26 Versículo de la Biblia sobre Cristo con la gente en la tierra
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Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Pero os he dicho estas cosas para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os había hablado de ellas. Y no os dije estas cosas al principio, porque yo estaba con vosotros.
Cuando estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, el {nombre} que me diste; y los guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera.
Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros,
Jesús le dijo*: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y {todavía} no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: ``Muéstranos al Padre"?
Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua, {pero} entre vosotros está Uno a quien no conocéis.
Y designó a doce, para que estuvieran con El y para enviarlos a predicar,
Y poco después, El comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios; con El {iban} los doce,
Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas;
y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.
Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, la {gloria} que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
Al entrar El en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que lo dejara acompañarle.
Pero el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le permitiera acompañarle; mas El lo despidió, diciendo:
Pedro le dijo*: Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré. Todos los discípulos dijeron también lo mismo.
Tomás, llamado el Dídimo, dijo entonces a {sus} condiscípulos: Vamos nosotros también para morir con El.
Entonces fueron crucificados* con El dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda.
En la misma forma le injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con El.
Pedro estaba sentado fuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo.
y al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo*: Tú también estabas con Jesús el Nazareno.
Y una sirvienta, al verlo sentado junto a la lumbre, fijándose en él detenidamente, dijo: También éste estaba con El.
Cuando salió al portal, lo vio otra {sirvienta} y dijo* a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno.
Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja, dijo*: ¿No te vi yo en el huerto con El?
Pasada como una hora, otro insistía, diciendo: Ciertamente éste también estaba con El, pues él también es galileo.
Al ver la confianza de Pedro y de Juan, y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús.
Cuando estaba con vosotros cada día en el templo, no me echasteis mano; pero esta hora y el poder de las tinieblas son vuestros.
El les dijo*: Venid y veréis. Entonces fueron y vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con El aquel día, porque era como la hora décima.