20 Versículo de la Biblia sobre Calles
Versículos Más Relevantes
Y las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro, como vidrio transparente.
Mirad que no hagáis vuestras limosnas delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en el cielo. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: Ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha.Leer más.
Que tu limosna sea en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, Él te recompensará en público.
La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas;
Los carros se precipitarán en las calles, discurrirán por las plazas; su parecer como antorchas encendidas; correrán como relámpagos.
Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar tan siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.
Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y mete acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.
Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora;
Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros seremos sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.
Mientras curaba yo a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín, y las maldades de Samaria; porque obran con engaño; y el ladrón entra, y los salteadores despojan por fuera.
Cazaron nuestros pasos para que no anduviésemos por nuestras calles: Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días; porque llegó nuestro fin.
No lo anunciéis en Gat, no deis las nuevas en las plazas de Ascalón; para que no se alegren las hijas de los filisteos, para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.
Yo los desmenucé como polvo de la tierra; los hollé como a lodo de las calles, y los disipé.
El extranjero no pasaba fuera la noche; mis puertas abría al caminante.
La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de concurso; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:
Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra.
Así dice Jehová: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas sin hombre y sin morador y sin animal, aún se ha de oír
Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles.
Y oyendo esto uno de los que estaban sentados con Él a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios. Él entonces le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los que habían sido convidados: Venid, que ya todo está preparado.Leer más.
Y comenzaron todos a una a excusarse. El primero le dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Y el otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y el otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y mete acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Y dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena.
Y había un discípulo en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora;
Tópicos sobre Calles
La tragedia en las calles
2 Samuel 20:12Y Amasa yacía revolcado en su sangre en mitad del camino; y viendo aquel hombre que todo el pueblo se detenía, apartó a Amasa del camino al campo, y echó sobre él una vestidura, porque veía que todos los que venían se detenían junto a él.