13 Versículo de la Biblia sobre El Espíritu Santo, fuente de sabiduría
Versículos Más Relevantes
Y respondió Eliú, hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros ancianos; por eso tenía timidez y me atemorizaba declararos lo que pienso. Yo pensé que los días hablarían, y los muchos años enseñarían sabiduría. Pero hay un espíritu en el hombre, y el soplo del Todopoderoso le da entendimiento.Leer más.
Los de muchos {años} {quizá} no sean sabios, ni los ancianos entiendan justicia.
Pero se levantaron algunos de la sinagoga llamada de los Libertos, {incluyendo} tanto cireneos como alejandrinos, y algunos de Cilicia y de Asia, y discutían con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.
Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente, de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando {pensamientos} espirituales con {palabras} espirituales. Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.
Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas {salió} a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos.
Tu siervo está en medio de tu pueblo al cual escogiste, un pueblo inmenso que no se puede numerar ni contar por {su} multitud. Da, pues, a tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a tu pueblo {y} para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?
Dios dio a Salomón sabiduría, gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Y la sabiduría de Salomón sobrepasó la sabiduría de todos los hijos del oriente y toda la sabiduría de Egipto. Porque era más sabio que todos los hombres, {más} que Etán ezraíta, Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y su fama fue {conocida} por todas las naciones de alrededor.Leer más.
También pronunció tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. Disertó sobre los árboles, desde el cedro que está en el Líbano hasta el hisopo que crece en la pared; también habló de ganados, aves, reptiles y peces. Y venían de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salomón, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría.
Cuando la reina de Sabá oyó de la fama de Salomón, por causa del nombre del SEÑOR, vino a probarle con preguntas difíciles. Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y gran cantidad de oro y piedras preciosas. Cuando vino a Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su corazón. Y Salomón contestó todas sus preguntas; no hubo nada tan oscuro que el rey no pudiera explicárselo.Leer más.
Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que él había edificado, los manjares de su mesa, las habitaciones de sus siervos, el porte de sus ministros y sus vestiduras, sus coperos, y la escalinata por la cual él subía a la casa del SEÑOR, se quedó asombrada. Entonces dijo al rey: Era verdad lo que había oído en mi tierra acerca de tus palabras y de tu sabiduría. Pero yo no creía lo que me decían, hasta que he venido y mis ojos lo han visto. Y he aquí, no se me había contado ni la mitad. Tú superas {en} sabiduría y prosperidad la fama que había oído. Bienaventurados tus hombres, bienaventurados estos tus siervos que están delante de ti continuamente {y} oyen tu sabiduría. Bendito sea el SEÑOR tu Dios que se agradó de ti para ponerte sobre el trono de Israel; por el amor que el SEÑOR ha tenido siempre a Israel, te ha puesto por rey para hacer derecho y justicia. Entonces ella dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas. Nunca más entró tanta abundancia de especias aromáticas como las que la reina de Sabá dio al rey Salomón. También las naves de Hiram, que habían traído oro de Ofir, trajeron de allí gran cantidad de madera de sándalo y piedras preciosas. Con la madera de sándalo el rey hizo balaustres para la casa del SEÑOR y para el palacio del rey; también liras y arpas para los cantores; esa clase de madera de sándalo no ha entrado {más} ni se ha vuelto a ver hasta hoy. El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo cuanto ella quiso pedirle, además de lo que le dio conforme a su real magnificencia. Después ella se volvió, y regresó a su tierra con sus siervos. El peso del oro que llegaba a Salomón en un año era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro, sin contar {lo} de los mercaderes, las mercancías de los comerciantes, de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores de la tierra. Y el rey Salomón hizo doscientos escudos grandes de oro batido, usando seiscientos {siclos} {de} oro en cada escudo. También {hizo} trescientos escudos de oro batido, usando tres minas de oro en cada escudo; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano. El rey hizo además, un gran trono de marfil y lo revistió de oro finísimo. {Había} seis gradas hasta el trono, y por detrás, la parte superior del trono era redonda, con brazos a cada lado del asiento y dos leones de pie junto a los brazos. Y doce leones estaban de pie allí en las seis gradas a uno y otro lado; nada semejante se hizo para ningún {otro} reino. Todos los vasos de beber del rey Salomón {eran} de oro, también todas las vasijas de la casa del bosque del Líbano {eran} de oro puro, ninguna era de plata; {ésta} no se consideraba de ningún valor en los días de Salomón, porque el rey tenía en el mar las naves de Tarsis con las naves de Hiram, {y} cada tres años las naves de Tarsis venían trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales. Así el rey Salomón llegó a ser más grande que todos los reyes de la tierra en riqueza y sabiduría.
La reina, al enterarse de las palabras del rey y de sus nobles, entró en la sala del banquete y tomando la palabra, dijo: ¡Oh rey, vive para siempre! No te turben tus pensamientos ni se mude tu semblante. Hay un hombre en tu reino en quien está el espíritu de los dioses santos; y en los días de tu padre se halló en él luz, inteligencia y sabiduría como la sabiduría de los dioses. Y tu padre, el rey Nabucodonosor, tu padre el rey, lo nombró jefe de los magos, encantadores, caldeos y adivinos, debido a que se halló un espíritu extraordinario, conocimiento e inteligencia, interpretación de sueños, explicación de enigmas y solución de problemas difíciles en este {hombre,} Daniel, a quien el rey llamaba Beltsasar. Llámese, pues ahora, a Daniel, y él declarará la interpretación.Leer más.
Entonces Daniel fue traído ante el rey. El rey habló y dijo a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los deportados de Judá, que el rey mi padre trajo de Judá? He oído de ti que el espíritu de los dioses está en ti, y que luz, inteligencia y extraordinaria sabiduría se hallan en ti. Ahora mismo los sabios {y} encantadores fueron traídos delante de mí para que leyeran esta inscripción y me dieran a conocer su interpretación, pero no pudieron declarar la interpretación del escrito. Mas yo he oído decir de ti que puedes dar interpretaciones y resolver problemas difíciles. Ahora, si puedes leer la inscripción y darme a conocer su interpretación, serás vestido de púrpura y {llevarás} un collar de oro al cuello, y tendrás autoridad como tercero en el reino.
Por tanto, hermanos, escoged de entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu {Santo} y de sabiduría, a quienes podamos encargar esta tarea.
Porque pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros mayor carga que estas {cosas} esenciales:
Porque entre los hombres, ¿quién conoce los {pensamientos} de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los {pensamientos} de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu;
Por esta razón, también nosotros, desde el día que {lo} supimos, no hemos cesado de orar por vosotros y de rogar que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual,