1 Salmo de Canción para el día del Sábado. Bueno es alabar al SEÑOR, y cantar salmos a tu Nombre, oh Altísimo; 2 anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad en las noches, 3 en el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa.
4 Por cuanto me has alegrado, oh SEÑOR, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo. 5 ¡Cuán grandes son tus obras, oh SEÑOR! Muy profundos son tus pensamientos. 6 El hombre necio no sabe, y el loco no entiende esto: 7 Florezcan los impíos como la hierba, y reverdezcan todos los que obran iniquidad, para ser destruidos para siempre. 8 Mas tú, SEÑOR, para siempre eres Altísimo. 9 Porque he aquí tus enemigos, oh SEÑOR, porque he aquí tus enemigos perecerán; serán disipados todos los que obran maldad. 10 Y tú ensalzaste mi cuerno como de unicornio; fue ungido con óleo verde. 11 Y miraron mis ojos mi deseo sobre mis enemigos; oyeron mis oídos mi deseo de los que se levantaron contra mí, de los malignos.
12 El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano. 13 Plantados en la Casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán. 14 Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes; 15 para anunciar que el SEÑOR mi fortaleza es recto; y que no hay injusticia en él.

Sagradas Escrituras (1569)