16 Versículo de la Biblia sobre Siendo tentado
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No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis {soportar,} sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistir{la.}
No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo {y} por cierto tiempo, para dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.
``Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén."
``Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación."
Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.
Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.
Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación.
y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación.
Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Y aquéllos sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíz {profunda;} creen por algún tiempo, y en el momento de la tentación sucumben.
Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.
Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie.
Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión.
Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto.
Por eso también yo, cuando ya no pude soportar más, envié para informarme de vuestra fe, por temor a que el tentador os hubiera tentado y que nuestro trabajo resultara en vano.
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