'Esté' en la Biblia
- 1.Gé 1:11-Éx 30:31
- 2.Éx 32:1-Deuteronomio 11:5
- 3.Deuteronomio 17:16-1 Samuel 9:17
- 4.1 Samuel 9:24-2 Reyes 8:5
- 5.2 Reyes 9:20-Ester 1:17
- 6.Ester 4:14-Jeremías 4:10
- 7.Jeremías 4:11-Ezequiel 12:27
- 8.Ezequiel 18:2-Mateo 24:13
- 9.Mateo 24:14-Lucas 22:59
- 10.Lucas 23:2-Juan 20:30
- 11.Juan 21:21-Romanos 11:25
- 12.Romanos 11:27-Apocalipsis 22:19
¿Qué pensáis vosotros, vosotros que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, diciendo: Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos tienen la dentera?
Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel.
en mis ordenanzas caminare, y guardare mis derechos para hacer según la verdad, éste es justo; éste vivirá, dijo el Señor DIOS.
diere a usura, y recibiere más de lo que dio; ¿vivirá éste? No vivirá. Todas estas abominaciones hizo; de cierto morirá; su sangre será sobre él.
Pero si éste engendrare hijo, el cual viere todos los pecados que su padre hizo, y viéndolos no hiciere según ellos;
apartare su mano de oprimir al pobre, usura ni aumento no recibiere; hiciere según mis derechos, y anduviere en mis ordenanzas, éste no morirá por la iniquidad de su padre; de cierto vivirá.
Y dije: ¡Ah, Señor DIOS! Ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?
Clama y aúlla, oh hijo de hombre; porque éste será sobre mi pueblo, será él sobre todos los príncipes de Israel. Temores de espada serán a mi pueblo; por tanto, hiere el muslo;
Hijo de hombre, escríbete el nombre de este día; el rey de Babilonia puso sitio sobre Jerusalén este mismo día.
este día vendrá a ti un escapado para traer las nuevas.
¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en la tierra baja; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada. Este es Faraón y todo su pueblo, dijo el Señor DIOS.
He aquí, vino y fue, dijo el Señor DIOS: este es el día del cual yo hablé.
Midió también su longitud, de veinte codos, y la anchura de veinte codos, delante del Templo; y me dijo: Este es el lugar Santísimo.
Y me dijo: Hijo de hombre, éste es el lugar de mi asiento, y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca más contaminará la Casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, y con los cuerpos muertos de sus reyes en sus altares.
Y éstas son las medidas del altar en codos (el codo de a codo y palmo). El aro del medio, de un codo, y de un codo el ancho; y su remate por su borde alrededor, de un palmo. Este será el fondo alto del altar.
Y me dijo: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán lo ofrecido como la culpa y lo ofrecido como el pecado; allí cocerán el presente, por no sacarlo al atrio de afuera para santificar al pueblo.
Y será que toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchos peces en gran manera por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este arroyo.
Así dijo el Señor DIOS: Este es el término en que partiréis la tierra en heredad entre las doce tribus de Israel: José dos partes.
Y éste será el término de la tierra hacia la parte del norte; desde el gran mar, camino de Hetlón viniendo a Zedad;
Y al lado del occidente el Gran Mar será el término hasta en derecho para venir a Hamat; éste será el lado del occidente.
Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa por la cual este mandamiento se publica de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc declaró el negocio a Daniel.
para demandar misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, y que Daniel y sus compañeros no perecieran con los otros sabios de Babilonia.
Y a mí me ha sido revelado este misterio, no por sabiduría que en mí haya, más que en todos los vivientes, sino para que yo notifique al rey la declaración, y que entendieras los pensamientos de tu corazón.
Este es el sueño; la declaración de él diremos también en presencia del rey.
Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un Reino que eternalmente no se corromperá; y no será dejado a otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos reinos, y él permanecerá para siempre.
El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente que el Dios vuestro Dios es Dios de dioses, y el Señor de los reyes, y el descubridor de los misterios, pues pudiste revelar este misterio.
Sadrac, Mesac, y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: no cuidamos de responderte sobre este negocio.
Por mí, pues, se pone decreto, que todo pueblo, nación, o lengua, que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac, y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa sea puesta por muladar; por cuanto no hay otro dios que pueda librar como éste.
Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su altura llegaba hasta el cielo, y su vista hasta el cabo de toda la tierra.
Yo el rey Nabucodonosor vi este sueño. Tú pues, Beltasar, dirás la declaración de él, porque todos los sabios de mi reino nunca pudieron mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque hay en ti espíritu del santo Dios.
Entonces estos varones dijeron: Nunca hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, si no la hallamos contra él en la ley de su Dios.
Y este Daniel fue prosperado durante el reinado de Darío, y durante el reinado de Ciro, el persa.
Estando yo contemplando los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño subía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí, en este cuerno había ojos como ojos de hombre, y una boca que hablaba grandezas.
asimismo acerca de los diez cuernos que estaban en su cabeza, y del otro que había subido, de delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandezas, y su parecer era mayor que el de sus compañeros.
Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía,
Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña la visión a éste.
Según está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y nunca rogamos a la faz del SEÑOR nuestro Dios, para convertirnos de nuestras iniquidades, y entender tu Verdad.
¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi Señor hablar con este mi Señor? Porque en este instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.
Pero cuando esté enseñoreado, será quebrantado su reino, y será partido por los cuatro vientos del cielo; y no a su descendiente, ni según el señorío con que él se enseñoreó; porque su reino será arrancado, y para otros fuera de éstos.
Y yo, Daniel, miré, y he aquí otros dos que estaban, el uno a este lado a la orilla del río, y el otro al otro lado a la orilla del río.
Todos ellos adúlteros; son como horno encendido por el hornero, el cual cesará de despertar después que esté hecha la masa, hasta que esté leudada.
Se tornaron, mas no al Altísimo; fueron como arco engañoso; cayeron sus príncipes a espada por la soberbia de su lengua; éste será su escarnio en la tierra de Egipto.
¡Ay de los que desean el día del SEÑOR! ¿Para qué queréis este día del SEÑOR? Será de tinieblas, y no de luz;
Y los cautivos de este ejército de los hijos de Israel poseerán lo de los cananeos hasta Sarepta; y los cautivos de Jerusalén, que estarán en Sefarad, poseerán las ciudades del mediodía.
Y dijeron cada uno a su compañero: Venid, y echemos suertes, para saber por quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?
Y clamaron al SEÑOR, y dijeron: Te rogamos ahora, SEÑOR, que no perezcamos nosotros por el alma de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, SEÑOR, has hecho como has querido.
Si hubiere alguno andando con espíritu de falsedad mintiere diciendo: Yo te profetizaré de vino y de bebida fuerte; éste tal será profeta a este pueblo.
Y éste será nuestra paz. Cuando Assur viniere a nuestra tierra, y cuando pisare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y ocho hombres principales;
Y extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los moradores de Jerusalén, y talaré de este lugar el remanente de Baal, y el nombre de sus religiosos con sus sacerdotes;
El SEÑOR de los ejércitos habla así, diciendo: Este pueblo dice: No es aún venido el tiempo, el tiempo para edificar la Casa del SEÑOR.
La gloria de esta Casa postrera será mayor que la de la primera, dijo el SEÑOR de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo, y esta gente, delante de mí, dijo el SEÑOR; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.
Ahora, pues, poned vuestro corazón desde este día en adelante. Antes que pusieran piedra sobre piedra en el Templo del SEÑOR.
Pues, poned ahora, vuestro corazón desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, que es desde el día que se echó el cimiento al Templo del SEÑOR; poned vuestro corazón.
¿Aún no está la simiente en el granero? Ni aún la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de la oliva ha florecido todavía; mas desde este día daré bendición.
Y le dijo: Corre, habla a este joven, diciendo: Sin murallas será habitada Jerusalén a causa de la multitud de los hombres, y de las bestias en medio de ella.
