63 Versículo de la Biblia sobre Reino de Dios, viniendo de
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Porque Dios es Rey de toda la tierra; cantad alabanzas con armonioso salmo. Dios reina sobre las naciones; sentado está Dios en su santo trono.
Cuando visteis que Nahas, rey de los hijos de Amón, venía contra vosotros, me dijisteis: ``No, sino que un rey ha de reinar sobre nosotros", aunque el SEÑOR vuestro Dios {era} vuestro rey.
Alégrense los cielos y regocíjese la tierra; y digan entre las naciones: El SEÑOR reina.
Y de todos mis hijos (porque el SEÑOR me ha dado muchos hijos), El ha escogido a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino del SEÑOR sobre Israel.
Tuya es, oh SEÑOR, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio, oh SEÑOR, y tú te exaltas como soberano sobre todo. De ti {proceden} la riqueza y el honor; tú reinas sobre todo y en tu mano están el poder y la fortaleza, y en tu mano está engrandecer y fortalecer a todos.
Pero el SEÑOR permanece para siempre; ha establecido su trono para juicio, y juzgará al mundo con justicia; con equidad ejecutará juicio sobre los pueblos.
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de equidad es el cetro de tu reino.
El S{EÑOR} reina, vestido está de majestad; el SEÑOR se ha vestido y ceñido de poder; ciertamente el mundo está bien afirmado, será inconmovible. Desde la antigüedad está establecido tu trono; tú eres desde la eternidad.
El SEÑOR ha establecido su trono en los cielos, y su reino domina sobre todo.
La gloria de tu reino dirán, y hablarán de tu poder, para dar a conocer a los hijos de los hombres tus hechos poderosos, y la gloria de la majestad de tu reino. Tu reino es reino por todos los siglos, y tu dominio {permanece} por todas las generaciones.
Oh SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, que estás {sobre} los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra.
Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su dominio es un dominio eterno, y su reino {permanece} de generación en generación. Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, mas El actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y {entre} los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: `` ¿Qué has hecho?"
Prestadme atención, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá una ley, y estableceré mi justicia para luz de los pueblos. Cerca está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los pueblos; por mí esperan las costas, y en mi brazo ponen su esperanza.
vino José de Arimatea, miembro prominente del concilio, que también esperaba el reino de Dios; y llenándose de valor, entró adonde estaba Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
(el cual no había asentido al plan y al proceder de los demás) {que era} de Arimatea, ciudad de los judíos, {y} que esperaba el reino de Dios.
Y acontecerá en los postreros días, que el monte de la casa del SEÑOR será establecido como cabeza de los montes; se alzará sobre los collados, y confluirán a él todas las naciones. Vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob; para que nos enseñe {acerca} de sus caminos, y andemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del SEÑOR. Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
Y sucederá en los últimos días que el monte de la casa del SEÑOR será establecido como cabeza de los montes; se elevará sobre las colinas, y afluirán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones y dirán: Venid y subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob, para que El nos instruya en sus caminos, y nosotros andemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del SEÑOR. El juzgará entre muchos pueblos, y enjuiciará a naciones poderosas y lejanas; entonces forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
He aquí, un rey reinará con justicia, y príncipes gobernarán con rectitud.
En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: ``Trono del SEÑOR"; y todas las naciones acudirán a ella, a Jerusalén, a causa del nombre del SEÑOR; y no andarán más tras la terquedad de su malvado corazón.
En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y {este} reino no será entregado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre,
``Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y poseerán el reino para siempre, por los siglos de los siglos."
``Y vendrán muchos pueblos y naciones poderosas a buscar al SEÑOR de los ejércitos en Jerusalén y a implorar el favor del SEÑOR."
Y el SEÑOR será rey sobre toda la tierra; aquel día el SEÑOR será uno, y uno su nombre.
Bendito el reino de nuestro padre David que viene; ¿Hosanna en las alturas!
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. El aumento de {su} soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto. Y reposará sobre El el Espíritu del SEÑOR, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR. Se deleitará en el temor del SEÑOR, y no juzgará por lo que vean sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos;Leer más.
sino que juzgará al pobre con justicia, y fallará con equidad por los afligidos de la tierra; herirá la tierra con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío. La justicia será ceñidor de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. El lobo morará con el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito; el becerro, el leoncillo y el animal doméstico {andarán} juntos, y un niño los conducirá. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas, y el león, como el buey, comerá paja. El niño de pecho jugará junto a la cueva de la cobra, y el niño destetado extenderá su mano sobre la guarida de la víbora. No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento del SEÑOR como las aguas cubren el mar.
He aquí, vienen días --declara el SEÑOR-- en que levantaré a David un Renuevo justo; y El reinará {como} rey, actuará sabiamente, y practicará el derecho y la justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel morará seguro; y este es su nombre por el cual será llamado: ``El SEÑOR, justicia nuestra."
Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.
Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.
Y poco después, El comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios; con El {iban} los doce,
predicando el reino de Dios, y enseñando todo lo concerniente al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbo.
Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
Y cuando vayáis, predicad diciendo: ``El reino de los cielos se ha acercado."
Y estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba entre las fieras, y los ángeles le servían. Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios,
Pero El les dijo: También a las otras ciudades debo anunciar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto yo he sido enviado.
Y los envió a proclamar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.
sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: ``Se ha acercado a vosotros el reino de Dios."
A éstos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo concerniente al reino de Dios.
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Cristo Jesús, se bautizaban, tanto hombres como mujeres.
Entró {Pablo} en la sinagoga, y por tres meses continuó hablando denodadamente, discutiendo y persuadiéndo{les} acerca del reino de Dios.
Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de vosotros, entre quienes anduve predicando el reino, volverá a ver mi rostro.
Y habiéndole fijado un día, vinieron en gran número adonde él posaba, y desde la mañana hasta la tarde les explicaba testificando fielmente sobre el reino de Dios, y procurando persuadirlos acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.
Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza.
En aquellos días llegó* Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS.
También decía: ¿A qué compararemos el reino de Dios, o con qué parábola lo describiremos? {Es} como un grano de mostaza, el cual, cuando se siembra en la tierra, aunque es más pequeño que todas las semillas que hay en la tierra, sin embargo, cuando es sembrado, crece y llega a ser más grande que todas las hortalizas y echa grandes ramas, tanto que LAS AVES DEL CIELO pueden ANIDAR BAJO SU SOMBRA.
Entonces decía: ¿A qué es semejante el reino de Dios y con qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y echó en su huerto; y creció y se hizo árbol, y LAS AVES DEL CIELO ANIDARON EN SUS RAMAS.
Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina hasta que todo quedó fermentado.
Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina hasta que todo quedó fermentado.
En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.
Y les decía: En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder.
Pero en verdad os digo que hay algunos de los que están aquí, que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.
Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros.
La ley y los profetas {se proclamaron} hasta Juan; desde entonces se anuncian las buenas nuevas del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.
Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios, {Jesús} les respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con señales visibles, ni dirán: `` ¿Mirad, aquí {está!}" o: `` ¿Allí {está!}" Porque he aquí, el reino de Dios entre vosotros está.
porque os digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
En verdad os digo: Ya no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios.
``Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
Y El les dijo: Cuando oréis, decid: ``Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.