Most Popular Bible Verses in Job

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1

Y un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante del SEÑOR, entre los cuales vino también Satanás.

5

¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes entendimiento.

8

Mas extiende ahora tu mano, y toca todo lo que tiene, y verás si no te blasfema en tu rostro.

9

¿No le has tú cercado a él, y a su casa, y a todo lo que tiene en derredor? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto su hacienda ha crecido sobre la tierra.

11

Y le nacieron siete hijos y tres hijas.

13

Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,

15

Porque la iniquidad no sale del polvo, ni el castigo reverdece de la tierra.

17

y vino un mensajero a Job, que le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,

20

He aquí ahora behemot, al cual yo hice contigo; hierba come como buey.

24

Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal?

25

y acometieron los sabeos, y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para traerte las nuevas.

26

Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;

27

Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.

28

el que hace cosas grandes e incomprensibles, y maravillosas, sin número.

31

Aquel día fuera tinieblas, y Dios no curara de él desde arriba, ni claridad resplandeciera sobre él.

32

Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; solamente escapé yo para traerte las nuevas.

35

y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, e hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.

36

Mas ahora que a ti te ha venido, te es molesto; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.

37

Entonces llamarás, y yo te responderé, a la obra de tus manos desearás.

38

He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; y pasará, y no lo entenderé.

39

El hombre vano se hará entendido, aunque nazca como el pollino del asno montés.

40

Los ojos de los que ahora me ven, no me verán más; tus ojos serán sobre mí, y dejaré de ser.

41

Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos; y he escapado con la piel de mis dientes.

43

¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, y pondré mi alma en mi palma?

44

Que tinieblas y sombra de muerte sea su redentor; reposara sobre él nublado, que lo hiciera horrible como día caluroso.

46

Las cosas que mi alma no quería tocar antes, ahora por los dolores son mi comida.

47

Me vestiste de piel y carne, y me cubriste de huesos y nervios.

49

¿Por ventura enseñará él a Dios conocimiento, juzgando él las alturas?

51

Y respondiendo Satanás dijo al SEÑOR: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su alma.

52

Pues ahora me cuentas los pasos, y no das dilación a mi pecado.

54

No quedó nada que no comiere; por tanto su bien no será durable.

55

Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la iniquidad;

56

¿Por ventura ellos no te enseñarán, te dirán, y de su corazón sacarán estas palabras?

57

He aquí, él derribará, y no será edificado; encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.

59

y que quisiera Dios quebrantarme; y que soltara su mano, y me despedazare!

60

¿No es éste tu temor, tu confianza, tu esperanza, y la integridad de tus caminos?

61

Este morirá en la fortaleza de su hermosura, todo quieto y pacífico.

63

¡Quién me diera que viniera mi petición, y que Dios me diera lo que espero;

64

No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, ni quien le suceda en sus moradas.

65

y tendrás más oro que tierra, y como piedras de arroyos oro de Ofir.

66

Escúchame; yo te mostraré, y te contaré lo que he visto;

67

a pesar de no haber injusticia en mis manos, y de haber sido limpia mi oración.

69

Se ha tornado mi arpa en luto, y mi órgano en voz de lamentadores.

70

Mas extiende ahora tu mano, y tócalo a él mismo, y a su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro.

73

Y él mismo me será salud, porque no entrará en su presencia el hipócrita.

75

entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás firme y no temerás;

76

no tornará más a su casa, ni su lugar le conocerá más.

77

si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more maldad en tus habitaciones;

78

Y si no es así, ¿quién me desmentirá ahora, o reducirá a nada mis palabras?

79

El hace andar a los consejeros desnudos de consejo, y hace enloquecer a los jueces.

80

¿Por qué me perseguís como Dios, y no os saciáis de mis carnes?

82

Aquella noche ocupara oscuridad, ni fuera contada entre los días del año, ni viniera en el número de los meses.

83

Con él está la fortaleza y la existencia; suyo es el que yerra, y el que hace errar.

84

¡Oh tierra! No cubras mi sangre, y no haya lugar donde se esconda mi clamor.

86

Acuérdate ahora, ¿quién haya sido inocente que se perdiera? Y ¿adónde los rectos han sido cortados?

87

cuando están echados en las cuevas, o se están en sus guaridas para acechar?

88

Si encubrí, como Adán mis prevaricaciones, escondiendo en mi seno mi iniquidad;

89

Que pone a los humildes en altura, y los enlutados son levantados a salud.

92

Tienes sellada en manojo mi prevaricación, y enmiendas a mi iniquidad.

93

Cuando fuere lleno su bastimento, tendrá angustia; las manos todas de los malvados vendrán sobre él.

94

He aquí ahora, si yo me apercibiere a juicio, sé que seré justificado.

95

He aquí, él detendrá las aguas, y se secarán; él las enviará, y destruirán la tierra.

96

y en mitad de la siesta se levantará bonanza; resplandecerás, y serás como la misma mañana;

98

Sobre su día se espantarán los por venir, como ocupó el pavor a los que fueron antes.

100

El lleva despojados a los sacerdotes, y trastorna a los valientes.

101

El atribulado merece recibir misericordia de su compañero; pero se ha abandonado el temor del Omnipotente.

102

Y ciertamente el monte que cae se deshace, y las peñas son traspasadas de su lugar;

103

Renovando tus plagas contra mí, y aumentando conmigo tu furor, haciendo subir sobre mí ejércitos.

104

Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; y la esperanza del hipócrita perecerá.

105

Aun él en su verdor sin haber sido cortado, y antes de toda hierba se seca.

106

Que aunque yo sea justo, no responderé; antes habré de rogar a mi juez.

107

El suelta la atadura de los reyes, y les ata el cinto a sus lomos.

108

Maldijéranla los que maldicen al día, los que se aparejan para levantar su llanto.

110

Dios no tornará atrás su ira, y debajo de él se encorvan los que ayudan a la soberbia.

112

El derrama menosprecio sobre los príncipes, y debilita la fuerza de los esforzados.

113

Las estrellas de su alba fueran oscurecidas; esperaran la luz, y no viniera, ni viera los párpados de la mañana;

114

y te acostarás, y no habrá quien te espante; y muchos te rogarán.

115

Antes que vaya para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;

116

¡Oh, si fuere aquella noche solitaria, que no viniera en ella canción!

117

Por tanto yo no reprimiré mi boca; hablaré con la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma.

118

Cuando digo: Mi cama me consolará, mi cama atenuará mis quejas;

119

El impide el labio a los que dicen verdad, y quita a los ancianos el consejo.

120

Sus senos están llenos de leche, y sus huesos serán regados de tuétano.

121

Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; yo sé que esto está cerca de ti.

122

Porque me ha quebrado con tempestad, y ha aumentado mis heridas sin causa.

123

El se apoyará sobre su casa, pero no permanecerá en pie; se asirá a ella, más no se afirmará.

124

¿No son mis días poca cosa? Cesa pues, y déjame, para que me esfuerce un poco.

126

que palpen las tinieblas, y no la luz; y los hace errar como borrachos.

127

A manera de un árbol, está verde delante del sol, y sus renuevos salen sobre su huerto;

128

¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua?

