'Muerte' en la Biblia
¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte, y has visto las puertas de la sombra de muerte?
Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará?
Asimismo ha preparado para él armas de muerte; ha labrado sus saetas para los que persiguen.
Ten misericordia de mí, oh Jehová; mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;
Mira, óyeme, Jehová Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma en muerte;
Me rodearon los dolores de la muerte, y torrentes de hombres perversos me atemorizaron.
Dolores del infierno me rodearon, me previnieron lazos de muerte.
Se secó como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
Para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempos de hambre.
aunque nos quebrantaste en el lugar de los dragones y nos cubriste con sombra de muerte.
Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre: Él nos guiará, aun hasta la muerte.
Como rebaños serán puestos en la sepultura; la muerte se cebará en ellos; y los rectos señorearán sobre ellos por la mañana; y su buen parecer se consumirá en el sepulcro de su morada.
Mi corazón está dolorido dentro de mí, y terrores de muerte sobre mí han caído.
Que la muerte los sorprenda; desciendan vivos al infierno; porque maldad hay en sus moradas, en medio de ellos.
Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.
El Dios nuestro es el Dios de la salvación; y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.
Porque no hay dolores en su muerte; antes su fortaleza está entera.
Si los hería de muerte, entonces buscaban a Dios; entonces se volvían solícitos en busca suya.
Dispuso camino a su furor; no eximió la vida de ellos de la muerte, sino que entregó su vida a la mortandad;
Entre ante tu presencia el gemido de los presos; conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte.
¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librarás su vida del poder del sepulcro? (Selah)
para oír el gemido de los presos, para soltar a los sentenciados a muerte;
También hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, las primicias de toda su fuerza;
Los que moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros;
Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones.
Su alma abominó todo alimento, y llegaron hasta las puertas de la muerte.
Me rodearon los dolores de la muerte, me encontraron las angustias del infierno; angustia y dolor había yo hallado.
Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos.
Me castigó gravemente JAH; mas no me entregó a la muerte.
Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, y sus veredas hacia los muertos.
Sus pies descienden a la muerte, sus pasos conducen al infierno.
Camino al infierno es su casa, que desciende a las cámaras de la muerte.
Mas el que peca contra mí, defrauda su alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte.
Los tesoros de maldad no serán de provecho; mas la justicia libra de muerte.
No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; mas la justicia librará de muerte.
Como la justicia es para vida, así el que sigue el mal es para su muerte.
En el camino de la justicia está la vida; y en su sendero no hay muerte.
La ley del sabio es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.
Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.
El temor de Jehová es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.
Por su maldad será lanzado el impío; mas el justo en su muerte tiene esperanza.
La ira del rey es como mensajero de muerte; mas el hombre sabio la aplacará.
Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte.
La muerte y la vida están en poder de la lengua; y el que la ama comerá de sus frutos.
Obtener tesoros con lengua de mentira, es vanidad desconcertada de aquellos que buscan la muerte.
Si dejares de librar a los que son llevados a la muerte, y a los que son llevados al matadero.
Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte,
Abre tu boca por el mudo, en el juicio de todos los que están destinados a la muerte.
Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y el día de la muerte que el día del nacimiento.
Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos son como ataduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador será apresado por ella.
No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no se da de baja en tal guerra, ni la impiedad librará al que se entregue a ella.
Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: Porque fuerte como la muerte es el amor; duros como el sepulcro los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.
El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
Sorberá a la muerte en victoria; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.
Porque habéis dicho: Hemos hecho un pacto con la muerte, e hicimos un acuerdo con el infierno; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, pues hemos hecho de la mentira nuestro refugio, y en la falsedad nos hemos escondido.
Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro acuerdo con el infierno no será firme; cuando pasare el turbión del azote, seréis de él hollados.
En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Pon tu casa en orden, porque morirás, y no vivirás.
Porque el sepulcro no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden a la fosa esperarán tu verdad.
Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque Él nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su alma hasta la muerte, y fue contado con los transgresores; Y llevó Él el pecado de muchos e hizo intercesión por los transgresores.
Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos hizo andar por el desierto, por una tierra desierta y barrancosa, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre?
Y se escogerá la muerte antes que la vida por todo el remanente que quedare de esta mala generación, en todos los lugares adonde arrojaré yo a los que quedaren, dice Jehová de los ejércitos.
Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; para talar a los niños de las calles y a los jóvenes de las plazas.
Dad gloria a Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os la torne en sombra de muerte y tinieblas.
Y será que si te preguntaren: ¿A dónde saldremos? les dirás: Así dice Jehová: El que a muerte, a muerte; y el que a espada, a espada; y el que a hambre, a hambre; y el que a cautividad, a cautividad.
Por tanto, entrega sus hijos a hambre, y haz derramar su sangre por medio de la espada; y sus esposas queden sin hijos, y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada en la guerra.
Mas tú, oh Jehová, conoces todo su consejo contra mí para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro: y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.
Y a este pueblo dirás: Así dice Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.
Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído con vuestros oídos.
Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas. No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado.
Y vendrá, y herirá la tierra de Egipto: los que a muerte, a muerte, y los que a cautiverio, a cautiverio, y los que a espada, a espada.
Y continuamente se le daba una ración de parte del rey de Babilonia, cada cosa en su día, todos los días de su vida, hasta el día de su muerte.
Mira, oh Jehová, que estoy atribulada; mis entrañas hierven, mi corazón se revuelve dentro de mí; porque me rebelé en gran manera; de fuera la espada priva de hijos, en casa señorea la muerte.
¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?
Porque yo no quiero la muerte del que muere, dice el Señor Jehová, convertíos, pues, y viviréis.
Te profetizan vanidad, y te adivinan mentira, para entregarte con los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en tiempo de la consumación de la maldad.
A la fosa te harán descender, y morirás de la muerte de los que mueren en medio de los mares.
De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.
Y fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de muerte.
para que no se exalten en su altura todos los árboles que están junto a las aguas, ni levanten su cumbre entre las espesuras, ni en sus ramas se paren por su altura todos los que beben aguas; porque todos son entregados a muerte, a la parte más baja de la tierra, en medio de los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.
Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no me complazco en la muerte del impío, sino en que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
Y se publicó el decreto, de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos.
De la mano del sepulcro los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh sepulcro; el arrepentimiento será escondido de mis ojos.
Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano; y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y desmayaba; y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.
Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.
Y también, por cuanto peca por el vino, es un hombre soberbio, y no queda en casa; el cual ensancha como el infierno su alma, y es como la muerte, que no se sacia; antes reúne para sí todas las naciones, y amontona para sí todos los pueblos.
y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi Hijo.
diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño.
El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz: Y a los asentados en región y sombra de muerte, luz les resplandeció.
Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra sus padres, y los harán morir.
Porque Dios mandó, diciendo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que maldijere a su padre o a su madre, muera de muerte.
De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte;
Entonces Él les dijo: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Y los príncipes de los sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a muerte,
¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Culpable es de muerte!
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