26 Versículo de la Biblia sobre la fuerza

«Salmo de David» Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y en parte de hierro, el reino será dividido; mas habrá en él algo de fortaleza de hierro, según que viste el hierro mezclado con el barro cocido.

y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fortaleza,

Él guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas; porque nadie prevalecerá por su propia fuerza.

Tú, pues, sufre aflicciones como fiel soldado de Jesucristo.

Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios.

Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro, y en parte de barro cocido, en parte será el reino fuerte, y en parte será frágil.

Derrama tu ira sobre las gentes que no te conocen, y sobre los reinos que no invocan tu nombre.

Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras esposas; pero al principio no fue así.

Tampoco echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; mas echan el vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.

Si flaqueares en el día de adversidad, tu fuerza será reducida.

Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo rompe los odres, y se derrama el vino, y los odres se pierden; mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.

Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme a la palabra de Jehová.

Recogían malvas entre los arbustos, y raíces de enebro para calentarse.

Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y pulveriza todas las cosas, y como el hierro que quebranta todas estas cosas, desmenuzará y quebrantará.

Corta cedros para sí, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia.

Sabe, pues, hoy que Jehová tu Dios es el que pasa delante de ti, fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti: y tú los echarás, y los destruirás luego, como Jehová te ha dicho.

Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalén, se hincaba de rodillas tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.