27 Versículo de la Biblia sobre buscar el honor
Versículos Más Relevantes
No es bueno comer mucha miel, ni el buscar la propia gloria es gloria.
Y se juntaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y el SEÑOR está en medio de ellos. ¿Por qué, entonces, os levantáis por encima de la asamblea del SEÑOR?
¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?
El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero y no hay injusticia en El.
El rey hará lo que le plazca, se enaltecerá y se engrandecerá sobre todo dios, y contra el Dios de los dioses dirá cosas horrendas; él prosperará hasta que se haya acabado la indignación, porque lo que está decretado se cumplirá.
el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o {es} objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios.
Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide {llegue} hasta los cielos, y hagámonos un nombre {famoso}, para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra.
Si has sido necio en ensalzarte, o si has tramado {el mal, pon} la mano sobre tu boca;
Su inmundicia está en sus faldas; no consideró su futuro, y ha caído de manera sorprendente; no hay quien la consuele. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque se ha engrandecido el enemigo.
Más vale el poco estimado que tiene siervo, que el que se alaba y carece de pan.
el rey reflexionó, y dijo: `` ¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?"
Y él {les} mostró las riquezas de la gloria de su reino y el magnífico esplendor de su majestad {durante} muchos días, ciento ochenta días.
Entonces Amán les contó la gloria de sus riquezas, la multitud de sus hijos, y todas {las ocasiones} en que el rey le había engrandecido, y cómo le había exaltado sobre los príncipes y siervos del rey.
aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes;
Cuidaos de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de {ocupar} los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes;
¿Ay de vosotros, fariseos!, porque amáis los primeros asientos en las sinagogas y los saludos respetuosos en las plazas.
Y comenzó a referir una parábola a los invitados, cuando advirtió cómo escogían los lugares de honor {a la mesa}, diciéndoles: Cuando seas invitado por alguno a un {banquete} de bodas, no tomes el lugar de honor, no sea que él haya invitado a otro más distinguido que tú, y viniendo el que te invitó a ti y a él, te diga: ``Dale {el} lugar a éste"; y entonces, avergonzado, tengas que irte al último lugar.Leer más.
Sino que cuando seas invitado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó, te diga: ``Amigo, ven más adelante"; entonces serás honrado delante de todos los que se sientan {a la mesa} contigo.
a los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna;
pues nos preocupamos por lo que es honrado, no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres.
De la misma manera, Cristo no se glorificó a sí mismo para hacerse sumo sacerdote, sino que {lo glorificó} el que le dijo: HIJO MIO ERES TU, YO TE HE ENGENDRADO HOY;
Y nadie toma este honor para sí mismo, sino que {lo recibe} cuando es llamado por Dios, así como lo fue Aarón.
No hagas ostentación ante el rey, y no te pongas en el lugar de los grandes;
por eso ni siquiera me consideré digno de ir a ti, tan sólo di la palabra y mi siervo será sanado.
Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo {que ya} han recibido su recompensa.
ni buscando gloria de los hombres, ni de vosotros ni de otros, aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido imponer nuestra autoridad.