13 Versículo de la Biblia sobre la voz del arcángel
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Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos {y} que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.
Pero que El les dé alivio a ustedes que son afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con Sus poderosos ángeles en llama de fuego,
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y {de} los seres vivientes y {de} los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares,
Después de esto, vi a cuatro ángeles de pie en los cuatro extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento alguno, ni sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. También vi a otro ángel que subía de donde sale el sol y que tenía el sello del Dios vivo. Y gritó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había concedido hacer daño a la tierra y al mar:
Vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios, y se les dieron siete trompetas. Otro ángel vino y se paró ante el altar con un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para que {lo} añadiera a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. De la mano del ángel subió ante Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.
y decía al sexto ángel que tenía la trompeta: ``Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran Río Eufrates." Y fueron desatados los cuatro ángeles que habían sido preparados para la hora, el día, el mes, y el año, para matar a la tercera parte de la humanidad.
Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré, y en mi boca fue dulce como la miel; pero cuando lo comí, me amargó las entrañas.
{Entonces} hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.
él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en la copa de Su ira. Será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero.
Entonces vi otra señal en el cielo, grande y maravillosa: siete ángeles que tenían siete plagas, las últimas, porque en ellas se ha consumado (se ha completado) el furor de Dios. Vi también como un mar de cristal mezclado con fuego, y a los que habían salido victoriosos sobre la bestia, sobre su imagen y sobre el número de su nombre, en pie sobre el mar de cristal, con arpas de Dios. Y cantaban el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: `` ¡Grandes y maravillosas son Tus obras, oh Señor Dios, Todopoderoso! ¡Justos y verdaderos son Tus caminos, oh Rey de las naciones!Leer más.
¡Oh Señor! ¿Quién no temerá y glorificará Tu nombre? Pues sólo Tú eres santo; Porque TODAS LAS NACIONES VENDRAN Y ADORARAN EN TU PRESENCIA, Pues Tus justos juicios han sido revelados." Después de estas cosas miré, y se abrió el templo del tabernáculo del testimonio en el cielo. Y salieron del templo los siete ángeles que tenían las siete plagas. Estaban vestidos de lino puro {y} resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro.
Oí entonces una gran voz que desde el templo decía a los siete ángeles: ``Vayan y derramen en la tierra las siete copas del furor de Dios."
Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, vino y habló conmigo: ``Ven; te mostraré el juicio de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas.
Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas siete plagas, y habló conmigo, diciendo: ``Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero." Entonces me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, y tenía la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino.Leer más.
Tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles, y en las puertas {estaban} escritos {los nombres} de las doce tribus de los hijos de Israel.