19 Versículo de la Biblia sobre Promete a los afligidos
Versículos Más Relevantes
Porque olvidarás {tu} aflicción, como aguas que han pasado {la} recordarás.
Porque su ira es sólo por un momento, {pero} su favor es por toda una vida; el llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana {vendrá} el grito de alegría.
Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo libra el SEÑOR.
El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos es quebrantado.
El SEÑOR lo sostendrá en su lecho de enfermo; en su enfermedad, restaurarás su salud.
e invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás.
Bienaventurado el hombre a quien corriges, SEÑOR, y lo instruyes en tu ley;
Aunque yo ande en medio de la angustia, tú me vivificarás; extenderás tu mano contra la ira de mis enemigos, y tu diestra me salvará.
Cuando pases por las aguas, yo {estaré} contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.
No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.
En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no {fuera así,} os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros.
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, {esto es,} para los que son llamados conforme a {su} propósito.
Pues {esta} aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación,
Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo;
antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos de Cristo, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría.
Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?
Y yo le respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.
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