19 Versículo de la Biblia sobre poner la otra mejilla
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Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, no le niegues tampoco la túnica.
Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.
En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde; no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. Pues EL QUE QUIERE AMAR LA VIDA Y VER DIAS BUENOS, REFRENE SU LENGUA DEL MAL Y SUS LABIOS NO HABLEN ENGAÑO.
Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres.
Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira {de Dios,} porque escrito está: MIA ES LA VENGANZA, YO PAGARE, dice el Señor.
Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque El es bondadoso para con los ingratos y perversos.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen,
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
bendecid a los que os maldicen; orad por los que os vituperan.
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; cuando nos ultrajan, bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos;
PERO SI TU ENEMIGO TIENE HAMBRE, DALE DE COMER; Y SI TIENE SED, DALE DE BEBER, PORQUE HACIENDO ESTO, CARBONES ENCENDIDOS AMONTONARAS SOBRE SU CABEZA.
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer pan, y si tiene sed, dale de beber agua;
Cuando dijo esto, uno de los alguaciles que estaba cerca, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Jesús le respondió: Si he hablado mal, da testimonio de lo que {he hablado} mal; pero si {hablé} bien, ¿por qué me pegas?
Entonces le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos; y otros le abofeteaban,
y acercándose a El, le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! Y le daban bofetadas.
Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Cómo pasó el Espíritu del SEÑOR de mí para hablarte a ti? Respondió Micaías: He aquí, tú {lo} verás aquél día en que entres en un aposento interior para esconderte.
Pero David dijo a Abisai: No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del SEÑOR y quedar impune? Dijo también David: Vive el SEÑOR, que ciertamente el SEÑOR lo herirá, o llegará el día en que muera, o descenderá a la batalla y perecerá. No permita el SEÑOR que yo extienda mi mano contra el ungido del SEÑOR; pero ahora, te ruego, toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos.