1 «Al Músico principal; sobre Susan-edut: Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, e hirió de Edom en el valle de la Sal a doce mil» Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; te has airado; ¡vuélvete a nosotros! 2 Hiciste temblar la tierra, la abriste; sana sus roturas, porque titubea. 3 Has hecho ver a tu pueblo duras cosas; nos hiciste beber el vino de aturdimiento. 4 Has dado bandera a los que te temen, que desplieguen por causa de la verdad. (Selah) 5 Para que se libren tus amados, salva con tu diestra, y óyeme.
6 Dios ha hablado en su santuario: Yo me alegraré; repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot. 7 Mío es Galaad, y mío es Manasés; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador; 8 Moab, es la vasija en que me lavo; sobre Edom echaré mi zapato: Haz júbilo a causa de mí, oh Filistea.
9 ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me llevará hasta Edom? 10 Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos. 11 Danos socorro contra el enemigo, que vana es la ayuda del hombre. 12 En Dios haremos proezas; y Él hollará a nuestros enemigos.

Reina Valera Gómez (© 2010)