'Hago' en la Biblia
Y que hago misericordia a millares de los que me aman y guardan mis mandamientos.
Y Él dijo: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo: haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna; y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa terrible la que yo haré contigo.
Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; seréis, pues, santos, porque yo soy santo.
y que hago misericordia a millares de los que me aman y guardan mis mandamientos.
Y no sólo con vosotros hago yo este pacto y este juramento,
Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano.
Entonces el rey dijo a Joab: He aquí yo hago esto: ve, y haz volver al joven Absalón.
Y ahora yo te hago una petición; no me la niegues. Y ella le dijo: Habla.
y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Además te hago saber que Jehová te edificará casa.
Esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos contra ti cometido; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros.
Pequé, ¿qué te hago yo, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto como blanco tuyo, de modo que soy una carga para mí mismo?
Fatigado estoy de mi gemir; toda la noche hago nadar mi cama con mis lágrimas, riego mi lecho con mi llanto.
He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto saldrá a luz: ¿no la sabréis? Otra vez haré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
¿Y quién como yo, proclamará y denunciará esto, y lo ordenará por mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.
Así dice Jehová, tu Redentor, el que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo;
Que frustro las señales de los engañadores, y enloquezco a los agoreros; que hago retroceder a los sabios, y desvanezco su sabiduría;
que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová que hago todo esto.
¿Por qué cuando vine, no había nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano, para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; torno los ríos en desierto, sus peces hieden, y mueren de sed por falta de agua.
Visto de oscuridad los cielos, y hago que cilicio sea su cubierta.
Pero yo soy Jehová tu Dios, que agito el mar y hago rugir sus ondas. Jehová de los ejércitos es su nombre.
¿Yo que hago dar a luz, no haré nacer? dice Jehová. Yo que hago nacer, ¿cerraré la matriz? dice tu Dios.
Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra simiente y vuestro nombre.
Alzad bandera en Sión, juntaos, no os detengáis; porque yo hago venir mal del norte, y destrucción grande.
Mas el que se hubiere de alabar, alábese en esto, en entenderme y en conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque en estas cosas me complazco, dice Jehová.
Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber aguas de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra.
Así dice Jehová: He aquí yo hago volver la cautividad de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia; y la ciudad será edificada sobre su collado, y el palacio será asentado según su forma.
He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer encinta y la que da a luz juntamente; una gran compañía volverán acá.
He aquí que yo le hago subir sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.
Porque he aquí que yo levanto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes pueblos de la tierra del norte; y desde allí se prepararán contra ella, y será tomada; sus flechas como de valiente diestro, ninguno se volverá vacío.
Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.
No lo hago por vosotros, dice Jehová el Señor, sabedlo bien. Avergonzaos y confundíos de vuestros caminos, casa de Israel.
Así dice Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.
Mas él respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no acordaste conmigo por un denario?
Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os preguntaré una cosa, la cual si me respondiereis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y Él les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Y Jesús, respondiendo, les dijo: Yo también os haré una pregunta; y respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas:
Y ellos, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Y Él les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago sanidades hoy y mañana, y al tercer día seré consumado.
Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.
Entonces Jesús les dijo: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces entenderéis que yo soy, y que nada hago de mí mismo; sino que como mi Padre me enseñó, así hablo estas cosas.
Y el que me envió, está conmigo; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
Pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed a las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en Él.
Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; pero lo entenderás después.
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que yo hago él también las hará; y mayores que éstas hará, porque yo voy a mi Padre.
Mas para que el mundo conozca que yo amo al Padre, y como el Padre me dio mandamiento, así hago. Levantaos, vámonos de aquí.
Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y pereced: Porque yo hago una obra en vuestros días, obra que no creeréis, aunque alguien os la contare.
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Varones hermanos y padres, oíd mi defensa que hago ahora ante vosotros.
Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,
Pues lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero; sino lo que aborrezco, eso hago.
Y si lo que no quiero, eso hago, apruebo que la ley es buena.
Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, éste hago.
Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí.
Por lo cual, si lo hago de voluntad, recompensa tendré; mas si por fuerza, la dispensación del evangelio me ha sido encomendada.
Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él.
Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.
Mas lo que hago, haré aún, para cortar la ocasión de aquellos que la desean, a fin de que en aquello que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros.
Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio predicado por mí, no es según hombre;
Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.
Y para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago; todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor,
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante,
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.