129

Si yo me justificare, me condenará mi boca; si me predicare perfecto, él me hará inicuo.

130

El quita el corazón de las cabezas del pueblo de la tierra, y les hace que se pierdan vagando sin camino;

131

Que si yo le invocare, y él me respondiera, aún no creeré que haya escuchado mi voz.

132

Oíd con atención mi razón, y mi denuncia con vuestros oídos.

133

Y tomaba una teja para rascarse con ella, y estaba sentado en medio de ceniza.

134

Deseo yo que Job sea probado ampliamente, para que haya respuestas contra los hombres inicuos.

135

¿Cuánto menos le responderé yo, y eligiré mis palabras con él?

136

Ciertamente tales son las moradas del impío, y éste es el lugar del que no conoció a Dios.

137

Si habláramos de su potencia, fuerte por cierto es; si de su juicio, ¿quién me emplazará?

138

¿Por qué no morí yo desde la matriz, o fui traspasado saliendo del vientre?

139

¿No me ayudo cuanto puedo, y con todo eso el poder me falta del todo?

141

Las miraron los caminantes de Temán, los caminantes de Sabá esperaron en ellas;

142

¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, y si me buscares de mañana, ya no seré hallado.

143

Y en esto crecería aún consolación, si me asare con dolor sin haber misericordia; no que haya contradicho las palabras del que es Santo.

144

por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, ni escondió de mis ojos la miseria.

145

Si le arrancaren de su lugar, éste le negará entonces, diciendo: Nunca te vi.

146

Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, estando hastiado de deshonra, y de verme afligido.

147

Estruendos espantosos hay en sus oídos; en la paz le vendrá quién lo asuele.

148

Sus hijos serán honrados, y él no lo sabrá; o serán afligidos, y no entenderá de ellos.

149

¿Por qué me previnieron las rodillas? ¿Y para qué los senos que mamare?

150

Si yo me predicare imperfecto, no conozco mi alma; condenaré mi vida.

151

Y libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, y de la mano violenta.

152

Los cuales alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a voz en grito; y cada uno de ellos rasgó su manto, y esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.

153

Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro.

154

¡Que con cincel de hierro y con plomo fueran en piedra esculpidas para siempre!

155

Que prende a los sabios en su propia prudencia, y el consejo de sus adversarios es entontecido.

157

De día tropiezan con tinieblas, y en mitad del día andan a tientas como de noche.

158

O ¿por qué no fui escondido como abortivo, como los pequeñitos que nunca vieron luz?

159

¡Deseo que pudiera disputar el hombre con Dios, como puede con su prójimo!

161

Todas tinieblas están guardadas para sus secretos; fuego no soplado lo devorará; su sucesor será quebrantado en su tienda.

162

Pues que ahora yaciera yo, y reposara; durmiera, y entonces tuviera reposo,

164

Perecen por el aliento de Dios, y por el espíritu de su furor son consumidos.

165

Allí los impíos dejaron de molestar, y allí descansaron los de cansadas fuerzas.

166

lo que los sabios nos contaron de sus padres, y no lo encubrieron;

167

con los reyes y con los consejeros de la tierra, que edifican para sí los desiertos;

169

entonces me quebrantarás con sueños, y me turbarás con visiones.

170

Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que el dolor era muy grande.

171

¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme conocer mi prevaricación y mi pecado.

172

Y respondió Job, y dijo:

173

Que es esperanza al menesteroso, y la iniquidad cerró su boca.

174

Y dijo el SEÑOR a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás al SEÑOR, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.

176

Que el malo es guardado para el día de la destrucción, para el día de las iras son llevados.

178

Ciertamente que vosotros sois el pueblo; y con vosotros morirá la sabiduría.

179

El multiplica los gentiles, y él las destruye; esparce los gentiles, y las torna a recoger.

181

Perezca el día en que yo fui nacido, y la noche que dijo: Varón es concebido.

182

¿Por qué dio luz al trabajado, y vida a los amargos de ánimo?

183

¿Quién le denunciará en su cara su camino? Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?

184

tierra de oscuridad, y tenebrosa sombra de muerte, donde no hay orden, y que resplandece como la misma oscuridad.

185

Concédame por lo menos éstas dos cosas; y entonces no me esconderé de tu rostro:

186

Al cual yo tengo que ver por mí, y mis ojos lo han de ver, y no otro, aunque mis riñones se consuman dentro de mí.

187

¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría.

188

Mas mientras su carne estuviere sobre él se dolerá, y su alma se entristecerá en él.

189

Y respondió Zofar naamatita, y dijo:

190

La isla del inocente escapará; y en la limpieza de tus manos será guardado.

191

Tribulación y angustia le asombrarán, y se esforzarán contra él como un rey apercibido para la batalla.

192

Abominé la vida; no quiero vivir para siempre; déjame, pues, que mis días son vanidad.

193

Y mi alma tuvo por mejor el ahogamiento, y quiso la muerte más que a mis huesos.

194

¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, y que pongas sobre él tu corazón,

195

Llama luego, y yo responderé; o yo hablaré, y respóndeme tú.

197

Y respondió Job, y dijo:

198

Es más alto que los cielos; ¿qué harás? Es más profundo que el Seol; ¿cómo lo conocerás?

199

Mas debierais decir: ¿Por qué lo perseguimos? Ya que la raíz del negocio en mí se halla.

200

¿Es mi fortaleza la de las piedras? O mi carne, ¿es de acero?

201

a los cuales fue dada la tierra a ellos sólos, y no pasó extraño por medio de ellos.

202

y que te declarara los secretos de la sabiduría! Porque mereces dos tantos según lo establecido; y sabe que Dios te ha olvidado por tu iniquidad.

203

El que invoca a Dios, y él le responde, es burlado de su amigo; y el justo y perfecto es escarnecido.

205

Ahora pues da voces, si habrá quien te responda; y ¿si habrá alguno de los santos a quien mires?

206

Es cierto que al loco la ira lo mata, y al codicioso consume la envidia.

207

¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de las iniquidades de mi juventud?

210

Porque él ya será llevado a los sepulcros, y en la tumba permanecerá.

211

Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el furor de su ira, y la hará llover sobre él y sobre su comida.

212

Por cierto aun ahora en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas.

213

y habitó las ciudades asoladas, las casas inhabitadas, que estaban puestas en montones.

214

El perderá su agraz como la vid, y derramará su flor como la oliva.

215

¿Tus mentiras harán callar a los hombres? ¿Y harás escarnio, y no habrá quien te avergüence?

216

¿Qué cosa de todas éstas no entiende que la mano del SEÑOR la hizo?

217

¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será justificado?

218

Diré a Dios: No me condenes; hazme entender por qué pleiteas conmigo.

219

Yo le contaría el número de mis pasos, y como príncipe me llegaría a él.

220

Si he pecado, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario a ti, y que a mí mismo sea pesado?

221

Nunca tuve prosperidad, nunca me aseguré, ni nunca me reposé; y me vino turbación.

222

Y exclamó Job, y dijo:

223

Allí está el chico y el grande; allí es el siervo libre de su señor.

