19 Versículo de la Biblia sobre Dios, el arrepentimiento de
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Y le pesó al SEÑOR haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón. Y el SEÑOR dijo: Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo, porque me pesa haberlos hecho.
Me pesa haber hecho rey a Saúl, porque ha dejado de seguirme y no ha cumplido mis mandamientos. Y Samuel se conmovió, y clamó al SEÑOR toda la noche.
Y oró al SEÑOR, y dijo: ¡Ah SEÑOR! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, porque sabía yo que tú eres un Dios clemente y compasivo lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal {con que amenazas}.
Porque el SEÑOR vindicará a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos, cuando vea que {su} fuerza se ha ido, y que nadie {queda,} ni siervo ni libre.
Y el SEÑOR envió pestilencia sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y desde Dan hasta Beerseba murieron setenta mil hombres del pueblo. Cuando el ángel extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla, el SEÑOR se arrepintió del mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: ¡Basta! ¡Detén ahora tu mano! Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Arauna jebuseo.
Y el SEÑOR envió pestilencia sobre Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel. Y envió Dios un ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando estaba a punto de destruir{la,} miró el SEÑOR y sintió pesar por la calamidad, y dijo al ángel destructor: Basta, detén ahora tu mano. Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Ornán jebuseo.
y por amor a ellos se acordó de su pacto, y se arrepintió conforme a la grandeza de su misericordia.
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice el SEÑOR: ``Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás." Entonces Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al SEÑOR, y dijo: Te ruego, oh SEÑOR, que te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías lloró amargamente.Leer más.
Entonces la palabra del SEÑOR vino a Isaías, diciendo: Ve y di a Ezequías: ``Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: `He escuchado tu oración {y} he visto tus lágrimas; he aquí, añadiré quince años a tus días.
¿Cómo podré abandonarte, Efraín? ¿{Cómo} podré entregarte, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como a Adma? ¿{Cómo} podré tratarte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se enciende toda mi compasión.
Esto me mostró el Señor DIOS: He aquí, El formaba enjambre de langostas cuando comenzaba a brotar la cosecha de primavera. Y he aquí, la cosecha de primavera {era} después de la siega del rey. Y sucedió que cuando habían terminado de devorar la hierba de la tierra, yo dije: Señor DIOS, perdona, te ruego. ¿Cómo podrá resistir Jacob si es tan pequeño? Se apiadó el SEÑOR de esto: No sucederá --dijo el SEÑOR.Leer más.
Esto me mostró el Señor DIOS: he aquí, el Señor DIOS llamaba para juzgar{los} con fuego, y consumió el gran abismo y empezó a consumir el campo. Entonces dije: Señor DIOS, cesa, te ruego. ¿Cómo podrá resistir Jacob si es tan pequeño? Se apiadó el SEÑOR de esto: Esto tampoco sucederá --dijo el Señor DIOS.
pero si esa nación contra la que he hablado se vuelve de su maldad, me arrepentiré del mal que pensaba traer sobre ella.
Y el SEÑOR desistió de {hacer} el daño que había dicho que haría a su pueblo.
Cuando el reino de Roboam se había afianzado y fortalecido, él abandonó la ley del SEÑOR y todo Israel con él. Y sucedió que en el año quinto del rey Roboam, debido a que ellos habían sido infieles al SEÑOR, Sisac, rey de Egipto, subió contra Jerusalén con mil doscientos carros y sesenta mil hombres de a caballo. Y era innumerable el pueblo que vino con él de Egipto: libios, suquienos y etíopes.Leer más.
Y tomó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén. Entonces el profeta Semaías vino a Roboam y a los príncipes de Judá que se habían reunido en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así dice el SEÑOR: ``Vosotros me habéis abandonado, por eso también yo os abandono en manos de Sisac." Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: Justo es el SEÑOR. Cuando el SEÑOR vio que se habían humillado, vino la palabra del SEÑOR a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré, sino que les concederé cierta libertad y mi furor no se derramará sobre Jerusalén por medio de Sisac. Pero serán sus siervos para que aprendan {la diferencia entre} servirme a mí y servir a los reinos de los países.
Ahora bien, enmendad vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz del SEÑOR vuestro Dios, y el SEÑOR se arrepentirá del mal que ha pronunciado contra vosotros.
Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved ahora al SEÑOR vuestro Dios, porque El es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, y se arrepiente de {infligir} el mal.
Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes, diciendo: Ni hombre ni bestia, ni buey ni oveja prueben cosa alguna; no pasten ni beban agua, sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos.Leer más.
¿Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de su ira, y no perezcamos. Y vio Dios sus acciones, que se habían apartado de su mal camino; entonces se arrepintió Dios del mal que había dicho que les haría, y no {lo} hizo.
Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá?
El SEÑOR ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Por lo cual Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su propósito, interpuso un juramento, a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros,