'Aquí' en la Biblia
- 1.Gé 1:29-Gé 42:2
- 2.Gé 42:13-Números 23:17
- 3.Números 23:20-1 Samuel 3:8
- 4.1 Samuel 3:11-2 Samuel 16:8
- 5.2 Samuel 16:11-2 Reyes 17:26
- 6.2 Reyes 18:21-Job 33:12
- 7.Job 33:29-Isaías 37:7
- 8.Isaías 37:9-Jeremías 16:21
- 9.Jeremías 17:15-Ezequiel 4:8
- 10.Ezequiel 4:14-Ezequiel 43:2
- 11.Ezequiel 43:5-Mateo 8:2
- 12.Mateo 8:24-Lucas 7:12
- 13.Lucas 7:25-Hechos 13:25
- 14.Hechos 13:46-Apocalipsis 22:12
Y alzóme el espíritu, y metióme en el atrio de adentro; y he aquí que la gloria de Jehová hinchió la casa.
Esta es la ley de la casa: Sobre la cumbre del monte, todo su término alrededor será santísimo. He aquí que esta es la ley de la casa.
Y llevóme hacia la puerta del norte por delante de la casa, y miré, y he aquí, la gloria de Jehová había henchido la casa de Jehová: y caí sobre mi rostro.
HIZOME tornar luego á la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente: porque la fachada de la casa estaba al oriente: y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al mediodía del a
Y sacóme por el camino de la puerta del norte, é hízome rodear por el camino fuera de la puerta, por de fuera al camino de la que mira al oriente: y he aquí las aguas que salían al lado derecho.
Y tornando yo, he aquí en la ribera del arroyo había árboles muy muchos de la una parte y de la otra.
Tú, oh rey, veías, y he aquí una grande imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
He aquí nuestro Dios á quien honramos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
Respondió él y dijo: He aquí que yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún daño hay en ellos: y el parecer del cuarto es semejante á hijo de los dioses.
Veía en las visiones de mi cabeza en mi cama, y he aquí que un vigilante y santo descendía del cielo.
Habló Daniel y dijo: Veía yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en la gran mar.
Y he aquí otra segunda bestia, semejante á un oso, la cual se puso al un lado, y tenía en su boca tres costillas entre sus dientes; y fuéle dicho así: Levántate, traga carne mucha.
Después de esto yo miraba, y he aquí otra, semejante á un tigre, y tenía cuatro alas de ave en sus espaldas: tenía también esta bestia cuatro cabezas; y fuéle dada potestad.
Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible, y en grande manera fuerte; la cual tenía unos dientes grandes de hierro: devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies: y era muy diferent
Estando yo contemplando los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño subía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí, en este cuerno había ojos como ojos de hombre, y una boca que hablaba grandezas.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande edad, é hiciéronle llegar delante de él.
Hasta aquí fué el fin de la plática. Yo Daniel, mucho me turbaron mis pensamientos, y mi rostro se me mudó: mas guardé en mi corazón el negocio.
Y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos: y aunque eran altos, el uno era más alto que el otro; y el más alto subió á la postre.
Y estando yo considerando, he aquí un macho de cabrío venía de la parte del poniente sobre la haz de toda la tierra, el cual no tocaba la tierra: y tenía aquel macho de cabrío un cuerno notable entre sus ojos:
Y acaeció que estando yo Daniel considerando la visión, y buscando su inteligencia, he aquí, como una semejanza de hombre se puso delante de mí.
Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo ha de venir en el fin de la ira: porque al tiempo se cumplirá:
Y alzando mis ojos miré, y he aquí un varón vestido de lienzos, y ceñidos sus lomos de oro de Uphaz:
Y, he aquí, una mano me tocó, é hizo que me moviese sobre mis rodillas, y sobre las palmas de mis manos.
Mas el príncipe del reino de Persia se puso contra mí veintiún días: y he aquí, Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y yo quedé allí con los reyes de Persia.
Mas he aquí, como una semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca, y hablé, y dije á aquel que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión se revolvieron mis dolores sobre mí, y no me quedó fuerza.
Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aun habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos; y fortificándose con sus riquezas, despertará á todos contra el reino de Javán.
Y yo, Daniel, miré, y he aquí otros dos que estaban, el uno de esta parte á la orilla del río, y el otro de la otra parte á la orilla del río.
Y díjole Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí á poco yo visitaré las sangres de Jezreel sobre la casa de Jehú, y haré cesar el reino de la casa de Israel.
Por tanto, he aquí yo cerco tu camino con espinas, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos.
Empero he aquí, yo la induciré, y la llevaré al desierto, y hablaré á su corazón.
Porque, he aquí se fueron ellos á causa de la destrucción: Egipto los recogerá, Memphis los enterrará: espino poseerá por heredad lo deseable de su plata, ortiga crecerá en sus moradas.
Y responderá Jehová, y dirá á su pueblo: He aquí yo os envío pan, y mosto, y aceite, y seréis saciados de ellos: y nunca más os pondré en oprobio entre las gentes.
PORQUE he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré tornar la cautividad de Judá y de Jerusalem,
He aquí los levantaré yo del lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza.
Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de haces;
El Señor Jehová juró por su santidad: He aquí, vienen días sobre vosotros en que os llevará en anzuelos, y á vuestros descendientes en barquillos de pescador.
Porque he aquí, el que forma los montes, y cría el viento, y denuncia al hombre su pensamiento; el que hace á las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová, Dios de los ejércitos, es su nombre.
Porque he aquí, Jehová mandará, y herirá con hendiduras la casa mayor, y la casa menor con aberturas.
Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dice Jehová Dios de los ejércitos, gente que os oprimirá desde la entrada de Hamath hasta el arroyo del desierto.
ASI me ha mostrado el Señor Jehová: y he aquí, él criaba langostas al principio que comenzaba á crecer el heno tardío; y he aquí, era el heno tardío después de las siegas del rey.
El Señor Jehová me mostró así: y he aquí, llamaba para juzgar por fuego el Señor Jehová; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.
Enseñóme así: he aquí, el Señor estaba sobre un muro hecho á plomo, y en su mano una plomada de albañil.
Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, Yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel: No le pasaré más:
ASI me ha mostrado Jehová: y he aquí un canastillo de fruta de verano.
He aquí vienen días, dice el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre á la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oir palabra de Jehová.
He aquí los ojos del Señor Jehová están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la haz de la tierra: mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová.
Porque he aquí yo mandaré, y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las gentes, como se zarandea el grano en un harnero, y no cae un granito en la tierra.
He aquí vienen días, dice Jehová en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleva la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.
He aquí, pequeño te he hecho entre las gentes; abatido eres tú en gran manera.
Y comenzó Jonás á entrar por la ciudad, camino de un día, y pregonaba diciendo: De aquí á cuarenta días Nínive será destruida.
Porque he aquí, Jehová sale de su lugar, y descenderá, y hollará sobre las alturas de la tierra.
Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo pienso sobre esta familia un mal, del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo.
He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que pregona la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos: porque nunca más pasará por ti el malvado; pereció del todo.
Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré á humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y raeré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá voz de tus embajadores.
Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu cara, y mostraré á las gentes tu desnudez, y á los reinos tu vergüenza.
He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti: las puertas de tu tierra se abrirán de par en par á tus enemigos: fuego consumirá tus barras.
Porque he aquí, yo levanto los Caldeos, gente amarga y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las habitaciones ajenas.
He aquí se enorgullece aquel cuya alma no es derecha en él: mas el justo en su fe vivirá.
Ay del que dice al palo; Despiértate; y á la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí él está cubierto de oro y plata, y no hay dentro de él espíritu.
He aquí, en aquel tiempo yo apremiaré á todos tus opresores; y salvaré la coja, y recogeré la descarriada; y pondrélos por alabanza y por renombre en todo país de confusión.
Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí á poco aun haré yo temblar los cielos y la tierra, y la mar y la seca:
Y respondió Haggeo y dijo: Así es este pueblo, y esta gente, delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.
Vi de noche, y he aquí un varón que cabalgaba sobre un caballo bermejo, el cual estaba entre los mirtos que había en la hondura; y detrás de él había caballos bermejos, overos, y blancos.
Y ellos hablaron á aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta.
Después alcé mis ojos, y miré, y he aquí cuatro cuernos.
ALCÉ después mis ojos, y miré y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.
Y he aquí, salía aquel ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro,
Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo á sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.
Canta y alégrate, hija de Sión: porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová.
Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también tú guardarás mis atrios, y entre estos que aquí están te daré plaza.
Escucha pues ahora, Josué gran sacerdote, tú, y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones simbólicos: He aquí, yo traigo á mi siervo, el Pimpollo.
Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos: he aquí, yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.
Y díjome: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo de oro, con su vaso sobre su cabeza, y sus siete lámparas encima del candelero; y siete canales para las lámparas que están encima de él;
Y TORNÉME, y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un rollo que volaba.
Y he aquí, traían un talento de plomo, y una mujer estaba asentada en medio de aquel epha.
Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el epha entre la tierra y los cielos.
Y TORNÉME, y alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de metal.
Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es Pimpollo, el cual germinará de su lugar, y edificará el templo de Jehová:
Asi ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol;
He aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá en la mar su fortaleza, y ella será consumida de fuego.
Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalem: he aquí, tu rey vendrá á ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna.
Por tanto, no más tendré piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová: porque he aquí, yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero, y en mano de su rey; y quebrantarán la tierra, y yo no libraré de sus manos.
porque he aquí, yo levanto pastor en la tierra, que no visitará las perdidas, no buscará la pequeña, no curará la perniquebrada, ni llevará la cansada á cuestas; sino que se comerá la carne de la gruesa, y romperá sus uñas.
He aquí, yo pongo á Jerusalem por vaso de temblor á todos los pueblos de alrededor cuando estén en el sitio contra Judá y contra Jerusalem.
HE aquí, el día de Jehová viene, y tus despojos serán repartidos en medio de ti.
He aquí, yo os daño la sementera, y esparciré el estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de vuestras solemnidades, y con él seréis removidos.
HE aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá á su templo el Señor á quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, á quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.
PORQUE he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama.
He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.
Y pensando él en esto, he aquí el ángel del Señor le aparece en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas de recibir á María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, Y llamarás su nombre Emmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios.
Y COMO fué nacido Jesús en Bethlehem de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos magos vinieron del oriente á Jerusalem,
Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron: y he aquí la estrella que habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se puso sobre donde estaba el niño.
Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José, diciendo: Levántate, y toma al niño y á su madre, y huye á Egipto, y estáte allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo.
Mas muerto Herodes, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José en Egipto,
Y Jesús, después que fué bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.
El diablo entonces le dejó: y he aquí los ángeles llegaron y le servían.
O ¿cómo dirás á tu hermano: Espera, echaré de tu ojo la mota, y he aquí la viga en tu ojo?
Y he aquí un leproso vino, y le adoraba, diciendo: Señor, si quisieres, puedes limpiarme.
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