8 Versículo de la Biblia sobre Los Ministros infieles
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Sus atalayas ciegos son, todos ellos ignorantes; todos son perros mudos que no pueden ladrar; somnolientos, echados, aman el dormir. Sí, ellos son perros comilones e insaciables; y son pastores que no pueden entender: todos ellos miran por sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado. Venid, dicen, tomaré vino, embriaguémonos de licor; y será el día de mañana como éste, o mucho más excelente.
Porque hay muchos contumaces, y habladores de vanidad y engañadores, mayormente los que son de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca, que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene.
Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
Sus cabezas juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.
y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.
Pero si el atalaya viere venir la espada, y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, tomare de él a alguno; por causa de su pecado fue tomado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya. A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.
Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus compañeros, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en el día que no lo espera, y a la hora que no sabe,Leer más.
y le apartará, y pondrá su parte con los hipócritas: Allí será el lloro y el crujir de dientes.