91 casos

'Morir' en la Biblia

Y Esaú dijo: He aquí, estoy a punto de morir; ¿de qué me sirve, pues, la primogenitura?

Entonces Israel dijo a José: Ahora ya puedo morir, después que he visto tu rostro y {sé} que todavía vives.

Cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todos los egipcios vinieron a José, diciendo: Danos alimento, pues ¿por qué hemos de morir delante de ti?, ya que {nuestro} dinero se ha acabado.

¿Por qué hemos de morir delante de tus ojos, tanto nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra a cambio de pan, y nosotros y nuestra tierra seremos siervos de Faraón. Da{nos,} pues, semilla para que vivamos y no muramos, y no quede la tierra desolada.

Cuando a Israel se le acercó el tiempo de morir, llamó a su hijo José y le dijo: Si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, pon ahora tu mano debajo de mi muslo y trátame con misericordia y fidelidad: Por favor, no me sepultes en Egipto.

Entonces Israel dijo a José: He aquí, yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

``Mi padre me hizo jurar, diciendo: `He aquí, voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás.' Ahora pues, te ruego que me permitas ir a sepultar a mi padre, y luego volveré."

Entonces enviaron {un mensaje} a José, diciendo: Tu padre mandó antes de morir, diciendo:

Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os cuidará y os hará subir de esta tierra a la tierra que El prometió en juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob.

Y dijeron a Moisés: ¿Acaso no había sepulcros en Egipto para que nos sacaras a morir en el desierto? ¿Por qué nos has tratado de esta manera, sacándonos de Egipto?

¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: ``Déjanos, para que sirvamos a los egipcios"? Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto.

``Si alguno se acuesta con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez de su padre; ciertamente han de morir los dos; su culpa de sangre sea sobre ellos.

``Si alguno se acuesta con su nuera, ciertamente han de morir los dos, han cometido {grave} perversión; su culpa de sangre sea sobre ellos.

``Si alguna mujer se llega a un animal para ayuntarse con él, matarás a la mujer y al animal; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos.

``Además, el que blasfeme el nombre del SEÑOR, ciertamente ha de morir; toda la congregación ciertamente lo apedreará. Tanto el forastero como el nativo, cuando blasfeme el Nombre, ha de morir.

Y el pueblo habló contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos habéis sacado de Egipto para morir en el desierto? Pues no hay comida ni agua, y detestamos este alimento tan miserable.

``Y si lo hirió con una piedra en la mano, por la cual pueda morir, y muere, es un asesino; al asesino ciertamente se le dará muerte.

``O si lo golpeó con un objeto de madera en la mano, por lo cual pueda morir, y muere, es un asesino; al asesino ciertamente se le dará muerte.

``Ahora pues, ¿por qué hemos de morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si seguimos oyendo la voz del SEÑOR nuestro Dios, entonces moriremos.

``De otra manera los de la tierra de donde tú nos sacaste dirán: `Por cuanto el SEÑOR no pudo hacerlos entrar en la tierra que les había prometido y porque los aborreció, los sacó para hacerlos morir en el desierto.'

Al que ha de morir se le dará muerte por la declaración de dos o tres testigos; no se le dará muerte por la declaración de un solo testigo.

Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los hijos de Israel antes de morir.

Pero acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás y se corrompían aún más que sus padres, siguiendo a otros dioses, sirviéndoles e inclinándose ante ellos; no dejaban sus costumbres ni su camino obstinado.

Y sucedió que al morir Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse con los baales e hicieron a Baal-berit su dios.

Y dijo Sansón: ¡Muera yo con los filisteos! Y se inclinó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los príncipes y sobre todo el pueblo que {estaba} en él. Así que los que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida.

Dijo, pues, Saúl a Jonatán: Cuéntame lo que has hecho. Y Jonatán le respondió, y dijo: En verdad probé un poco de miel con la punta de la vara que {tenía} en la mano. Heme aquí, debo morir.

Pero el pueblo dijo a Saúl: ¿Debe morir Jonatán, el que ha obtenido esta gran liberación en Israel? No sea así. Vive el SEÑOR que ni un cabello de su cabeza caerá a tierra, porque él ha obrado con Dios en este día. Así el pueblo rescató a Jonatán, y no murió.

Pues mientras viva sobre la tierra el hijo de Isaí, ni tú ni tu reino serán establecidos. Ahora pues, manda a traérmelo, porque ciertamente ha de morir.

Pero Jonatán respondió a su padre Saúl, y le dijo: ¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hecho?

Esto que has hecho no es bueno. Vive el SEÑOR, {todos} vosotros ciertamente deberíais morir, porque no protegisteis a vuestro señor, el ungido del SEÑOR. Y ahora, mira dónde está la lanza del rey y la vasija de agua que {estaba} a su cabecera.

Pero la mujer le dijo: He aquí, tú sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha echado de la tierra a los que son médium y espiritistas. ¿Por qué, pues, pones trampa contra mi vida para hacerme morir?

Y entonó el rey una {elegía} por Abner, y dijo: ¿Había de morir Abner como muere un insensato?

Y se encendió la ira de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive el SEÑOR, que ciertamente el hombre que hizo esto merece morir;

Pero Abisai, hijo de Sarvia, respondió, y dijo: ¿No ha de morir Simei por esto, porque maldijo al ungido del SEÑOR?

Entonces David dijo: ¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Sarvia, para que en este día me seáis adversarios? ¿Ha de morir hoy hombre alguno en Israel? ¿Acaso no sé que hoy soy rey sobre Israel?

Permite que tu siervo vuelva, para morir en mi ciudad junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Sin embargo, aquí {tienes a} tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz por él lo que te parezca bien.

Entonces dijo el rey al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tu campo, porque mereces morir; pero no te daré muerte en esta ocasión porque llevaste el arca del Señor DIOS delante de mi padre David, y porque fuiste afligido con todas las cosas con que mi padre fue afligido.

Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo que ver contigo, oh varón de Dios? Has venido para traer a memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo.

Clamó al SEÑOR y dijo: Oh SEÑOR, Dios mío, ¿has traído también mal a la viuda con quien estoy hospedado haciendo morir a su hijo?

Cuando Eliseo se enfermó con la enfermedad de la cual había de morir, Jeoás, rey de Israel, descendió a él y lloró sobre su rostro, y dijo: ¡Padre mío, padre mío, los carros de Israel y sus hombres de a caballo!

Al morir Hazael, rey de Aram, su hijo Ben-adad reinó en su lugar.

No se acordó el rey Joás de la bondad que Joiada, padre de Zacarías, le había mostrado, sino que asesinó a su hijo. Y {éste} al morir dijo: Que {lo} vea el SEÑOR y tome venganza.

`` ¿No os engaña Ezequías para entregaros a morir de hambre y de sed, diciendo: `El SEÑOR nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria'?

Los más débiles comerán, y los necesitados se acostarán seguros; pero haré morir de hambre tu raíz, y {ésta} matará tus sobrevivientes.

¿Por qué habéis de morir, tú y tu pueblo, por la espada, el hambre y la pestilencia, tal como ha hablado el SEÑOR de la nación que no sirva al rey de Babilonia?

tú les dirás: ``Presentaba al rey mi súplica de que no me hiciera volver a la casa de Jonatán, a morir allí."

`Me habéis profanado ante mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, dando muerte a algunos que no debían morir y dejando con vida a otros que no debían vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira.'"

Diles: ``Vivo yo" --declara el Señor DIOS-- ``que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?"

Entonces dije: No os apacentaré {más.} La que ha de morir, que muera; y la que ha de ser destruida, que sea destruida; y las que queden, cómanse la carne unas a otras.

Pero {Pedro} con insistencia repetía: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y todos decían también lo mismo.

Tomás, llamado el Dídimo, dijo entonces a {sus} condiscípulos: Vamos nosotros también para morir con El.

Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa, sino que siendo el sumo sacerdote ese año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación;

Pero El decía esto para indicar de qué clase de muerte iba a morir.

Para que se cumpliera la palabra que Jesús había hablado, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir.

Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según esa ley El debe morir, porque pretendió ser el Hijo de Dios.

Después de ser abandonado {para morir,} la hija de Faraón se lo llevó y lo crió como su propio hijo.

Si soy, pues, un malhechor y he hecho algo digno de muerte, no rehúso morir; pero si ninguna de esas cosas de que éstos me acusan es {verdad,} nadie puede entregarme a ellos. Apelo al César.

Mas yo de nada de esto me he aprovechado. Y no escribo esto para que así se haga conmigo; porque mejor me fuera morir, que permitir que alguno me prive de esta gloria.

No hablo para condenar{os;} porque he dicho antes que estáis en nuestro corazón para morir juntos y para vivir juntos.

Por la fe José, al morir, mencionó el éxodo de los hijos de Israel, y dio instrucciones acerca de sus huesos.

Y si alguno quiere hacerles daño, de su boca sale fuego y devora a sus enemigos; así debe morir cualquiera que quisiera hacerles daño.

Si alguno es destinado a la cautividad, a la cautividad va; si alguno ha de morir a espada, a espada ha de morir. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos.

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso