'Sentencia' en la Biblia
Y vendrás á los sacerdotes Levitas, y al juez que fuere en aquellos días, y preguntarás; y te enseñarán la sentencia del juicio.
Y harás según la sentencia que te indicaren los del lugar que Jehová escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifestaren.
Según la ley que ellos te enseñaren, y según el juicio que te dijeren, harás: no te apartarás ni á diestra ni á siniestra de la sentencia que te mostraren.
Cuando alguno hubiere cometido pecado de sentencia de muerte, por el que haya de morir, y le habrás colgado de un madero,
Y cuando tu siervo estaba ocupado a una parte y a otra, él desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado.
Dijo luego Jehú a Bidcar su capitán: Tómalo y échalo a un extremo de la heredad de Nabot de Jezreel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos tras Acab su padre, el SEÑOR pronunció esta sentencia sobre él, diciendo:
Tomado, pues, el rey, le trajeron al rey de Babilonia a Ribla, y profirieron contra él sentencia.
Y la sentencia que hará el rey será oído en todo su reino, aunque es grande, y todas las mujeres darán honra a sus maridos, desde el mayor hasta el menor.
Sentencia divina está en los labios del rey; en juicio no prevaricará su boca.
Porque no se ejecuta en seguida la sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos lleno para hacer mal.
Y los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos.
Dijeron los jefes y todo el pueblo a los sacerdotes y a los profetas: Que no haya sentencia de muerte para este hombre, porque en nombre del SEÑOR nuestro Dios nos ha hablado.
Pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; lo apresaron y lo llevaron a Ribla en la tierra de Hamat, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia, dictó sentencia contra él.
Prendieron pues, al rey, y le hicieron venir al rey de Babilonia, a Ribla en tierra de Hamat, y pronunció contra él sentencia.
~`Te ha llegado tu turno (tu sentencia), oh habitante de la tierra. Ha llegado el tiempo, se acerca el día; pánico, y no júbilo, en los montes.
Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia será de vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que se muda el tiempo; por tanto, decidme el sueño, para que yo entienda que me podéis mostrar su declaración.
Por sentencia de los centinelas se acuerda el negocio, y por dicho de los santos la demanda: para que conozcan los vivientes que el Altísimo se enseñorea del reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.
Esta es la declaración, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre el rey mi señor: