'Preguntó' en la Biblia
Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y él respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
Y lo halló un hombre, andando él perdido por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas?
Y preguntó a los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de las aguas junto al camino? Y ellos le dijeron: No ha estado aquí prostituta del culto pagano.
Y él preguntó a aquellos oficiales del Faraón, que estaban con él en la cárcel de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros rostros?
Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas palabras. ¿Podíamos nosotros saber que había de decir: Haced venir a vuestro hermano?
Entonces les preguntó de la paz, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, tiene paz? ¿Vive todavía?
Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano?
Y Gedeón preguntó a Dios: ¿has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho?
Entonces él mismo vino a Ramá; y llegando al pozo grande que está en Secú, preguntó diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y le fue respondido: He aquí están en Naiot en Ramá.
Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel.
Y cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y asimismo de la guerra.
Y preguntó Ezequías a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones.
Preguntó entonces el rey a los sabios que sabían los tiempos (porque así era la costumbre del rey para con todos los que sabían la ley y el derecho;
el rey Sedequías envió, y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Es palabra del SEÑOR? Y Jeremías dijo: Es. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado.
Después envió el rey Sedequías, e hizo traer a sí a Jeremías profeta a la tercera entrada que estaba en la Casa del SEÑOR. Y dijo el rey a Jeremías: Te pregunto una palabra, no me encubras ninguna cosa.
Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el negocio del rey. Además de esto, ningún rey, príncipe, ni señor, preguntó cosa semejante a ningún mago, ni astrólogo, ni caldeo.
Y convocados todos los príncipes de los sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
Y viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?
Y preguntó uno de ellos, intérprete de la ley, tentándole y diciendo:
Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó,
Y Jesús estuvo delante del gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
Y les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete.
Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, y poniéndole las manos encima, le preguntó si veía algo.
Salió Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?
Y preguntó a los escribas: ¿Qué disputáis con ellos?
Y Jesús preguntó a su padre: ¿Cuánto tiempo hace que le aconteció esto? Y él dijo: Desde niño;
Y llegó a Capernaum; y así que estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
Y saliendo él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?
Y acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el principal mandamiento de todos?
Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes algo? ¿Qué atestiguan éstos contra ti?
Y Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.
Y le preguntó otra vez Pilato, diciendo: ¿No respondes algo? Mira de cuántas cosas te acusan.
Y Pilato se maravilló que ya hubiera muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si estaba ya muerto.
Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Qué nombre tienes? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.
Y aconteció que estando él solo orando, estaban con él los discípulos; y les preguntó diciendo: ¿Quién dice el pueblo que soy?
y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Y le preguntó un príncipe, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?
el cual cuando oyó la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello.
Jesús entonces parándose, mandó traerle a sí; y cuando él llegó, le preguntó,
Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y respondiendo él, dijo: Tú lo dices.
Entonces Pilato, oyendo de Galilea, preguntó si el hombre era galileo.
Entonces él les preguntó a qué hora comenzó a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a la séptima le dejó la fiebre.
Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
Y cuando los trajeron, los presentaron en el concilio; y el príncipe de los sacerdotes les preguntó,
por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿por qué causa me habéis hecho venir?
Entonces llegando el tribuno, le prendió, y le mandó atar con dos cadenas; y preguntó quién era, y qué había hecho.
Y el tribuno, tomándole de la mano y retirándose aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme?
Y el gobernador, leída la carta, preguntó de qué provincia era; y entendiendo que de Cilicia,
Respondió uno de los ancianos, y me preguntó: ¿Estos que están vestidos de luengas ropas blancas, quiénes son, y de dónde han venido?