Y dijo el SEÑOR a Satanás: El SEÑOR te reprenda, oh Satanás; el SEÑOR, que ha escogido a Jerusalén, te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: Si esto parecerá dificultoso a los ojos del remanente de este pueblo en estos días, ¿también será dificultoso delante de mis ojos? Dice el SEÑOR de los ejércitos.
Mas ahora no lo haré con el remanente de este pueblo como en aquellos días pasados, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Porque la simiente de la paz quedará; la vid dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto.
Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento.
Y sabréis que yo os envié este mandamiento, haciendo mi pacto con Leví, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Porque éste es aquel del cual fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que clama en el desierto; aparejad el camino del Señor, enderezad sus veredas.
Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.
De manera que cualquiera que desatare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el Reino de los cielos; mas cualquiera que los hiciere y los enseñare, éste será llamado grande en el Reino de los cielos.
Porque también yo soy hombre bajo potestad, y tengo debajo de mi potestad soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Y he aquí, algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
Y seréis aborrecidos de todos por mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, Que aparejará tu camino delante de ti.
Y las multitudes estaban fuera de sí, y decían: ¿Es éste aquel Hijo de David?
Mas los fariseos, oyéndolo, decían: Este no echa fuera los demonios, sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
Y cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero.
Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; y he aquí más que Jonás en este lugar.
La reina del austro se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y he aquí más que Salomón en este lugar.
Porque el corazón de este pueblo está engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y con sus ojos guiñan; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y del corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.
Oyendo cualquiera la Palabra del Reino, y no entendiéndola, viene el Malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón; éste es el que fue sembrado junto al camino.
Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y luego la recibe con gozo.
Y el que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la Palabra; pero la congoja de este siglo y el engaño de las riquezas, ahogan la Palabra, y se hace infructuosa.
Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la Palabra, y el que lleva el fruto; y produce uno a ciento, y otro a sesenta, y otro a treinta por uno.
De manera que como es cogida la cizaña, y quemada al fuego, así será en el fin de este siglo.
Y venido a su tierra, les enseñó en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban fuera de sí, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría, y estas maravillas?
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas?
¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todo esto?
Y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; él ha resucitado de los muertos, y por eso virtudes obran en él.
Este pueblo de su boca se acerca a mí y de labios me honra, pero su corazón lejos está de mí.
Y estando aún él hablando, he aquí una nube de luz que los cubrió; y una voz de la nube, que dijo: Este es mi Hijo amado, en el cual tomo contentamiento; a El oíd.
Y Jesús les dijo: Por vuestra infidelidad; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá; y se pasará; y nada os será imposible.
Mas este linaje de demonios no sale sino por oración y ayuno.
Así que, cualquiera que se humillare como este niño, éste es el mayor en el Reino de los cielos.
Mas a éste, no pudiendo pagar, mandó su señor venderle, y a su mujer e hijos, con todo lo que tenía, y pagar.
Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti.
Y entrando él en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó, diciendo: ¿Quién es éste?
Y los acompañantes decían: Este es Jesús, el Profeta, de Nazaret de Galilea.
Y respondiendo Jesús les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto a la higuera; mas si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.
Mas los labradores, viendo al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y tomemos su heredad.
Este es el Primero y el Grande Mandamiento.
Y el Segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.
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- 1.Gé 1:11-Éx 30:31
- 2.Éx 32:1-Deuteronomio 11:5
- 3.Deuteronomio 17:16-1 Samuel 9:17
- 4.1 Samuel 9:24-2 Reyes 8:5
- 5.2 Reyes 9:20-Ester 1:17
- 6.Ester 4:14-Jeremías 4:10
- 7.Jeremías 4:11-Ezequiel 12:27
- 8.Ezequiel 18:2-Mateo 24:13
- 9.Mateo 24:14-Lucas 22:59
- 10.Lucas 23:2-Juan 20:30
- 11.Juan 21:21-Romanos 11:25
- 12.Romanos 11:27-Apocalipsis 22:19