224

él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos;

225

¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y a una arista seca has de perseguir?

226

o con los príncipes que poseen el oro, que llenan sus casas de plata.

227

El bramido del león, y la voz del león, y los dientes de los leoncillos son arrancados.

228

Allí también reposaron los cautivos; no oyeron la voz del exactor.

229

Tú dices: Mi doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos.

230

Porque él conoce a los hombres vanos; y ve la iniquidad, ¿y no entenderá?

231

pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, y las bestias del campo estarán en paz contigo.

232

Al hombre que no sabe por donde vaya, y que Dios lo encerró.

233

Ciertamente el oído prueba las palabras, y el paladar gusta las viandas.

234

Fuera, como si nunca hubiera sido, llevado desde el vientre a la sepultura.

235

Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, imprimiéndolo a las raíces de mis pies.

236

Y respondió Bildad suhita, y dijo:

237

Mis hermanos me han mentido como arroyo; se pasaron como las riberas impetuosas,

238

Si mi tierra clamara contra mí, y llorarán todos sus surcos;

239

¿Cómo, pues, me consoláis en vano, dado que vuestras respuestas quedan por mentira?

240

¿Por qué escondes tu rostro, y me cuentas por tu enemigo?

241

Ciertamente éste será el gozo de su camino; y de la tierra de donde se traspusiere, retoñarán otros.

242

Y sabrás que hay paz en tu tienda; y visitarás tu morada, y no pecarás.

243

¿No me fundiste como leche, y como un queso me cuajaste?

244

Si cortare, o encerrare, o juntare, ¿quién le responderá?

245

Acuérdate ahora que como a lodo me diste forma; ¿y en polvo me has de volver?

246

Las tiendas de los ladrones están en paz; y los que provocan a Dios, y los que traen dioses en sus manos viven seguros.

247

Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contigo,

248

No enriquecerá, ni será firme su potencia, ni extenderá por la tierra su hermosura.

249

¿Hasta cuándo no me dejarás, ni me soltarás hasta que trague mi saliva?

250

porque cubrió su rostro con su gordura, e hizo pliegues sobre los ijares;

252

También tengo corazón como vosotros; no soy yo menos que vosotros; ¿y quién habrá que no pueda decir otro tanto?

253

Concibieron dolor, y dieron a luz iniquidad; y las entrañas de ellos meditan engaño.

254

Los renuevos de su casa serán transportados; serán derramados en el día de su furor.

256

Y este otro morirá en amargura de ánimo, y no habiendo comido jamás con gusto.

257

Que aún no me ha concedido que tome mi aliento; mas me ha llenado de amarguras.

258

si temí a la gran multitud, y el menosprecio de las familias me atemorizó, y callé, y no salí de mi puerta,

259

La antorcha es tenida en poco en el pensamiento del próspero; la cual se aparejó contra las caídas de los pies.

260

Que se alegran sobremanera, y se gozan cuando hallan el sepulcro.

261

Los que te aborrecen, serán vestidos de confusión; y la habitación de los impíos perecerá.

263

¿Te parece bien que oprimas, y que deseches la obra de tus manos, y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos?

264

En el hambre te rescatará de la muerte, y en la guerra de las manos de la espada.

265

En imaginaciones de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres,

266

He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni toma la mano de los malignos.

267

sobre saber tú que no soy impío, y que no hay quien de tu mano me libre?

268

Ciertamente yo conozco que es así; ¿y cómo se justificará el hombre con Dios?

270

¿Por ventura se comerá lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo?

271

¿Tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre?

272

Porque antes que mi pan, viene mi suspiro; y mis bramidos corren como aguas.

273

Su mies comerán los hambrientos, y la sacarán de entre las espinas, y los sedientos beberán su hacienda.

275

¿Son tus días como los días del hombre, o tus años como los tiempos humanos,

276

para que inquieras mi iniquidad, y busques mi pecado,

277

El león viejo perece por falta de presa, y los hijos del león son esparcidos.

278

Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, y el número de años es escondido al violento.

281

Y entenderás que tu simiente es mucha, y tus renuevos como la hierba de la tierra.

282

Y respondió Job, y dijo:

283

Y respondió Job y dijo:

284

Acuérdate que mi vida es un viento, y que mis ojos no volverán para ver el bien.

285

Yo he visto al loco que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.

286

se van entretejiendo sus raíces junto a una fuente, y enlazándose hasta un lugar pedregoso.

288

me sobrevino un espanto y un temblor, que estremeció todos mis huesos.

289

Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso;

291

que están escondidas por la helada, y encubiertas con nieve.

292

He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.

294

La tierra es entregada en manos de los impíos, y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él el que lo hace, ¿quién es? ¿Dónde está?

295

Sus hijos estarán lejos de la salud, y en la puerta serán quebrantados, y no habrá quien los libre.

296

así poseo yo los meses de vanidad, y las noches de trabajo me dieron por cuenta.

299

¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como un viento fuerte?

300

Ahora ciertamente vosotros sois como ellas; que habéis visto el tormento, y teméis.

301

¿Por ventura pervertirá Dios el derecho, o el Todopoderoso pervertirá la justicia?

302

Y respondió Elifaz el temanita, y dijo:

303

las piedras son quebrantadas con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra, de tal manera haces perder al hombre la esperanza.

304

Que Job no habla con conocimiento, y sus palabras no son con prudencia.

305

¿Os he dicho yo: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;

306

y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes?

307

Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Y mido la noche, y estoy harto de devaneos hasta el alba.

308

Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; demudarás su rostro, y lo enviarás.

309

Quien arranca los montes con su furor, y no conocen quién los trastornó;

310

¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba? ¿Muge el buey junto a su pasto?

311

Que al tiempo del calor son deshechas, y calentándose, desaparecen de su lugar;

312

Y el Todopoderoso será tu defensa, y tendrás plata a montones.

313

Como el siervo anhela la sombra, y como el jornalero espera el reposo de su trabajo,

314

Porque tus hijos pecaron contra él, él los echó en el lugar de su rebelión.

315

¡Oh, si pesaren al justo mi queja y mi tormento, y se alzaren igualmente en balanza!

316

Mis disputadores son mis amigos; mas a Dios destilarán mis ojos.

318

Porque mi tormento pesaría más que la arena del mar; y por tanto mis palabras son tragadas.

319

¿Por ventura será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo?

320

si fueres limpio y derecho, cierto luego se despertará sobre ti, y hará próspera la morada de tu justicia.

321

Porque a su pecado añadió rebelión; bate las manos entre nosotros, y contra Dios multiplica sus palabras.

322

Una cosa resta es a saber que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.

323

apártanse de las sendas de su camino, suben en vano y se pierden.

324

Huirá de las armas de hierro, y el arco de bronce le atravesará.

325

El negocio también me era a mí oculto; mas mi oído ha percibido algo de ello.

326

Determinarás asimismo una cosa, y te será firme; y sobre tus caminos resplandecerá luz.

327

Si es azote, mate de repente, y no se ría de la prueba de los inocentes.

328

Pasaron con los navíos de Ebeh; o como el águila que se arroja a la presa.

330

También os arrojáis sobre el huérfano, y hacéis hoyo delante de vuestro amigo.

331

Serán como la paja delante del viento, y como el tamo que arrebata el torbellino.

332

¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el argumento de vosotros?

333

pero fueron avergonzados por su esperanza; porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos.

334

y libradme de la mano del angustiador, y rescatadme del poder de los violentos?

335

¿No estáis pensando las palabras para reprender, y echáis al viento palabras perdidas?

338

Si hay iniquidad en mi lengua; o si mi paladar no discierne los tormentos.

339

Ahora pues, si queréis, mirad en mí, y ved si mentiré delante de vosotros.

340

Si quisiere contender con él, no le podrá responder a una cosa de mil.

342

Aunque me lave con aguas de nieve, y aunque limpie mis manos con la misma limpieza,

343

Temo todos mis trabajos; sé que no me tendrás sin culpa.

344

Al desnudo hacen dormir sin ropa, y que en el frío no tenga cobertura.

346

Y su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.

347

Y aconteció que después que habló el SEÑOR estas palabras a Job, el SEÑOR dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job.

348

Tornad ahora, y no haya iniquidad; volved aún a mirar por mi justicia en esto.

349

Si yo soy impío, ¿para qué trabajaré en vano?

350

Si digo: Quiero olvidar mi queja, dejaré mi aburrimiento, y me esforzaré.

353

Y otro día aconteció que vinieron los hijos de Dios para presentarse delante del SEÑOR, y vino también entre ellos Satanás compareciendo delante del SEÑOR.

355

Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días de sus banquetes, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Por ventura habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía Job todos los días.

356

¡Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, cuyo fundamento está en el polvo, y que serán quebrantados de la polilla!

357

Y dijo el SEÑOR a Satanás: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satanás al SEÑOR, dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.

358

Si el hombre muriere, ¿por ventura vivirá? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga mi transformación.

359

He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis.

360

El no creerá que ha de volver de las tinieblas, y siempre está mirando a la espada.

361

Y un espíritu que pasó por delante de mí, hizo que se erizara el vello de mi carne.

363

Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que temía.

364

De la mañana a la tarde son quebrantados, y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere.

366

Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñará aún, y sus renuevos no faltarán.

368

Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado de mal, y que aún retiene su perfección, habiéndome tú incitado contra él, para que lo arruinara sin causa?

369

Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, que ellas te enseñarán; y a las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;

370

¿Su hermosura, no se pierde con ellos mismos? Mueren, y no lo saben.

371

Al que vacilaba, enderezaban tus palabras, y las rodillas de los que arrodillaban esforzabas.

372

Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que el SEÑOR había traído sobre él. Y cada uno de ellos le dio una cordera, y un zarcillo de oro.

373

y después desde esta mi piel rota, y desde mi propia carne tengo que ver a Dios.

374

Igualmente yacerán ellos en el polvo, y gusanos los cubrirán.

375

Cuando los otros fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá; y él salvará al humilde de ojos.

376

¿Detendrás tú por ventura las delicias de las Pléyades, o desatarás las ligaduras del Orión?

377

¿Cazarás tú la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos,

381

Se paró un fantasma delante de mis ojos, cuyo rostro yo no conocí, y quedo, oí que decía:

383

Además de eso respondió el SEÑOR a Job y dijo:

384

¡quién me diera quien me oyere! He aquí mi señal es que el Omnipotente testificará por mí, aunque mi adversario me hubiera escrito los cargos.

385

Los cielos descubrirán su iniquidad, y la tierra se levantará contra él.

386

Pero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, e hizo.

387

Ciertamente la plata tiene su oculto nacimiento, y el oro lugar de donde lo refinan.

389

Antes como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción.

390

He aquí, tú enseñabas a muchos, y las manos debilitadas corroborabas.

391

E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas, para que comieren y bebieren con ellos.

392

¿Por ventura el que en el vientre me hizo a mí, no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso un mismo autor en la matriz?

393

El solo extiende los cielos, y anda sobre las alturas del mar.

394

Mas ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado.

395

¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, y has visto los tesoros del granizo,

396

Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, y Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían concertado de venir juntos a condolerse de él, y a consolarle.

397

¿Sacarás tú al leviatán con el anzuelo, o con la cuerda que le echares en su lengua?

398

Temed vosotros delante de la espada; porque sobreviene el furor de la espada a causa de las iniquidades, para que sepáis que hay un juicio.

399

Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar del entendimiento?

400

Así el hombre yace, y no se tornará a levantar; hasta que no haya cielo no despertarán, ni levantarán de su sueño.

402

Si probáremos a hablarte, te será molesto; pero ¿quién podrá detener las palabras?

403

El justo retendrá su carrera, y el limpio de manos aumentará la fuerza.

404

que sale como una flor abierta y es cortado; y huye como la sombra, y no permanece.

406

Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, y qué de la tienda de las moradas de los impíos?

407

¿Quién es ese que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento?

409

¿Quién encerró con puertas el mar, cuando se derramaba por fuera como saliendo de madre;

410

Y respondió Elifaz temanita, y dijo:

411

Y respondió Job, y dijo:

412

No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre ambos.

414

si he mirado al sol cuando resplandecía, y a la luna cuando iba hermosa,

416

Que ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; sois todos vosotros médicos nulos.

417

Si tuviera cerca de él un mensajero, un intérprete, uno entre mil que mostrare al hombre su rectitud;

418

Y respondió Job, y dijo:

420

En seis tribulaciones te librará, y en la séptima no te tocará el mal.

422

El Seol es descubierto delante de él, y el infierno no tiene cobertura.

423

Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios al que no ve.

424

¿Por ventura querrá el unicornio servirte a ti, ni quedar a tu pesebre?

425

Mas cuando el hombre muera, y sea cortado; y perezca el hombre, ¿adónde estará él?

426

He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.

427

Y respondió Job, y dijo:

428

Tus manos me formaron y me compusieron todo en contorno, ¿y así me deshaces?

429

¿Por ventura traerá el hombre provecho a Dios? Porque para sí mismo es provechoso el sabio.

431

¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular,

432

¡Oh quién me diera que me escondieras en el Seol, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieras plazo, y de mí te acordaras!

433

cuando lavaba yo mis caminos con manteca, y la piedra me derramaba ríos de aceite!

434

en lugar de trigo me nazcan espinos, y abrojos en lugar de cebada. Se acaban las palabras de Job.

435

Dicen pues a Dios: Apártate de nosotros, que no queremos el conocimiento de tus caminos.

437

¡Quién diera ahora que mis palabras fueran escritas! ¡Quién diera que se escribieran en un libro!

439

Y el SEÑOR bendijo a la postrimería de Job más que a su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.

440

Si él pusiera sobre el hombre su corazón, y recogiere así su espíritu y su aliento,

442

Y respondió Elifaz temanita, y dijo:

443

Cosas muertas son formadas debajo de las aguas, y de sus moradas.

444

¿Extendiste tú por ventura con él los cielos firmes como un espejo de fundición?

445

¿Quién es el que esconde el consejo sin conocimiento? Por tanto yo denunciaba lo que no entendía; cosas maravillosas, que no las sabía.

447

Y respondió Zofar naamatita, y dijo:

448

¿No habéis preguntado a los que pasan por los caminos, por cuyas señas no negaréis?

449

Si yo espero, el Seol es mi casa; en las tinieblas hice mi cama.

450

Desenvainará y sacará saeta de su aljaba, y relumbrante pasará por su hiel; sobre él vendrán terrores.

451

He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos, y oído y entendido mis oídos.

452

Cuando salía a la puerta a juicio, y en la plaza hacía aparejar mi silla,

453

¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, y el hijo de hombre, también gusano?

454

Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, cuando ellos pleitearan conmigo,

455

¿Has mandado tú a la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar,

456

Y cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo en sus ojos.

458

Comerán los ramos de su cuero, y el primogénito de la muerte tragará sus miembros.

462

He aquí que en sus santos no confía, y ni los cielos son limpios delante de sus ojos,

463

Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; solamente porque recibiré a él no os trataré según su locura, por cuanto no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job.

464

¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.

465

El rompe el mar con su potencia, y con su inteligencia hiere la hinchazón suya.

466

¿Diste tú hermosas alas al pavo real, o alas y plumas al avestruz?

467

Y respondió Bildad suhita, y dijo:

468

que la alegría de los impíos es breve, y el gozo del hipócrita por un momento?

470

Su furor me arrebató, y me ha sido contrario; crujió sus dientes contra mí; contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.

471

Por tanto, varones de entendimiento, oídme: Lejos esté de Dios la impiedad, y del Omnipotente la iniquidad.

474

Por sueño de visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho;

475

Y volvió Job a tomar su parábola, y dijo:

477

He aquí, éstas son partes de sus caminos; ¡y cuán poco es lo que hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo entenderá?

478

Los terrones del arroyo le serán ya dulces; y tras de él será llevado todo hombre, y antes de él han ido innumerables.

479

He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré.

480

Y respondió Bildad suhita, y dijo:

481

¿Por ventura has entrado hasta los nacederos del mar, y has andado escudriñando el abismo?

482

Porque él detiene las goteras de las aguas, cuando la lluvia se derrama de su vapor;

483

Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ataría en lugar de corona.

484

¿Cuándo pondréis fin a las palabras? Entended, y después hablemos.

485

y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, y allí parará el orgullo de tus ondas.

488

Ciertamente la luz de los impíos será apagada, y no resplandecerá la centella de su fuego.

489

¡Quién me volviera como en los meses pasados, como en los días cuando Dios me guardaba,

491

Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan de su reprensión.

492

Entonces Eliú hijo de Baraquel, buzita, de la familia de Ram, se enojó con furor contra Job; se enojó con furor, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios.

493

Además respondió Eliú, y dijo:

494

Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿por qué los que le conocen no ven sus días?

495

¿Habéis de hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por él engaño?

496

A los rincones del Seol descenderán, y juntamente descansarán en el polvo.

497

Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, y la heredad que Dios le señala por su palabra.

498

¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?

499

¿Sacarás tú a su tiempo los signos de los cielos, o guiarás el Arcturo con sus hijos?

500

Al son de tamboril y cítara saltan, y se regocijan al son del órgano.

502

Las nubes son su escondedero, y no ve; y por el cerco del cielo se pasea.

503

Si el mal se endulzó en su boca, si lo ocultaba debajo de su lengua;

504

Me vestía de justicia, y ella me cubría como un manto; y mi diadema era juicio.

505

A esto también se espanta mi corazón, y salta de su lugar.

506

¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas?

508

Su confianza será arrancada de su tienda, y al rey de los espantos será conducido.

509

¿Por ventura Dios no está en la altura de los cielos? ¡Mira la altura de las estrellas, cómo son altas!

510

¿Es por ventura sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.

511

¿Quieres tú guardar la senda antigua, que pisaron los varones perversos?

513

Salen sus chiquitos como manada de ovejas, y sus hijos andan saltando.

514

El señorío y el temor están con Dios; El hace paz en sus alturas.

515

También yo hablaría como vosotros. Deseo que vuestra alma estuviera en lugar de la mía, que yo os tendría compañía en las palabras, y sobre vosotros movería mi cabeza.

519

¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?

520

Tú también disipas el temor, y menoscabas la oración delante de Dios.

522

He venido a ser hermano de los dragones, y compañero de los búhos.

523

¿Diste tú al caballo la fortaleza? ¿Vestiste tú su cerviz de relincho?

524

Porque sacaste prenda a tus hermanos sin causa, e hiciste desnudar las ropas de los desnudos.

525

De la parte del norte vendrá la serenidad por el Dios terrible de alabanza.

526

Porque el oído prueba las palabras, como el paladar gusta para comer.

527

¿Oíste tú por ventura el secreto de Dios, que detienes en ti solo la sabiduría?

528

Entonces respondió el SEÑOR a Job desde el torbellino, y dijo:

529

Ahora ciñe como varón tus lomos; yo te preguntaré, y hazme saber tú.

530

Ellos son entre los rebeldes a la luz, nunca conocieron sus caminos, ni estuvieron en sus veredas.

531

Cuánto menos a aquel que no hace acepción de personas de príncipes, ni el rico es de él más respetado que el pobre; porque todos son obras de sus manos.

532

Porque la congregación de los hipócritas será asolada, y fuego consumirá las tiendas de soborno.

534

Muchas veces he oído cosas como éstas; consoladores molestos sois todos vosotros.

536

Por cierto tu malicia es grande, y tus iniquidades no tienen fin.

539

¿Por ventura el sabio responderá sabiduría ventosa, y llenará su vientre de viento solano?

540

Próspero estaba, y me desmenuzó; me arrebató por la cerviz, y me despedazó, y me puso por blanco suyo.

541

El hierro es tomado del polvo, y de la piedra es fundido el bronce.

542

Porque él mira hasta los fines de la tierra, y ve debajo de todo el cielo.

543

El será cortado antes de su tiempo, y sus renuevos no reverdecerán.

544

A las viudas enviaste vacías, y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.

545

¡Oh cuántas veces el candil de los impíos es apagado, y viene sobre ellos su contrición, y con su ira Dios les reparte dolores!

546

No haré ahora acepción de personas, ni usaré con títulos lisonjeros con el hombre.

547

Veneno de áspides chupará; lo matará lengua de víbora.

548

Ya no hay conmigo sino escarnecedores, en cuyas amarguras se detienen mis ojos.

549

Si tú lo dejares, él dejará de ser; entre tanto deseará, como el jornalero, su día.

550

Quite de sobre mí su verdugo, y su terror no me perturbe.

551

Mi piel está denegrida sobre mí, y mis huesos se secaron con ardentía.

553

¿Sería bueno que él os escudriñare? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?

554

Yo cosí cilicio sobre mi piel, y cargué mi cabeza de polvo.

555

Entre nosotros también hay cano, también hay viejo, mayor en días que tu padre.

556

si comí su sustancia sin dinero, o afligí el alma de sus dueños;

557

Esparce furores de tu ira; y mira a todo soberbio, y abátelo.

