32 Versículo de la Biblia sobre el poder de Cristo

por conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte,

Porque no me avergüenzo del Evangelio del Cristo, porque es potencia de Dios para dar salud a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego.

Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis ignorando las Escrituras, y la potencia de Dios.

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque (mi) potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré de mis flaquezas, para que habite en mí la potencia de Cristo.

Porque la Palabra del madero a la verdad es locura a los que se pierden; mas a los que se salvan, es a decir, a nosotros, es potencia de Dios.

y cuál sea aquella supereminente grandeza de su potencia en nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza,

para vosotros que sois guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrer tiempo.

Todo lo puedo en el Cristo que me fortalece.

pero a los llamados, así judíos como griegos, Cristo es potencia de Dios, y sabiduría de Dios.

que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo,

para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, sino en potencia de Dios.

Y ni mi palabra ni mi predicación fue en palabras persuasivas de humana sabiduría, sino en demostración del Espíritu y de potencia;

Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.

y en él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad.

teniendo apariencia de piedad, pero negando la eficacia de ella; a éstos evita.

con potencia de milagros y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, he llenado todo del Evangelio del Cristo.

Y aconteció un día, que él estaba enseñando, y los fariseos y doctores de la ley estaban sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y la virtud del Señor estaba allí para sanarlos.

No hay semejante a ti, oh SEÑOR; grande eres tú, y grande tu Nombre en fortaleza.

He aquí os doy potestad de hollar sobre serpientes y sobre escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.

Porque el Reino de Dios no consiste en palabras, sino en virtud.

Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos son dadas de su divina potencia, por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud,

sobre todo principado y potestad, y potencia, y señorío, y todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino aun en el venidero:

Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.

De él sin embargo vosotros sois renacidos en Cristo Jesús, el cual nos es hecho de Dios sabiduría, y justicia, y santificación, y redención;

Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Jesús, el Cristo de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

la cual obró en el Cristo, resucitándole de los muertos, y colocándole a su diestra en los lugares celestiales,

El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuera dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

a Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dios del Espíritu Santo y de potencia; que anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él.

Por tanto no te avergüences de dar testimonio del Señor nuestro, ni de mí, que estoy preso por él; antes sé participante de los trabajos del Evangelio por el poder de Dios,