'Cedrón' en la Biblia
Mientras todo el país lloraba en alta voz, todo el pueblo cruzó. El rey también cruzó el torrente Cedrón, y todo el pueblo pasó en dirección al desierto.
"Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón, ten por cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá sobre tu cabeza."
También quitó a Maaca su abuela de {ser} reina madre, porque ella había hecho una horrible imagen de Asera. Además Asa derribó su horrible imagen y {la} quemó junto al torrente Cedrón.
Después el rey ordenó que el sumo sacerdote Hilcías y los sacerdotes de segundo orden y los guardianes del umbral, sacaran del templo del SEÑOR todas las vasijas que se habían hecho para Baal, para la Asera (deidad femenina) y para todo el ejército de los cielos, y los quemó fuera de Jerusalén en los campos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel (Casa de Dios).
Y sacó la Asera de la casa del SEÑOR fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón, y la quemó junto al torrente Cedrón; {la} redujo a polvo y arrojó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.
Y los altares que {estaban} sobre el techo, el aposento alto de Acaz que habían hecho los reyes de Judá, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa del SEÑOR el rey los derribó, los destrozó allí y arrojó su polvo al torrente Cedrón.
El rey Asa también depuso a Maaca, su madre, de ser reina madre, porque ella había hecho una horrible imagen de Asera (diosa de Canaán). Asa derribó la horrible imagen, {la} hizo pedazos y {la} quemó junto al torrente Cedrón.
Los sacerdotes entraron al interior de la casa del SEÑOR para limpiar{la,} y sacaron al atrio de la casa del SEÑOR todas las cosas inmundas que hallaron en el templo del SEÑOR. Entonces los Levitas {las} recogieron para llevar{las} fuera al torrente Cedrón.
Y se levantaron y quitaron los altares que {había} en Jerusalén; también quitaron todos los altares de incienso y {los} arrojaron al torrente Cedrón.
"Y todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, y todos los campos hasta el arroyo Cedrón, hasta la esquina de la Puerta de los Caballos hacia el oriente, serán santos al SEÑOR. {La ciudad} no será arrancada ni derribada nunca jamás."
Después de decir esto, Jesús salió con Sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el cual entró El con Sus discípulos.