'Aquí' en la Biblia
- 1.Gé 1:29-Gé 38:21
- 2.Gé 38:22-Éx 34:10
- 3.Éx 34:11-Jueces 3:24
- 4.Jueces 3:25-1 Samuel 16:15
- 5.1 Samuel 16:18-2 Samuel 24:17
- 6.2 Samuel 24:22-2 Reyes 13:21
- 7.2 Reyes 15:11-Job 19:7
- 8.Job 21:16-Isaías 8:22
- 9.Isaías 10:25-Jeremías 4:16
- 10.Jeremías 4:23-Jeremías 44:2
- 11.Jeremías 44:11-Ezequiel 25:8
- 12.Ezequiel 25:9-Miqueas 1:3
- 13.Miqueas 2:3-Mateo 25:20
- 14.Mateo 25:22-Lucas 23:5
- 15.Lucas 23:14-Santiago 4:1
- 16.Santiago 5:4-Apocalipsis 22:12
Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí otros dos talentos que he ganado sobre ellos.
por tanto tuve miedo, y fui, y escondí tu talento en la tierra; he aquí tienes lo que es tuyo.
Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, hasta que vaya allí y ore.
Entonces Jesús les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Entonces vino a sus discípulos y les dice: Dormid ya, y descansad; he aquí ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.
Levantaos, vamos; he aquí ha llegado el que me ha entregado.
Y hablando aún él, he aquí Judas, uno de los doce, vino, y con él muchas personas con espadas y bastones, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo.
Y he aquí, uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó una oreja.
Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestidos, diciendo: Ha blasfemado; ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.
Y he aquí, el velo del Templo se rompió en dos, de alto a bajo; y la tierra tembló, y las piedras se hendieron;
Y he aquí, fue hecho un gran terremoto; porque el ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, había revuelto la piedra del sepulcro, y estaba sentado sobre ella.
No está aquí; porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
E id presto, decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos; y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis; he aquí, os lo he dicho.
he aquí, Jesús les sale al encuentro, diciendo: Halláis gozo. Y ellas se llegaron y abrazaron sus pies, y le adoraron.
Y yendo ellas, he aquí unos de la guardia vinieron a la ciudad, y dieron aviso a los príncipes de los sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido.
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del siglo. Amén.
Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío a mi mensajero delante de tu faz, que apareje tu camino delante de ti.
Y he aquí estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar,
Entonces los fariseos le dijeron: He aquí, ¿por qué hacen tus discípulos en sábado lo que no es lícito?
Y dijo* al hombre que tenía la mano seca: Levántate {y ponte aquí} en medio.
La multitud estaba sentada alrededor de él, y le dijeron: He aquí, tu madre y tus hermanos (y tus hermanas) te buscan fuera.
Y mirando alrededor a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y hermanos.
Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
Y he aquí, vino uno de los príncipes de la sinagoga llamado Jairo, y luego que le vio, se postró a sus pies,
¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas, y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros, sus hermanas? Y se escandalizaban de él.
Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar a éstos de pan aquí en el desierto?
También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el Reino de Dios que viene con potencia.
Entonces respondiendo Pedro, dice a Jesús: Maestro, bien será que nos quedemos aquí, y hagamos tres tabernáculos: para ti uno, y para Moisés otro, y para Elías otro;
Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido.
He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes, y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles;
Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado.
Y entonces si alguno os dijere: He aquí, aquí está el Cristo; o, He aquí, allí está, no le creáis.
Mas vosotros mirad; he aquí os lo he dicho antes todo.
Y vienen al lugar que se llama Getsemaní, y dice a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.
Y les dice: Está muy triste mi alma, hasta la muerte; esperad aquí y velad.
Y vino la tercera vez, y les dice: Dormid ya y descansad. Basta, la hora es venida; he aquí, el Hijo del hombre es entregado en manos de los pecadores.
Levantaos, vamos; he aquí, el que me entrega está cerca.
Y oyéndole unos de los que estaban allí, decían: He aquí, llama a Elías.
Más él les dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno a quien colgaron del madero; resucitado es, no está aquí; he aquí el lugar donde le pusieron.
Y he aquí estarás mudo y no podrás hablar, hasta el día que esto sea hecho, por cuanto no creiste a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.
Y he aquí, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
Y he aquí, Elisabet tu parienta, también ella ha concebido hijo en su vejez; y éste es el sexto mes para ella que era llamada la estéril;
Entonces María dijo: He aquí la criada del Señor; cúmplase en mí conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Porque he aquí, cuando llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
porque miró a la bajeza de su criada; Porque he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor; y tuvieron gran temor.
Mas el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy evangelio de gran gozo, que será a todo el pueblo;
Y he aquí, había un hombre en Jerusalén, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo era sobre él.
Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal a la que será contradicho;
Y cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor.
Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre las almenas del Templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.
Y aconteció que estando en una ciudad, he aquí un hombre lleno de lepra, el cual viendo a Jesús, postrándose sobre el rostro, le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Y he aquí unos hombres, que traían sobre un lecho un hombre que estaba paralítico; y buscaban por dónde meterle, y ponerle delante de él.
