36 Versículo de la Biblia sobre la crítica

Pobreza y vergüenza {vendrán} al que menosprecia la instrucción, mas el que acepta la reprensión será honrado.

Mejor es oír la reprensión del sabio que oír la canción de los necios.

{Como} pendiente de oro y adorno de oro fino es el sabio que reprende al oído atento.

El que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que odia la reprensión es torpe.

teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros;

Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez {de ella.}

No difames al esclavo ante su amo, no sea que te acuse y seas hallado culpable.

El camino del necio es recto a sus propios ojos, mas el que escucha consejos es sabio.

El oído que escucha las reprensiones de la vida, morará entre los sabios.

Y {Jesús} no le respondió ni a una sola pregunta, por lo que el gobernador estaba muy asombrado.

El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado.

{con} palabra sana {e} irreprochable, a fin de que el adversario se avergüence al no tener nada malo que decir de nosotros.

El que reprende al hombre hallará después {más} favor que el que {lo} lisonjea con la lengua.

Mi defensa contra los que me examinan es ésta:

para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo,

Fieles son las heridas del amigo, pero engañosos los besos del enemigo.

¿Podrá el que censura contender con el Todopoderoso? El que reprende a Dios, responda a esto.

Entonces Miriam y Aarón hablaron contra Moisés por causa de la mujer cusita con quien se había casado (pues se había casado con una mujer cusita);

¿Quién eres tú para juzgar al criado de otro? Para su propio amo está en pie o cae, y en pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie.

Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, para que yo responda al que me afrenta.

Ni aun en tu recámara maldigas al rey, ni en tus alcobas maldigas al rico, porque un ave de los cielos llevará el rumor, y un ser alado hará conocer el asunto.

Mejor es la reprensión franca que el amor encubierto.

Porque amaban más el reconocimiento de los hombres que el reconocimiento de Dios.

pues nos preocupamos por lo que es honrado, no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres.

Aceptad al que es débil en la fe, {pero} no para juzgar {sus} opiniones.

Los descarriados de espíritu conocerán la verdad, y los murmuradores aceptarán instrucción.

Pero si os mordéis y os devoráis unos a otros, tened cuidado, no sea que os consumáis unos a otros.

¿Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.

Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí.

Pero Jesús, sabiendo en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza?

Por eso sus hermanos le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea para que también tus discípulos vean las obras que tú haces.

No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; reprende al sabio, y te amará.

Cara a cara hablo con él, abiertamente y no en dichos oscuros, y él contempla la imagen del SEÑOR. ¿Por qué, pues, no temisteis hablar contra mi siervo, contra Moisés?

Yo también hablaría como vosotros, si vuestra alma estuviera en lugar de mi alma. Podría hilvanar palabras contra vosotros, y mover ante vosotros la cabeza.

Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios.