8 Versículo de la Biblia sobre Puertas del Templo
Versículos Más Relevantes
Y la cortina de la entrada del atrio de {tela} azul, púrpura y escarlata, y lino fino torcido {era} obra de tejedor. La longitud {era} de veinte codos y la altura de cinco codos, lo mismo que las cortinas del atrio.
las cortinas del atrio {con} sus columnas y sus basas, la cortina para la entrada del atrio, sus cuerdas, sus estacas y todos los utensilios del servicio del tabernáculo de la tienda de reunión;
Y {Moisés} levantó el atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y colgó la cortina para la entrada del atrio. Así acabó Moisés la obra.
El edificó la puerta superior de la casa del SEÑOR, y edificó extensamente en la muralla de Ofel.
Entonces fue a la puerta que miraba al oriente, subió las gradas, y midió el umbral de la puerta, {y tenía} una caña de ancho, y el otro umbral, una caña de ancho. La cámara {tenía} una caña de largo y una caña de ancho; y entre las cámaras {había} cinco codos; el umbral de la puerta junto al vestíbulo de la puerta hacia el interior {tenía} una caña {de fondo}. Entonces midió el vestíbulo de la puerta, hacia el interior, {y tenía} una caña.Leer más.
Midió el vestíbulo de la puerta, {y tenía} ocho codos, y sus pilares, dos codos. Y el vestíbulo de la puerta {estaba} hacia el interior.
`Y el príncipe entrará desde el exterior por el camino del vestíbulo de la puerta y se detendrá junto al poste de la puerta. Entonces los sacerdotes ofrecerán su holocausto y sus ofrendas de paz, y él adorará junto al umbral de la puerta y luego saldrá, pero no se cerrará la puerta hasta la tarde.
Y {había} un hombre, cojo desde su nacimiento, al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo. Este, viendo a Pedro y a Juan que iban a entrar al templo, les pedía limosna. Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista en él, {le} dijo: ¡Míranos!Leer más.
Y él los miró atentamente, esperando recibir algo de ellos. Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda! Y asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza, y de un salto se puso en pie y andaba. Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios, y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a {pedir} limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido. Y estando él asido de Pedro y de Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón, donde ellos estaban.