1 «Oración de David» Oye, oh Jehová, justicia; está atento a mi clamor; escucha mi oración hecha de labios sin engaño. 2 De delante de tu rostro salga mi juicio; vean tus ojos la rectitud. 3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; me he propuesto que mi boca no ha de propasarse. 4 En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos. 5 Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.
6 Yo te he invocado, porque tú me oirás, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. 7 Muestra tus maravillosas misericordias, tú que con tu diestra salvas a los que en ti confían de los que se levantan contra ellos. 8 Guárdame como a la niña de tu ojo, escóndeme bajo la sombra de tus alas, 9 de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos mortales que me rodean.
10 Encerrados están con su grosura; con su boca hablan soberbiamente. 11 Ahora han cercado nuestros pasos; tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra. 12 Como el león que desea hacer presa, y como el leoncillo acechando en su escondite.
13 Levántate, oh Jehová; sal a su encuentro, póstrale; libra mi alma del malo con tu espada; 14 De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.
15 En cuanto a mí, yo en justicia veré tu rostro; quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Reina Valera Gómez (© 2010)