1 «Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David» Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres? 2 Antes con el corazón obráis iniquidades: Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.
3 Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron desde el momento en que nacieron, hablando mentira. 4 Veneno tienen semejante al veneno de serpiente; son como áspid sordo que cierra su oído; 5 que no oye la voz de los encantadores, por más hábil que el encantador sea.
6 Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos. 7 Escúrranse como aguas que se van de suyo; al entesar sus saetas, luego sean hechas pedazos. 8 Pasen ellos como el caracol que se deslíe; como el abortivo de mujer, no vean el sol.
9 Antes que vuestras ollas sientan las espinas, así vivos, así airados, los arrebatará Él con tempestad. 10 Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío. 11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay recompensa para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

Reina Valera Gómez (© 2010)