558

Mas yo hablaría con el Todopoderoso, y querría disputar con Dios.

559

¿Por ventura invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte a ti?

560

Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; no soy menos que vosotros.

561

Y respondió Eliú hijo de Baraquel, buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; por tanto he tenido miedo, y he temido de declararos mi opinión.

562

aún me hundirás en el hoyo; y mis propios vestidos me abominarán.

563

Tronará Dios maravillosamente con su voz; él hace grandes cosas, y nosotros no lo entendemos.

564

Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se esforzó contra el Todopoderoso,

565

Mejor sería que callarais del todo, porque os fuera en lugar de sabiduría.

566

¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?

567

Me arrancó por todos lados, y me sequé; y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado.

568

Vive el Dios que me quitó mi derecho, y el Omnipotente, que amargó mi alma,

570

También sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos,

571

Hizo alejar de mí mis hermanos, y ciertamente mis conocidos se extrañaron de mí.

572

Las aguas del mar se fueron, y se agotó el río, se secó.

573

Nunca tal me acontezca que yo os justifique; hasta morir no quitaré de mí mi integridad.

574

De coral ni de perlas no se hará mención; la sabiduría es mejor que las piedras preciosas.

575

¿Quién puso la sabiduría en lo íntimo? ¿O quién dio al entendimiento la inteligencia?

576

Su cola mueve como un cedro, y los nervios de sus genitales son entretejidos.

577

Oíd atentamente mi palabra, y sea esto por vuestros consuelos.

578

¿Quién repartió conducto al turbión, y camino a los relámpagos del trueno,

579

Oh tú, que despedazas tu alma con tu furor, ¿será dejada la tierra por tu causa, y serán traspasadas de su lugar las peñas?

580

Atavíate ahora de majestad y de alteza; y vístete de honra y de hermosura.

581

Y determiné sobre él mi decreto, y le puse puertas y cerrojo,

582

toda carne perecería juntamente, y el hombre se tornaría en polvo.

584

En el pedernal puso su mano, y trastornó los montes de raíz.

585

Como sueño volará, y no será hallado; y se disipará como visión nocturna.

586

Soportadme, y yo hablaré; y después que hubiere hablado, escarneced.

587

¿Por ventura enaltece el águila por tu mandamiento, y pone en alto su nido?

588

Hoy también hablaré con amargura; que es más grave mi llaga que mi gemido.

589

¿Y sobre éste abres tus ojos, y me traes a juicio contigo?

590

El es el comienzo de los caminos de Dios; el que lo hizo, acercará a él su espada.

591

Porque tu boca declaró tu iniquidad, pues has escogido el hablar de los astutos.

592

Por tanto, Job, oye ahora mis razones, y escucha todas mis palabras.

593

¿Por ventura te han sido descubiertas las puertas de la muerte o has visto las puertas de la sombra de muerte?

595

Asimismo te apartaría de la boca de la angustia a lugar espacioso, libre de todo apuro; y te asentará mesa llena de grosura.

596

He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿qué enseñador semejante a él?

597

¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará por medio de la oscuridad?

598

Escuchadme, y hablaré yo, y que me venga después lo que viniere.

599

Que cogían malvas entre los arbustos, y raíces de enebro para su comida.

600

He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.

603

¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras?

604

Dios ha enternecido mi corazón, y el Omnipotente me ha espantado.

605

que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló rescate;

606

Y después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.

607

Si fue mi corazón engañado acerca de mujer, y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo,

608

De todas partes lo asombrarán temores, y con sus mismos pies lo ahuyentarán.

609

A la huesa tengo dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi madre y mi hermano.

610

El infierno y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos.

611

Tu misma boca te condenará, y no yo; y tus mismos labios testificarán contra ti.

612

¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?

614

Pero yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios detendría el dolor.

615

¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Has salvado con tu brazo al que no tiene fortaleza?

616

¿No sabes esto que fue siempre, desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,

617

Mis pies tomaron su rastro; guardé su camino, y no me aparté.

618

De la luz será lanzado a las tinieblas, y echado fuera del mundo.

619

Vinieron sus tropas a una, y trillaron sobre mí su camino, y asentaron campamento en derredor de mi tienda.

620

Con sus estornudos encienden lumbre, y sus ojos son como los párpados del alba.

621

¿Pondrás tú garfio en sus narices, y horadarás con espinas su quijada?

622

El mira sobre los hombres; y el que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado;

623

Me cercaron sus flecheros, partió mis riñones, y no perdonó; mi hiel derramó por tierra.

625

Por tanto hay lazos alrededor de ti, y te turba espanto repentino;

626

Los pasos de su potencia serán acortados, y su mismo consejo lo echará a perder.

627

Pon ahora, dame fianzas contigo; ¿quién tocará ahora mi mano?

628

Mas si hablo, mi dolor no cesa; y si dejo de hablar, no se aparta de mí.

629

que respondas a Dios con tu espíritu, y sacas tales palabras de tu boca?

630

¿De dónde pues vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar del entendimiento?

631

La reprensión de mi censura he oído, y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.

632

Tú me has arrugado; el testigo es mi delgadez, que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.

633

cuando puse yo nubes por vestidura suya, y por su faja oscuridad?

634

Mi rostro está enlodado con lloro, y mis párpados entenebrecidos;

635

Abrieron contra mí su boca; hirieron mis mejillas con afrenta; contra mí se juntaron todos.

636

Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.

638

¿Atarás tú al unicornio con su coyunda para el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti?

639

Mira a todo soberbio, y próstralo, y quebranta a los impíos en su asiento.

640

para que ocupe los fines de la tierra, y que sean sacudidos de ella los impíos?

641

Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, y qué heredad el Omnipotente de las alturas?

642

Pero ahora me ha fatigado; tú has asolado toda mi compañía.

644

Me quebrantó de quebranto sobre quebranto; corrió contra mí como un gigante.

645

Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal;

649

Y volvió Job a tomar su parábola, y dijo:

651

Y llamó el nombre de la una, Jemima, y el nombre de la segunda, Cesia, y el nombre de la tercera, Keren-hapuc.

652

El ojo del adúltero está aguardando la noche, diciendo: No me verá nadie; y esconde su rostro.

653

Es transformado como lodo al sello, y luego se para como vestidura;

654

Y respondió Job al SEÑOR, y dijo:

655

Sí, por cierto, Dios no hará injusticia, y el Omnipotente no pervertirá el derecho.

656

Y Añadió Eliú, y dijo:

657

Y respondió Job, y dijo:

658

He aquí que Dios es grande, y no aborrece; fuerte es en virtud de corazón.

659

Y ahora yo soy su canción, y soy hecho a ellos refrán.

660

Que nos enseña más que a las bestias de la tierra, y nos hace sabios más que las aves del cielo.

661

En su tienda morará como si no fuera suya; piedra de azufre será esparcida sobre su morada.

662

Si se envejeciere en la tierra su raíz, y su tronco fuere muerto en el polvo,

663

La luz se oscurecerá en su tabernáculo, y su candil se apagará sobre él.

665

Mas si vosotros os engrandeciéreis contra mí, y redarguyeres mi oprobio contra mí,

666

Sus huesos son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de hierro.

668

Porque él pagará al hombre según su obra, y él le hará hallar conforme a su camino.

669

Porque es fuego que devoraría hasta el Seol, y desarraigaría toda mi hacienda.

670

Por cierto mis pensamientos me hacen responder, y por tanto me apresuro.

671

¿Por ventura vuela el gavilán por tu industria, y extiende hacia el mediodía sus alas?

672

Los cuales fueron cortados antes de tiempo, cuyo fundamento fue derramado con un diluvio.

673

De los peñascos cortó ríos, y sus ojos vieron todo lo preciado.

674

por tanto, no sentirá él sosiego en su vientre, ni escapará con su codicia.

675

Miradme, y espantaos, y poned la mano sobre la boca.

676

El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos; grande en potencia, y en juicio, y en multitud de justicia no aflige.

677

No se igualará con ella esmeralda de Etiopía; no se podrá apreciar con oro fino.

678

¿Por ventura la lluvia tiene padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?

679

Mi espíritu vino a ser extraño a mi mujer, aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba.

680

Porque red será echada en sus pies, y sobre red andará.

681

sabed ahora que Dios me ha derribado, y me ha envuelto en su red.

682

¿Naciste tú primero que Adán? ¿O fuiste formado antes que los collados?

683

Orará a Dios, y le amará, y verá su faz con gritos de alegría; y él dará al hombre el pago de su justicia.

685

Sella la mano a todo hombre; para que todos los hombres conozcan su obra.

687

¿Por ventura se deleitará en el Omnipotente? ¿Invocará a Dios en todo tiempo?

688

He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen a su obra madrugando para robar; el desierto es su mantenimiento y de sus hijos.

689

¿Habéis vosotros de hacerle honra? ¿Habéis de pleitear vosotros por Dios?

690

El me ha puesto por refrán de los pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.

691

Porque a éstos has tú escondido su corazón de entendimiento; por tanto, no los ensalzarás.

692

su comida se mudará en sus entrañas, hiel de áspides será dentro de él.

693

como su mismo estiércol perecerá para siempre; los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?

694

Que decían a Dios: Apartate de nosotros, y ¿qué nos ha de hacer el Omnipotente?

695

No verá los arroyos, las riberas de los ríos de miel y de manteca.

696

Lazo prenderá su calcañar; esforzará contra él los sedientos.

697

¿Del vientre de quién salió el hielo? Y la helada del cielo, ¿quién la engendró?

698

Sus escamas \'

699

¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán ellos: Henos aquí?

700

que ni aun entregué al pecado mi paladar, pidiendo maldición para su alma;

702

Cíñete ahora como varón tus lomos; yo te preguntaré, y explícame.

704

Ya me habéis vituperado diez veces; ¿no os avergonzáis de descomediros delante de mí?

705

El os redargüirá duramente, si en lo secreto le hicieres tal honra.

706

No puede ser apreciada con oro de Ofir, ni con ónice precioso, ni con zafiro.

707

Oíd atentamente su voz terrible, y la palabra que sale de su boca.

708

Su aliento enciende los carbones, y de su boca sale llama.

709

Sus polluelos chupan la sangre; y donde hubiere muertos, allí está.

710

Menosprecia toda cosa alta; es rey sobre todos los hijos de la soberbia.

711

Clamo a ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes.

712

A la luz se levanta el homicida, mata al pobre y al necesitado, y de noche es como ladrón.

713

De la ciudad claman los hombres, y las almas muertas dan voces, pero Dios no puso estorbo.

714

cuando él hizo ley a la lluvia, y camino al relámpago de los truenos.

715

Porque lleno estoy de palabras, y el espíritu de mi vientre me constriñe.

716

Comió haciendas, mas las vomitará; de su vientre las sacará Dios.

717

Por tanto él acabará lo que me es necesario; y muchas cosas como éstas hay en él.

718

si le parecía bien, y no lo dejaba, sino que lo detenía entre su paladar;

719

entonces revela al oído de los hombres, y les sella su instrucción;

720

El aprieta la faz de su trono, y extiende sobre él su nube.

721

Su corazón es firme como una piedra, y fuerte como una pieza de la muela de abajo.

722

De su grandeza tienen temor los fuertes, y por quebrantamientos se remueven el pecado.

723

No quitará sus ojos del justo; antes bien con los reyes los pondrá en silla para siempre, y serán ensalzados.

724

Vuestras memorias serán comparadas a la ceniza, y vuestros cuerpos como cuerpos de lodo.

725

Y si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;

726

Ordenaría juicio delante de él, y llenaría mi boca de argumentos.

727

El que denuncia lisonjas a su prójimo, los ojos de sus hijos desfallezcan.

730

Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho: De lodo soy yo también formado.

731

Dios guardará para los hijos de ellos su violencia; y le dará su pago, para que conozca.

733

¿Cortarás tú con cuchillo su cuero, o con asta de pescadores su cabeza?

734

Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí, siendo cortado el número de sus meses?

736

Y no se hallaron mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos.

738

He aquí en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.

739

Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo temblar.

740

si no me bendijeron sus lomos, y del vellón de mis ovejas se calentaron;

741

Dios rescatará su alma, que no pase a la huesa, y su vida se verá en luz.

742

cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían, me daban testimonio.

743

¿Por ventura sus ejércitos tienen número? ¿Y sobre quién no está su luz?

744

Sus huesos están llenos de los pecados de su juventud, y con él serán sepultados en el polvo.

745

¿Tendrán fin las palabras ventosas? O ¿qué es lo que te anima a responder?

746

Y procediendo Eliú en su razonamiento, dijo:

747

De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, y está que se brote como licor. \'

748

No hay tinieblas, ni sombra de muerte donde se encubran los que obran iniquidad.

749

Pero volved todos vosotros, y venid ahora, que no hallaré entre vosotros sabio.

750

¿Qué sabes tú que no sepamos? ¿Qué entiendes que no se halle en nosotros?

751

Se echará debajo de las sombras, en lo oculto de las cañas, y de los lugares húmedos.

752

La bendición del que se iba a perder venía sobre mí; y al corazón de la viuda daba alegría.

753

Senda que nunca la conoció ave, ni ojo de buitre la vio;

754

Lo tomará el solano, y partirá; la tempestad lo arrebatará del lugar suyo.

755

y yo también te confesaré que podrá salvarte tu diestra.

757

Cuando alguno lo alcanzare, ni espada, ni lanza, ni dardo, ni coselete durará contra él.

758

Sus casas seguras de temor, ni hay azote de Dios sobre ellos.

759

Nadie hay tan osado que lo despierte; ¿quién pues podrá estar delante de mí?

760

antes los toques de shofar le infunden ánimo; y desde lejos huele la batalla, el estruendo de los príncipes, y el estruendo de la consigna de la batalla.

761

Y si estuvieren presos en grillos, y cautivos en las cuerdas de la aflicción,

762

¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no contestará todas sus palabras.

764

Debajo de todos los cielos lo enderezará, y su luz se extenderá hasta los fines de la tierra.

766

al olor del agua reverdecerá, y hará copa como nueva planta.

