respondió, y dijo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No se te ha aparecido el SEÑOR.
Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se tornó vara en su mano.
Entonces dijo Moisés al SEÑOR: ¡Ruego Señor! Yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas a tu siervo; porque soy pesado de boca y pesado de lengua.
Entonces el SEÑOR se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y aun he aquí que él te saldrá a recibir, y viéndote, se alegrará de su corazón.
Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto; tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.
Entonces Séfora arrebató un pedernal, y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: Porque tú me eres esposo de sangre.
Entonces se apartó de él. Y ella le dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.
Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras del SEÑOR que le enviaba, y todas las señales que le había dado.
Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su obra? Idos a vuestros cargos.
Entonces el pueblo se derramó por toda la tierra de Egipto a coger rastrojo para hornija.
Entonces los gobernadores de los hijos de Israel se vieron en aflicción, habiéndoseles dicho: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.
Entonces Moisés se volvió al SEÑOR, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?
Entonces el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para el Faraón rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.
Entonces el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: Yo soy el SEÑOR; di al Faraón rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti.
Moisés entonces era de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron al Faraón.
Entonces llamó también el Faraón sabios y encantadores; e hicieron también lo mismo los encantadores de Egipto con sus encantamientos;
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: El corazón del Faraón está agravado, que no quiere dejar ir al pueblo.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Entra al Faraón, y dile: El SEÑOR ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirvan.
Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.
Entonces el Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad al SEÑOR que quite las ranas de mí y de mi pueblo; y dejaré ir al pueblo, para que sacrifique al SEÑOR.
Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia del Faraón, y clamó Moisés al SEÑOR sobre el negocio de las ranas que había puesto al Faraón.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara, y hiere el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por toda la tierra de Egipto.
Entonces los magos dijeron al Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón del Faraón se endureció, y no los escuchó; como el SEÑOR lo había dicho.
Entonces el Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, sacrificad a vuestro Dios en la tierra de Egipto .
Entonces Moisés salió de la presencia del Faraón, y oró al SEÑOR.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Entra al Faraón, y dile: El SEÑOR Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirvan;
Entonces el Faraón envió a ver , y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón del Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante del Faraón, y dile: El SEÑOR Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
Entonces el Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; el SEÑOR es justo, y yo y mi pueblo impíos.
Entonces vinieron Moisés y Aarón al Faraón, y le dijeron: El SEÑOR Dios de los hebreos, ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirvan.
Entonces los siervos del Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser éste por lazo? Deja ir a estos hombres, para que sirvan al SEÑOR su Dios; ¿aún no sabes que Egipto se pierde?
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto, y consuma toda la hierba de la tierra, y todo lo que el granizo dejó.
Entonces el Faraón hizo llamar aprisa a Moisés y a Aarón, y dijo: He pecado contra el SEÑOR vuestro Dios, y contra vosotros.
Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: Id, servid al SEÑOR; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros.
mas si la familia fuere pequeña que no alcance a comer el cordero, entonces tomará a su vecino cercano de su casa, y según el número de las personas, cada uno conforme a su comer, echaréis la cuenta sobre el cordero.
Vosotros responderéis: Esta es la víctima de la Pascua del SEÑOR, el cual pasó las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró.
Mas si algún extranjero peregrinare contigo, y quisiere hacer la pascua al SEÑOR, séale circuncidado todo varón, y entonces se llegará a sacrificarla, y será como el natural de la tierra; pero ningún incircunciso comerá de ella.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: ¿Por qué me das voces? Di a los hijos de Israel que marchen.
Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su diestra y a su siniestra.
Y les quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque el SEÑOR pelea por ellos contra los egipcios.
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico al SEÑOR, y dijeron: Cantaré yo al SEÑOR, porque se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo y al que en él subía.
Entonces los príncipes de Edom se turbarán; a los robustos de Moab los ocupará temblor; se abatirán todos los moradores de Canaán.
Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
Entonces dijo Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: A la tarde sabréis que el SEÑOR os ha sacado de la tierra de Egipto.
Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: Este es Maná ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Este es el pan que el SEÑOR os da para comer.
Entonces clamó Moisés al SEÑOR, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.
Entonces el suegro de Moisés le dijo: No haces bien.
Entonces Moisés oyó la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo.
Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado.
Entonces Moisés descendió al pueblo y habló con ellos.
Entonces Moisés respondió al pueblo: No temáis; que por probaros vino Dios, y para que su temor esté en vuestra presencia para que no pequéis.
Entonces el pueblo se puso de lejos, y Moisés se llegó a la oscuridad en la cual estaba Dios.
Entonces su amo lo hará llegar a los jueces, y le hará llegar a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lezna, y será su siervo para siempre.
Mas el que no armó asechanzas, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te pondré lugar al cual ha de huir.
si se levantare y anduviere fuera sobre su bordón, entonces será el que le hirió absuelto; solamente le satisfará lo que estuvo parado, y hará que le curen.
Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida,
Si le fuere impuesto rescate, entonces dará por el rescate de su persona cuanto le fuere impuesto.
Y si el buey de alguno hiriere al buey de su prójimo, y éste muriere, entonces venderán el buey vivo, y partirán el dinero de él, y también partirán el muerto.
Si el ladrón no se hallare, entonces el dueño de la casa será presentado a los jueces, para jurar si ha metido su mano en la hacienda de su prójimo.
porque sólo aquello es su cubierta, es aquel el vestido para cubrir sus carnes, en el que ha de dormir; y será que cuando él a mí clamare, yo entonces le oiré, porque soy misericordioso.
Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás entonces desamparado? Sin falta ayudarás con él a levantarlo.
Entonces Moisés tomó la sangre, y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre de la alianza que el SEÑOR ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.
Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.
Mas viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se juntó entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, aquel varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón,
el cual los tomó de las manos de ellos, y lo formó con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido.
Entonces Moisés oró a la faz del SEÑOR su Dios, y dijo: ¡Oh SEÑOR! ¿Por qué se encenderá tu furor en tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza, y con mano fuerte?
Entonces el SEÑOR se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.
Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado al SEÑOR, porque cada uno se ha consagrado en su hijo, y en su hermano, para que dé él hoy bendición sobre vosotros.
Entonces volvió Moisés al SEÑOR, y dijo: Yo te ruego, pues , este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro,
Entonces los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb.
El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.
Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró.
Entonces Moisés mandó pregonar por el campo, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más obra para ofrecer para el santuario. Y así fue el pueblo detenido de ofrecer;
Entonces una nube cubrió el tabernáculo del testimonio, y la gloria del SEÑOR llenó el tabernáculo.