Gozaos en aquel día, y alegraos; porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres a los profetas.
Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban fuera a un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda; y había con ella grande compañía de la ciudad.
Mas ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre cubierto de vestidos delicados? He aquí, los que están en vestido precioso, y viven en delicias, en los palacios de los reyes están.
Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi ángel delante de tu faz, El cual aparejará tu camino delante de ti.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, cuando entendió que estaba a la mesa en casa de aquel fariseo, trajo un alabastro de ungüento,
Y he aquí un varón, llamado Jairo, y que era príncipe de la sinagoga, vino, y cayendo a los pies de Jesús, le rogaba que entrara en su casa;
Y el día había comenzado a declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la multitud, para que yendo a las aldeas y heredades de alrededor, procedan a alojarse y hallen viandas; porque aquí estamos en lugar desierto.
Y os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que vean el Reino de Dios.
Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
Y aconteció, que apartándose ellos de él, Pedro dice a Jesús: Maestro, bien es que nos quedemos aquí; y hagamos tres tabernáculos: uno para ti, y uno para Moisés, y uno para Elías; no sabiendo lo que decía.
Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo; que es el único que tengo;
y he aquí un espíritu le toma, y de repente da voces; y le despedaza y hace echar espuma, y apenas se aparta de él quebrantándole.
Andad, he aquí yo os envío como a corderos en medio de lobos.
He aquí os doy potestad de hollar sobre serpientes y sobre escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Y he aquí, un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
La reina del austro se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación, y los condenará; porque vino de los fines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón; y he aquí más que Salomón en este lugar.
Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás se arrepintieron; y he aquí más que Jonás en este lugar.
Empero de lo que os resta, dad limosna; y he aquí todo os será limpio.
Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres.
Y dijo al viñero: He aquí tres años ha que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, ¿por qué ocupará aún la tierra?
Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad hacía dieciocho años, y andaba agobiada, que en ninguna manera se podía enderezar.
Y a esta hija de Abraham, que he aquí Satanás la había ligado dieciocho años, ¿no conviene desatarla de esta ligadura en día de sábado?
Y he aquí, hay postreros que serán primeros, y hay primeros que serán postreros.
Aquel mismo día llegaron unos de los fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago sanidades hoy y mañana, y al tercer día soy perfeccionado.
He aquí, os es dejada vuestra Casa desierta; y os digo que no me veréis hasta que venga tiempo cuando digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.
Y he aquí un hombre hidrópico estaba delante de él.
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Mas él respondiendo, dijo al padre: He aquí tantos años te sirvo, no habiendo traspasado jamás tu mandamiento, y nunca me has dado un cabrito para hacer banquete con mis amigos;
Y le dijo Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
Y además de todo esto, una gran sima está constituida entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar a nosotros.
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el Reino de Dios entre vosotros está.
Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.
Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido.
Y Jesús, tomando aparte a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre.
y he aquí un varón llamado Zaqueo, el cual era el principal de los publicanos, y era rico;
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;
Y él les dijo: He aquí cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,
Con todo eso, he aquí la mano del que me entrega, conmigo en la mesa.
Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí que Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: Basta.
Estando él aún hablando, he aquí una multitud; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos; y llegó a Jesús para besarle.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Dejad hasta aquí. Y tocando su oreja, le sanó.
Mas ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 1:29-Gé 38:21
- 2.Gé 38:22-Éx 34:10
- 3.Éx 34:11-Jueces 3:24
- 4.Jueces 3:25-1 Samuel 16:15
- 5.1 Samuel 16:18-2 Samuel 24:17
- 6.2 Samuel 24:22-2 Reyes 13:21
- 7.2 Reyes 15:11-Job 19:7
- 8.Job 21:16-Isaías 8:22
- 9.Isaías 10:25-Jeremías 4:16
- 10.Jeremías 4:23-Jeremías 44:2
- 11.Jeremías 44:11-Ezequiel 25:8
- 12.Ezequiel 25:9-Miqueas 1:3
- 13.Miqueas 2:3-Mateo 25:20
- 14.Mateo 25:22-Lucas 23:5
- 15.Lucas 23:14-Santiago 4:1
- 16.Santiago 5:4-Apocalipsis 22:12
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (147)
- Éxodo (56)
- Levítico (12)
- Números (40)
- Deuteronomio (20)
- Josué (23)
- Jueces (44)
- Rut (10)
- 1 Samuel (92)
- 2 Samuel (57)
- 1 Reyes (54)
- 2 Reyes (60)
- 1 Crónicas (10)
- 2 Crónicas (47)
- Esdras (2)
- Nehemías (2)
- Ester (3)
- Job (52)
- Salmos (38)
- Proverbios (5)
- Eclesiastés (9)
- Cantares (7)
- Isaías (101)
- Jeremías (141)
- Lamentaciones (1)
- Ezequiel (118)
- Daniel (24)
- Oseas (4)
- Joel (3)
- Amós (15)
- Abdías (1)
- Jonás (1)
- Miqueas (2)
- Nahúm (4)
- Habacuc (3)
- Sofonías (1)
- Hageo (3)
- Zacarías (23)
- Malaquías (4)