12 Versículo de la Biblia sobre Golpeteo

``Así que Yo les digo: pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. "Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

y sean semejantes a hombres que esperan a su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como llegue y llame.

"Después que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, y ustedes, estando fuera, comiencen a llamar a la puerta, diciendo: `Señor, ábrenos.' El respondiendo, les dirá: `No sé de dónde son.' "Entonces comenzarán a decir: `Comimos y bebimos en Tu presencia, y enseñaste en nuestras calles;' y El dirá: `Les digo que no sé de dónde son; APARTENSE DE MI, TODOS LOS QUE HACEN INIQUIDAD.'

Cuando llamó a la puerta de la entrada, una sirvienta llamada Rode salió a ver quién era. Al reconocer la voz de Pedro, de alegría no abrió la puerta, sino que corrió adentro y anunció que Pedro estaba a la puerta. `` ¡Estás loca!" le dijeron ellos. Pero ella insistía en que así era. Y ellos decían: ``Es su ángel."Leer más.
Pero Pedro continuaba llamando; y cuando ellos abrieron, lo vieron y se asombraron.

"Yo estoy a la puerta y llamo; si alguien oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.

Mientras ellos se alegraban, los hombres de la ciudad, hombres perversos, rodearon la casa; {y} golpeando la puerta, hablaron al dueño de la casa, al anciano, diciendo: ``Saca al hombre que entró en tu casa para que tengamos relaciones con él."

``Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá.

"Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

"Después que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, y ustedes, estando fuera, comiencen a llamar a la puerta, diciendo: `Señor, ábrenos.' El respondiendo, les dirá: `No sé de dónde son.'

Cuando llamó a la puerta de la entrada, una sirvienta llamada Rode salió a ver quién era.

Pero Pedro continuaba llamando; y cuando ellos abrieron, lo vieron y se asombraron.

Entonces {el rostro} del rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, las coyunturas de sus caderas se le relajaron y sus rodillas comenzaron a chocar una contra otra.