20 Versículo de la Biblia sobre matar a muchas personas
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Y me dijo: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande sobremanera, pues la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversidad; porque han dicho: Jehová ha dejado la tierra, y Jehová no ve.
Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.
Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.
Galaad, ciudad de obradores de iniquidad, ensuciada de sangre.
He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, estuvieron en ti para derramar sangre.
Él, y con él su pueblo, los más violentos de las naciones, serán traídos para destruir la tierra; y desenvainarán sus espadas contra Egipto, y llenarán la tierra de muertos.
Y he aquí, que golpeé mi mano a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de la sangre que derramaste en medio de ti.
Dirás, pues: Así dice Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!
cuando el Señor haya lavado las inmundicias de las hijas de Sión, y limpiado la sangre derramada en medio de Jerusalén, con espíritu de juicio y con espíritu de fuego.
¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad!
Y derramé mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos la contaminaron.
Pero noticias del oriente y del norte lo estremecerán; y saldrá con grande ira para destruir y matar a muchos.
Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo vengaré la sangre de Jezreel sobre la casa de Jehú, y haré cesar el reino de la casa de Israel.
Sin la sangre de los muertos, sin la grosura de valientes, el arco de Jonatán nunca volvió atrás, ni la espada de Saúl volvió vacía.
Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl mató a sus miles, y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino.
Y los siervos de Aquís le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿No es éste de quien cantaban con danzas, diciendo: Hirió Saúl sus miles, y David sus diez miles?
¿No es éste David de quien cantaban con danzas, diciendo: Saúl hirió sus miles, y David sus diez miles?
Éstos son los nombres de los valientes que David tuvo: El tacmonita, que se sentaba en cátedra, principal de los capitanes; éste era Adino el eznita, que blandiendo su lanza mató a ochocientos hombres en una ocasión.
Y Abisai hermano de Joab, hijo de Sarvia, fue el principal de los tres. Y éste alzó su lanza contra trescientos y los mató, y tuvo renombre entre los tres.
Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles.