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Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; pues es don de Dios;
Y Él mismo dio a unos, apóstoles; y a unos, profetas; y a unos, evangelistas; y a unos, pastores y maestros;
Y Él os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fortaleza.
porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra malicias espirituales en las alturas.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
En el cual también confiasteis vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación; en quien también, desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella;
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos del Espíritu;
en quien tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados, según las riquezas de su gracia,
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno del llamamiento con que sois llamados;
según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor,
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Y a Aquél que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos, o entendemos, según el poder que opera en nosotros,
Sujetaos los unos a los otros en el temor de Dios.
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y de la familia de Dios;
Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres; porque esto es justo.
Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Sed, pues, seguidores de Dios como hijos amados;
orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
leyendo lo cual, podéis entender mi conocimiento en el misterio de Cristo,
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.
Un cuerpo, y un Espíritu, como sois también llamados en una misma esperanza de vuestro llamamiento.
Antes hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas, en Aquél que es la cabeza, en Cristo;
que sobreabundó para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia;
y sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios en Cristo os perdonó.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
En quien también obtuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito de Aquél que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad;
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca; sino la que sea buena y sirva para edificación, para que dé gracia a los oyentes.
Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros, los gentiles en la carne, erais llamados incircuncisión por la que es llamada circuncisión hecha por mano en la carne;
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo;
Mirad, pues, que andéis con diligencia; no como necios, sino como sabios,
a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;
hablando entre vosotros con salmos, e himnos, y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.
Esto, pues, digo y requiero en el Señor; que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
Porque el marido es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y Él es el Salvador del cuerpo.
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos que están en Éfeso, y a los fieles en Cristo Jesús.
para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros quienes primero confiamos en Cristo.
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia;
Airaos, pero no pequéis: No se ponga el sol sobre vuestro enojo;
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a las concupiscencias engañosas;
Pero a cada uno de nosotros es dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
y no participéis con las obras infructuosas de las tinieblas, sino antes reprobadlas.
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
Siervos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo.
Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros como conviene a santos;
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él;
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.
hasta que todos lleguemos en la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Porque Él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación;
un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todo, y por todo, y en todos vosotros.
Un Señor, una fe, un bautismo,
para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
Por esta causa yo Pablo, prisionero de Jesucristo por vosotros los gentiles,
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor: Andad como hijos de luz
Toda amargura, y enojo, e ira, y gritería, y maledicencia, y toda malicia, sea quitada de entre vosotros;
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos, y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
misterio que en otras edades no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu;
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que vuestro Señor también está en el cielo; y para Él no hay acepción de personas.
Por lo cual también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y amor para con todos los santos,
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos;
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo; en la concupiscencia de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportándoos los unos a los otros en amor,
que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor,
y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar con Él, en lugares celestiales en Cristo Jesús;
para alabanza de la gloria de su gracia, en la cual nos hizo aceptos en el Amado,
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padeciere necesidad.
y vestíos del nuevo hombre, que es creado según Dios, en justicia y en santidad verdadera.
Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros a Dios, ofrenda y sacrificio de dulce fragancia.
para santificarla limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra,
y de aclarar a todos cuál es la comunión del misterio escondido desde el principio del mundo en Dios, que creó todas las cosas por Jesucristo;
Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquél que todo lo llena en todo.
(Ahora, que Él subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
que en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, había de reunir todas las cosas en Cristo, así las que están en el cielo, como las que están en la tierra, aun en Él.
Por esto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.
de quien todo el cuerpo bien ligado entre sí, y unido por lo que cada coyuntura suple, conforme a la eficacia y medida de cada miembro, hace que el cuerpo crezca para la edificación de sí mismo en amor.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la coraza de justicia;
Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo;
El que descendió, es el mismo que también subió sobre todos los cielos para llenar todas las cosas.)
para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer por la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me es dada esta gracia de predicar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo;
porque por medio de Él ambos tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Dando gracias siempre por todas las cosas a Dios y al Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno;
Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido.
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fortaleza,
Pero todas las cosas que son reprobadas, son hechas manifiestas por la luz, porque lo que manifiesta todo, es la luz.
Porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en oculto.
y reconciliar con Dios a ambos en un cuerpo mediante la cruz, matando en sí mismo las enemistades.
los cuales habiendo perdido toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para con avidez cometer toda clase de impureza.
Y para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago; todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor,
ni palabras obscenas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen; sino antes bien acciones de gracias.
el cual envié a vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones.
Y vino, y predicó la paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo en sinceridad. Amén. (A los efesios escrita desde Roma, enviada con Tíquico.)
de quien es nombrada toda la familia en el cielo y en la tierra,
si es que le habéis oído, y habéis sido por Él enseñados de cómo la verdad está en Jesús.
por el cual soy embajador en cadenas; para que en ellas hable osadamente, como debo hablar.
No sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo la voluntad de Dios de corazón.
Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus propios maridos en todo.
Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios el Padre, y del Señor Jesucristo.
Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y la cuida, como también el Señor a la iglesia;
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.
Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.
aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos contenidos en ordenanzas, para hacer en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo así la paz;
y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento; para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
y por mí, para que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio;
redimiendo el tiempo, porque los días son malos.
Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
a Él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús, por todas las edades, por siempre jamás. Amén.
no por obras, para que nadie se gloríe.
teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
para mostrar en las edades venideras las abundantes riquezas de su gracia, en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús
en quien también vosotros sois juntamente edificados, para morada de Dios en el Espíritu.
sobre todo principado y potestad y potencia y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este mundo, sino también en el venidero;
Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres;
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
ni deis lugar al diablo.
Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa,
que los gentiles sean coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de su promesa en Cristo por el evangelio,
que por revelación me hizo conocer el misterio, como antes escribí en breve,
si es que habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada para con vosotros;
y calzados vuestros pies con el apresto del evangelio de paz.
del cual yo fui hecho ministro según el don de la gracia de Dios dado a mí por la operación de su poder.
Pero vosotros no habéis aprendido así a Cristo;
en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe de Él.
podáis comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura;
(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),
Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia.
no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones,
porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;