27 casos

'Salían' en la Biblia

Y escucharon a Hamor y a su hijo Siquem todos los que salían por la puerta de la ciudad, y fue circuncidado todo varón: todos los que salían por la puerta de la ciudad.

Y salían seis brazos de sus lados, tres brazos del candelabro de uno de sus lados y tres brazos del candelabro del otro lado.

{Había} tres copas en forma de {flor de} almendro, un cáliz y una flor en un brazo, y tres copas en forma de {flor de} almendro, un cáliz y una flor en el otro brazo; así en los seis brazos que salían del candelabro.

Y había un cáliz debajo de los dos {primeros} brazos {que salían} de él, y un cáliz debajo de los dos {siguientes} brazos {que salían} de él, y un cáliz debajo de los dos {últimos} brazos {que salían} de él; {así} con los seis brazos que salían del candelabro.

Jefté huyó de sus hermanos y habitó en la tierra de Tob; y hombres indignos se juntaron con Jefté y salían con él.

Por tanto, volvieron la espalda ante los hombres de Israel en dirección al desierto, pero la batalla los alcanzó, y los que salían de las ciudades los destruían en medio de ellos.

Según subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas muchachas que salían a sacar agua y les dijeron: ¿Está aquí el vidente?

Y aconteció que cuando regresaban, al volver David de matar al filisteo, las mujeres de todas las ciudades de Israel salían cantando y danzando al encuentro del rey Saúl, con panderos, con {cánticos de} júbilo y con instrumentos musicales.

Y salían los jefes de los filisteos {a campaña}, y sucedía que cada vez que salían, David se comportaba con más sabiduría que todos los siervos de Saúl, por lo cual su nombre era muy estimado.

Los hijos de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada y tiraban con arco, y que {eran} diestros en batalla, {fueron} cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a la batalla.

Y {esta es} la enumeración de los hijos de Israel, los jefes de {casas} paternas, los comandantes de miles y de cientos, y sus oficiales que servían al rey en todos los asuntos de las divisiones que entraban y salían, mes por mes durante todos los meses del año; cada división {tenía} veinticuatro mil.

Se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa; y cuando salían, Josafat se puso en pie y dijo: Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén, confiad en el SEÑOR vuestro Dios, y estaréis seguros. Confiad en sus profetas y triunfaréis.

Y habiendo consultado con el pueblo, designó a algunos que cantaran al SEÑOR y a algunos que {le} alabaran en vestiduras santas, conforme salían delante del ejército y que dijeran: Dad gracias al SEÑOR, porque para siempre es su misericordia.

Hacíamos el trabajo con la mitad empuñando lanzas desde el despuntar del alba hasta que salían las estrellas.

Y también he visto a los impíos ser sepultados, los que entraban y salían del lugar santo, y que fueron {pronto} olvidados en la ciudad en que así habían actuado. También esto es vanidad.

En medio de los seres vivientes había algo que parecía carbones encendidos en llamas, como antorchas que se lanzaban de un lado a otro entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del fuego salían rayos.

``Cuando tus mercancías salían por los mares saciabas a muchos pueblos; con la abundancia de tus riquezas y de tus productos enriquecías a los reyes de la tierra.

Luego alcé los ojos y miré, y he aquí dos mujeres salían con el viento en sus alas; y tenían alas como alas de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y el cielo.

Alcé de nuevo mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y los montes {eran} montes de bronce.

Briosos salían, impacientes por ir a recorrer la tierra. Y El dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra.

Cuando llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino.

Y cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón, al cual obligaron a que llevara la cruz.

Y todos hablaban bien de El y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?

También de muchos salían demonios, gritando y diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios! Pero, reprendiéndolos, no les permitía hablar, porque sabían que El era el Cristo.

Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono {había} siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios.

La tercera parte de la humanidad fue muerta por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el azufre que salían de sus bocas.

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso