52 Versículo de la Biblia sobre la revelación

Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.

Escribe, pues, las cosas que has visto, y las que son, y las que han de suceder después de éstas.

También me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que yo había oído, como {sonido} de trompeta que hablaba conmigo, decía: Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas.

Y me dijeron*: Debes profetizar otra vez acerca de muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.

Y me dijo*: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

Yo soy el Alfa y la Omega --dice el Señor Dios-- el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

Y los reyes de la tierra, y los grandes, los comandantes, los ricos, los poderosos, y todo siervo y {todo} libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;

porque en una hora ha sido arrasada tanta riqueza." Y todos los capitanes, pasajeros y marineros, y todos los que viven del mar, se pararon a lo lejos,

Ellos verán su rostro, y su nombre {estará} en sus frentes.

También tenían corazas como corazas de hierro; y el ruido de sus alas era como el estruendo de carros, de muchos caballos que se lanzan a la batalla.

y decían* a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros y escondednos de la presencia del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero,

Tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y {en ellas había} nombres escritos, que son {los} de las doce tribus de los hijos de Israel.

Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.

Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca.

`Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he hallado completas tus obras delante de mi Dios.

`No obstante, lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.

He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa {está} conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra.

Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido.

Y {está} vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo de Dios.

Cuando los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión,

Y blasfemaron contra el Dios del cielo por causa de sus dolores y de sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras.

Y cantaban* un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios {a gente} de toda tribu, lengua, pueblo y nación.

La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero {es} su lumbrera.

También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra en presencia de los hombres.

`Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, si no te arrepientes.

`He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.

Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos {son} los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.

Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.

y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlas para la batalla; el número de ellas es como la arena del mar.

`Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete.

`Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

el quinto, sardónice; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; y el duodécimo, amatista.

para que comáis carne de reyes, carne de comandantes y carne de poderosos, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de todos {los hombres}, libres y esclavos, pequeños y grandes.

y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, oh Señor santo y verdadero, esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra?

`Yo conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y que tus obras recientes son mayores que las primeras.

Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.

Después que los siete truenos hablaron, iba yo a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho y no las escribas.

Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.

y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos en este libro.