12 Versículo de la Biblia sobre La desesperación, Descripción de
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¿Por qué te abates, oh alma mía, y bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún le tengo de alabar por las saludes de su presencia.
Así dijo el SEÑOR: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.
Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y pásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos, y me pasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su espada, y se echó sobre ella.
Y Ahitofel, viendo que no se había seguido su consejo, enalbardó su asno, y se levantó, y se fue a su casa en su ciudad; y ordenó su casa, y se ahorcó y murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre.
Que esperan la muerte, y no la hay; y la buscan más que tesoros.
Y se escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quedare de esta mala generación, en todos los lugares a donde arrojaré yo a los que quedaren, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Ahora pues, SEÑOR, te ruego que me mates; porque mejor me es la muerte que la vida.
Y en aquellos días buscarán los hombres la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, y la muerte huirá de ellos.
Mis días fueron más ligeros que la lanzadera del tejedor, y fenecieron sin esperanza.
Porque me han cercado males hasta no haber cuanto; me han asido mis maldades, y no puedo ver; se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
Por esto se alejó de nosotros el juicio, y justicia nunca nos alcanzó, esperamos luz, y he aquí tinieblas, resplandores y andamos en oscuridad.
Y no apareciendo sol ni estrellas por muchos días, y viniendo una tempestad no pequeña, ya era perdida toda la esperanza de nuestra salud.