27 Versículo de la Biblia sobre La oración, las dudas acerca de
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Entonces Moisés se volvió al SEÑOR, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque desde que yo vine al Faraón para hablarle en tu Nombre, ha afligido a este pueblo; y tú tampoco has librado a tu pueblo.
Y respondió Abram: Señor DIOS ¿qué me has de dar, siendo así que yo ando solo, y el mayordomo de mi casa es el damasceno Eliezer? Dijo más Abram: He aquí no me has dado simiente, y he aquí el hijo de mi casa me hereda.
Y Josué dijo: ¡Ah, Señor DIOS! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, que nos destruyan? ¡Mejor nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! ¡Ay Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto las espaldas delante de sus enemigos? Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos cercarán, y raerán nuestro nombre de sobre la tierra; entonces ¿qué harás tú a tu grande Nombre?
Y dijo Moisés al SEÑOR: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? ¿De dónde tengo yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos.Leer más.
No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es demasiado pesado. Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me mates de repente, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.
Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Baste ya, oh SEÑOR, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres.
Tú lo sabes, oh SEÑOR; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me tomes a tu cargo en la prolongación de tu enojo; sepas que sufro vergüenza a causa de ti. Se hallaron tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se llamó sobre mí, oh SEÑOR Dios de los ejércitos. No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación.Leer más.
¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió cura? Eres conmigo como mentiroso, como aguas que no son fieles.
Me sedujiste, oh SEÑOR, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido; cada cual se burla de mí. Porque desde que hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra del SEÑOR me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre. Pero, fue en mi corazón como un fuego ardiente y metido en mis huesos; trabajé por sufrirlo, y no pude.
Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y oró al SEÑOR, y dijo: Ahora, oh SEÑOR, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me precaví huyendo a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y compasivo, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, SEÑOR, te ruego que me mates; porque mejor me es la muerte que la vida.
Y cerca de la hora novena, Jesús exclamó con gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Y a la hora novena, exclamó Jesús a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? Que declarado, quiere decir: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Al Vencedor, sobre Ajelet-sahar el lucero de la mañana . Salmo de David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?
Diré a Dios: No me condenes; hazme entender por qué pleiteas conmigo. ¿Te parece bien que oprimas, y que deseches la obra de tus manos, y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos? ¿Tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre?Leer más.
¿Son tus días como los días del hombre, o tus años como los tiempos humanos, para que inquieras mi iniquidad, y busques mi pecado, sobre saber tú que no soy impío, y que no hay quien de tu mano me libre? Tus manos me formaron y me compusieron todo en contorno, ¿y así me deshaces? Acuérdate ahora que como a lodo me diste forma; ¿y en polvo me has de tornar? ¿No me fundiste como leche, y como un queso me cuajaste? Me vestiste de piel y carne, y me cubriste de huesos y nervios. Vida y misericordia me concediste, y tu visitación guardó mi espíritu. Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; yo sé que esto está cerca de ti. Si pequé, ¿me acecharás, y no me limpiarás de mi iniquidad? Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, estando hastiado de deshonra, y de verme afligido. Y vas creciendo, cazándome como león; tornando y haciendo en mí maravillas. Renovando tus plagas contra mí, y aumentando conmigo tu furor, remudándose sobre mí ejércitos. ¿Por qué me sacaste del vientre? Habría yo muerto, y no me vieran ojos. Fuera, como si nunca hubiera sido, llevado desde el vientre a la sepultura. ¿No son mis días poca cosa? Cesa pues, y déjame, para que me esfuerce un poco. Antes que vaya para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra de muerte; tierra de oscuridad, y tenebrosa sombra de muerte, donde no hay orden, y que resplandece como la misma oscuridad.
A lo menos dos cosas no hagas conmigo; y entonces no me esconderé de tu rostro: Aparta de mí tu mano, y no me asombre tu terror. Llama luego , y yo responderé; o yo hablaré, y respóndeme tú.Leer más.
¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi prevaricación y mi pecado. ¿Por qué escondes tu rostro, y me cuentas por tu enemigo? ¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y a una arista seca has de perseguir? ¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de los pecados de mi juventud? Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, imprimiéndolo a las raíces de mis pies.
El hombre nacido de mujer, corto de días, y harto de sinsabores; que sale como una flor y es cortado; y huye como la sombra, y no permanece. ¿Y sobre éste abres tus ojos, y me traes a juicio contigo?Leer más.
¿Quién hará limpio de inmundo? Nadie. Si sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti; tú le pusiste términos, de los cuales no pasará. Si tú lo dejares, él dejará de ser ; entre tanto deseará, como el jornalero, su día. Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñecerá aún, y sus renuevos no faltarán. Si se envejeciere en la tierra su raíz, y su tronco fuere muerto en el polvo, al olor del agua reverdecerá, y hará copa como nueva planta. Mas cuando el hombre morirá, y será cortado; y perecerá el hombre, ¿adónde estará él? Las aguas del mar se fueron, y se agotó el río, se secó. Así el hombre yace, y no se tornará a levantar; hasta que no haya cielo no despertarán, ni recordarán de su sueño. ¡Oh quién me diera que me escondieses en la sepultura, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras! Si el hombre muriere, ¿por ventura vivirá? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga mi transformación. Entonces llamarás, y yo te responderé, a la obra de tus manos desearás. Pues ahora me cuentas los pasos, y no das dilación a mi pecado. Tienes sellada en manojo mi prevaricación, y enmiendas a mi iniquidad. Y ciertamente el monte que cae se deshace, y las peñas son traspasadas de su lugar; las piedras son quebrantadas con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra, de tal manera haces perder al hombre la esperanza. Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; demudarás su rostro, y lo enviarás. Sus hijos serán honrados, y él no lo sabrá; o serán afligidos, y no entenderá de ellos. Mas mientras su carne estuviere sobre él se dolerá, y su alma se entristecerá en él.
Al Vencedor: Salmo de David. ¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con ansiedad en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? Es como muerte en mis huesos, cuando mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
Antes por tu causa nos matan cada día; somos tenidos como ovejas para el degolladero. Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no nos deseches para siempre. ¿Por qué escondes tu rostro? ¿Olvidaste nuestra aflicción, y la opresión nuestra?Leer más.
Porque nuestra alma se ha agobiado hasta el polvo; nuestro vientre está pegado con la tierra. Levántate para ayudarnos, y redímenos por tu misericordia.
¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a amar? ¿Se ha acabado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado la palabra suya para generación y generación? ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus misericordias? (Selah.)
SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo humearás tú contra la oración de tu pueblo? Les diste a comer pan de lágrimas, y les diste a beber lágrimas con medida. Nos pusiste por contienda a nuestros vecinos; y nuestros enemigos se burlan de nosotros entre sí.
Me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en honduras. Sobre mí se ha acostado tu ira, y me has afligido con todas tus ondas. (Selah.) Has alejado de mí mis conocidos; me has puesto por abominación a ellos; estoy encerrado, y no saldré.Leer más.
Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, oh SEÑOR, cada día he extendido a ti mis manos.
¿Hasta cuándo, oh SEÑOR, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que mire molestia, y destrucción y violencia delante de mí, habiendo además quien levante pleito y contienda?
Y respondió Abram: Señor DIOS ¿qué me has de dar, siendo así que yo ando solo, y el mayordomo de mi casa es el damasceno Eliezer? Dijo más Abram: He aquí no me has dado simiente, y he aquí el hijo de mi casa me hereda. Y luego la palabra del SEÑOR vino a él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas, aquél te heredará.Leer más.
Y le sacó fuera, y dijo: Mira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente.
El SEÑOR respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré al Faraón; porque con mano fuerte los ha de dejar ir; y con mano fuerte los ha de echar de su tierra. Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy el SEÑOR; y me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi Nombre el SEÑOR (YHWH ) no me notifiqué a ellos.Leer más.
Y también establecí mi pacto con ellos, que les daría la tierra de Canaán, la tierra en que fueron extranjeros, y en la cual peregrinaron. Y asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. Por tanto dirás a los hijos de Israel: Yo soy el SEÑOR; y yo os sacaré de debajo de las cargas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes. Y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios: y vosotros sabréis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios, que os saco de debajo de las cargas de Egipto. Y os meteré en la tierra, por la cual alcé mi mano que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo soy el SEÑOR.
Y Acab dio la nueva a Jezabel de todo lo que Elías había hecho, de como había matado a cuchillo a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y así me añadan, si mañana a estas horas yo no haya puesto tu persona como la de uno de ellos. Y él tuvo temor, y se levantó y se fue por salvar su vida, y vino a Beerseba, que es en Judá, y dejó allí su criado.Leer más.
Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Baste ya, oh SEÑOR, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido: y he aquí luego un ángel que le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y un vaso de agua; y comió y bebió y se volvió a dormir. Y volviendo el ángel del SEÑOR la segunda vez, le tocó, diciendo: Levántate, come; porque gran camino te resta. Se levantó, pues , y comió y bebió; y caminó con la fortaleza de aquella comida cuarenta días y cuarenta noches, hasta el monte de Dios, Horeb.
Además de eso respondió el SEÑOR a Job y dijo: ¿Es por ventura sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto. Y respondió Job al SEÑOR, y dijo:Leer más.
He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, y no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar. Entonces respondió el SEÑOR a Job desde la oscuridad, y dijo: Cíñete ahora como varón tus lomos; yo te preguntaré, y explícame. ¿Por ventura invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte a ti? ¿Tienes tú brazo como Dios? ¿Y tronarás tú con voz como él?
Por tanto, así dijo el SEÑOR: Si te convirtieres, yo te convertiré, y delante de mí estarás; y si sacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. Y te daré a este pueblo por fuerte muro de bronce, y pelearán contra ti, y no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dijo el SEÑOR. Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.
Mirad entre los gentiles, y ved, y maravillaos pasmosamente; porque obra será hecha en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis. Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, gente amarga y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las habitaciones ajenas. Espantosa es y terrible; de ella misma saldrá su derecho y su grandeza.Leer más.
Y serán sus caballos más ligeros que tigres, y más agudos que lobos de tarde; y sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus caballeros, y volarán como águilas que se apresuran a la comida. Toda ella vendrá a la presa; delante de sus caras viento solano; y juntará cautivos como arena. Y él escarnecerá de los reyes, y de los príncipes hará burla; él se reirá de toda fortaleza, y amontonará polvo, y la tomará. Entonces él se ensoberbecerá contra Dios , y pasará adelante, y ofenderá atribuyendo ésta su potencia a su dios.