14 Versículo de la Biblia sobre El determinismo
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éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, tomándolo vosotros lo matasteis con manos inicuas, colgándole en un madero;
para hacer lo que tu mano y tu consejo habían antes determinado que había de ser hecho.
Yo sé que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
Todo lo que quiso el SEÑOR, hizo en los cielos y en la tierra; en los mares, y en todos los abismos.
Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano escape; si yo hiciere, ¿quién lo estorbará?
Acordaos de esto, y tened vergüenza; tornad en vosotros, prevaricadores. Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo, porque yo soy Dios, y no hay más Dios; y nada hay a mí semejante. Que anuncio lo por venir desde el principio: y desde antiguamente, lo que aún no era hecho. Que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quisiere.Leer más.
Que llamo desde el oriente al ave de rapiña, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, por eso lo haré venir; lo pensé, y también lo haré.
Ayin: El SEÑOR hizo lo que determinó, cumplió su palabra que él había mandado desde tiempo antiguo; destruyó, y no perdonó; y alegró sobre ti al enemigo, y enalteció el cuerno de tus adversarios.
Entonces el misterio fue revelado a Daniel en visión de noche; por lo cual Daniel bendijo al Dios del cielo. Y Daniel habló, y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglo hasta siglo; porque suya es la sabiduría y la fortaleza. Y él es el que muda los tiempos y las oportunidades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.Leer más.
El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con él. A ti, oh Dios de mis padres, confieso y te alabo, que me diste sabiduría y fortaleza, y ahora me enseñaste lo que te pedimos; pues nos has enseñado el negocio del rey.
SEÑOR, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos. Mi andar y mi reposo has ceñido, y todos mis caminos has aparejado.Leer más.
Pues aun no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh SEÑOR, tú la supiste toda. Rostro y envés tú me formaste, y sobre mí pusiste tu mano. Más maravillosa es su ciencia que mi capacidad; alta es, no puedo comprenderla. ¿Adónde me iré de tu Espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si hiciere mi estrado en el Seol, hete allí. Si tomare las alas del alba, y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá por causa de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; las tinieblas son como la luz. Porque tú poseíste mis riñones; me cubriste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque me formaste de una manera formidable y maravillosa; y esto mi alma conoce en gran manera. No fue encubierto mi cuerpo de ti, aunque yo fui hecho en secreto, y entretejido en lo profundo de la tierra. Tus ojos vieron mi cuerpo aun imperfecto, y en tu libro todos mis miembros estaban escritos; que fueron luego formados, sin faltar uno de ellos.
Para todas las cosas hay sazón, y toda voluntad debajo del cielo, tiene su tiempo determinado: Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;Leer más.
tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir las piedras, y tiempo de juntar las piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de alejarse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
El SEÑOR de los ejércitos juró, diciendo, se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado;
Conozco, oh SEÑOR, que el hombre no es señor de su propio camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.
Y será que si te preguntaren: ¿A dónde saldremos? Les dirás: Así dijo el SEÑOR: El que a muerte, a muerte; el que a espada, a espada; el que a hambre, a hambre; y el que a cautividad, a cautividad. Y visitaré sobre ellos cuatro géneros de males, dijo el SEÑOR: espada para matar, y perros para despedazar, y aves del cielo y bestias de la tierra, para devorar y para disipar.
Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: Hijo de hombre, he aquí que los de la Casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para muchos días, y para lejanos tiempos profetiza éste.