1 «Al Músico principal: sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat» Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre: Me oprime combatiéndome cada día. 2 Me devorarían cada día mis enemigos; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
3 En el día que temo, yo en ti confío. 4 En Dios alabaré su palabra: En Dios he confiado, no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
5 Todos los días pervierten mis palabras; contra mí son todos sus pensamientos para mal. 6 Se reúnen, se esconden, miran atentamente mis pasos, acechan mi vida. 7 ¿Escaparán ellos con su iniquidad? Oh Dios, derriba en tu furor los pueblos.
8 Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma: ¿No están ellas en tu libro? 9 Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare; en esto conozco que Dios es por mí.
10 En Dios alabaré su palabra; en Jehová alabaré su palabra. 11 En Dios he confiado: No temeré lo que me pueda hacer el hombre.
12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos; te tributaré alabanzas. 13 Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.

Reina Valera Gómez (© 2010)