'Veinticuatro' en la Biblia
Y todos los bueyes del sacrificio de la paz veinticuatro novillos, sesenta los carneros, sesenta los machos cabríos, sesenta los corderos de un año. Esta fue la dedicación del altar, después que fue ungido.
Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.
Después hubo otra guerra en Gat, donde hubo un varón de grande altura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro en todos; y también era de los hijos del gigante.
En el tercer año de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Baasa hijo de Ahías sobre todo Israel en Tirsa; y reinó veinticuatro años.
Y volvió a haber guerra en Gat, donde hubo un hombre de gran estatura, el cual tenía seis dedos en sus pies y seis dedos en sus manos, en total veinticuatro; y también era hijo del gigante.
De éstos, veinticuatro mil para dar prisa a la obra de la Casa del SEÑOR; y gobernadores y jueces, seis mil;
Y los hijos de Israel según su número, que eran cabezas paternas, capitanes de mil y de cien, y sus oficiales de los que servían al rey en todos los negocios de las cuadrillas que entraban y salían cada mes en todos los meses del año, cada cuadrilla era de veinticuatro mil.
Sobre la primera cuadrilla del primer mes estaba Jasobeam hijo de Zabdiel; y había en su cuadrilla veinticuatro mil.
Sobre la cuadrilla del segundo mes estaba Dodai, el ahohíta; y en su cuadrilla estaba el príncipe Miclot; en la cual había veinticuatro mil.
El tercer capitán del tercer ejército para el tercer mes era Benaía, hijo de Joiada sacerdote principal; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El cuarto del cuarto mes era Asael hermano de Joab, y después de él Zebadías su hijo; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El quinto capitán del quinto mes era el príncipe Samhut, el izraíta; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El sexto del sexto mes era Hira hijo de Iques, de Tecoa; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El séptimo del séptimo mes era Heles, el Pelonita, de los hijos de Efraín; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El octavo del octavo mes era Sibecai, el husatita, de Zarahi; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El noveno del noveno mes era Abiezer, el anatotita, de los benjamitas; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El décimo del décimo mes era Maharai, el netofatita, de Zarahi; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El undécimo del undécimo mes era Benaía, el piratonita, de los hijos de Efraín; y en su cuadrilla había veinticuatro mil.
El duodécimo del duodécimo mes era Heldai, el netofatita, de Otoniel; y en su división había veinticuatro mil.
los hijos de Bezai, trescientos veinticuatro;
Y el día veinticuatro del mismo mes se juntaron los hijos de Israel en ayuno, con cilicio, y tierra sobre sí.
Y a los veinticuatro días del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel;
en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.
A los veinticuatro del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra del SEÑOR por mano del profeta Hageo, diciendo:
Pues, poned ahora, vuestro corazón desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, que es desde el día que se echó el cimiento al Templo del SEÑOR; poned vuestro corazón.
Y vino por segunda vez palabra del SEÑOR a Hageo, a los veinticuatro del mismo mes, diciendo:
A los veinticuatro del mes undécimo, que es el mes de Sebat, en el año segundo de Darío, vino palabra del SEÑOR a Zacarías profeta, hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo:
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sobre los tronos veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.
los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás; y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos;
Y los cuatro animales decían: Amén. Y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros, y adoraron al que vive para siempre jamás.
Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales cayeron sobre sus rostros, y adoraron a Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: ¡Amén! ¡Alelu-JAH!