767

Se han revuelto turbaciones sobre mí; combatieron como viento mi voluntad, y mi salud como nube que pasa.

769

He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su fortaleza en el ombligo de su vientre.

770

Fueron pues Elifaz temanita, y Bildad suhita, y Zofar naamatita, e hicieron como el SEÑOR les mandó; y el SEÑOR recibió a Job.

771

Yo era ojos al ciego, y pies al cojo.

772

Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos; huían a la soledad, al lugar tenebroso, asolado y desierto.

773

cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, a la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad;

774

como fue en los días de mi juventud, cuando Dios era familiar en mi tienda;

775

¿Por qué somos tenidos por bestias? ¿En vuestros ojos somos viles?

776

Me pusieron la noche por día, y la luz se acorta delante de las tinieblas.

777

Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, y mis labios proferirán conocimiento puro.

778

¿Por ventura tiene su contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, o le viene algún provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?

779

Abajo se secarán sus raíces, y arriba serán cortadas sus ramas.

780

De sus narices sale humo como de una olla o caldero que hierve.

781

Si al norte él obrare, yo no lo veré; al mediodía se esconderá, y no lo veré.

782

Unas veces por azote, otras por causa de su tierra, otras por misericordia las hará aparecer.

783

El oro no se le igualará, ni el diamante; ni se cambiará por vaso de oro fino.

784

¿qué haría yo cuando Dios se levantare? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo?

785

De dentro de sus paredes exprimen el aceite, pisan los lagares, y mueren de sed.

786

Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; forastero fui yo en sus ojos.

787

El cual desampara en la tierra sus huevos, y sobre el polvo los calienta,

788

A las tinieblas puso término; y a toda obra perfecta que él hizo, puso piedra de oscuridad y de sombra de muerte.

789

Verán sus ojos su quebranto, y beberá de la ira del Todopoderoso.

791

Restituirá el trabajo ajeno conforme a la hacienda que tomó; y no tragará, ni gozará.

792

Dios entiende el camino de ella, y él solo conoce su lugar.

795

Así detendrá su alma de corrupción, y su vida de ser pasado a espada.

796

Por lo cual de temer es que no te quite con golpe, el cual no puedas apartar de ti con gran rescate.

797

¿Por ventura quejo a algún hombre? Y si es así ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?

798

Si amontonare plata como polvo, y si preparare ropa como lodo;

799

Llamé a mi siervo, y no respondió; de mi propia boca le suplicaba.

800

Las fallas de su carne están pegadas entre sí; está firme su carne en él, y no se mueve.

801

Su cuerda está escondida en la tierra, y su torzuelo sobre la senda.

802

Acuérdate de engrandecer su obra, la cual contemplan los hombres.

803

En el campo siegan su pasto, y los impíos vendimian la viña ajena.

804

Una vez hablé, y no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar.

805

Su memoria perecerá de la tierra, y no tendrá nombre por las calles.

806

¿Por ventura pleitearía conmigo con grandeza de fuerza? No; antes él la pondría en mí.

807

Batirán sus manos sobre él, y desde su lugar le silbarán.

808

Al cual yo puse casa en la soledad, y sus moradas en la tierra salada.

809

Yo no ocultaré sus mentiras, ni lo de su fuerza ni la belleza de su orden.

810

¿Cuál sea el camino por donde se reparte la luz; por donde se esparce el viento solano sobre la tierra?

811

Y Eliú había esperado a Job en la disputa, porque todos eran más viejos de días que él.

812

He aquí que su bien no está en manos de ellos; el consejo de los impíos lejos esté de mí.

813

De su boca salen hachas de fuego, centellas de fuego proceden.

814

Y ellas se revuelven en derredor por sus designios, para hacer sobre la faz del mundo, en la tierra, lo que él les mandó.

815

Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño,

816

Si fueres justo, ¿qué le darás a él? ¿O qué recibirá de tu mano?

817

¿Por qué te enajena tu corazón, y por qué guiñan tus ojos,

818

Si subiere su altura hasta el cielo, y su cabeza tocare en las nubes,

819

¿Por ventura harán banquete por causa de los compañeros? ¿Lo partirán entre los mercaderes?

820

El quebrantará a los fuertes sin pesquisa, y hará estar a otros en su lugar.

821

Si mis pasos se apartaron del camino, y si mi corazón se fue tras mis ojos, y si alguna mancha se apegó a mis manos,

822

Su fuerza será hambrienta, y a su lado estará aparejado quebrantamiento.

823

Asirán de él terrores como aguas; torbellino lo arrebatará de noche.

824

¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?

825

El uno se junta tan cerca del otro, que viento no entra entre ellos.

826

A causa de la gran violencia clamarán, y darán voces por la fuerza de los muchos.

828

Fueron ensalzados por un poco, y desaparecieron, y son abatidos como cada cual; serán encerrados, y cortados como cabezas de espigas.

829

si me alegré de que mi hacienda se multiplicare, y de que mi mano hallare mucho;

830

No diste de beber agua al cansado, y detuviste el pan al hambriento.

831

Fallecerá el alma de ellos en su juventud, y su vida entre los prostitutos del culto pagano.

832

El Misericordioso se olvidará de ellos; de ellos sentirán los gusanos dulzura; nunca más habrá de ellos memoria, y como un árbol será quebrantada la iniquidad.

833

E hizo inflamar contra mí su furor, y me contó para sí entre sus enemigos.

834

Oíd, pues, ahora mi disputa, y estad atentos a los argumentos de mis labios.

835

Ciertamente los montes llevan renuevo para él; y toda bestia del campo retoza allá.

836

Me abominan, se alejan de mí, y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.

837

y mi corazón se engañó en secreto, y mi boca besó mi mano,

838

Al desnudo hacen andar sin vestido, y a los hambrientos quitan las gavillas.

839

Encúbrelos a todos en el polvo, venda sus rostros en la oscuridad;

840

De cierto su alteza os había de espantar, y su pavor había de caer sobre vosotros.

841

Contra él suena la aljaba, el resplandor de la lanza y de la pica;

842

escarba la tierra, se alegra en su fuerza, sale al encuentro de las armas;

843

Sus hijos pobres andarán rogando; y sus manos devolverán lo que él robó.

844

nunca la pisó hijo de soberbio, ni león pasó por ella.

845

He aquí que tu esperanza acerca de él será burlada; porque aun a su sola vista se desmayarán.

846

Se endurece para con sus hijos, como si no fueran suyos, no temiendo que su trabajo haya sido en vano;

847

A la mujer estéril que no concebía, afligió; y a la viuda nunca hizo bien.

848

que le hace que su vida aborrezca el pan, y su alma la comida suave.

849

¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan.

850

He aquí que él tomará el río sin inmutarse; y se confía que el Jordán pasará por su boca.

852

Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, y todos mis pensamientos han sido como sombra.

853

Porque es maldad e iniquidad, comprobada.

854

Su alma se acercará al sepulcro, y su vida a los enterradores.

855

¿Piensas ser conforme a derecho esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios?

856

¿Por ventura te reprenderá acaso, o vendrá contigo a juicio porque te teme?

857

Me oían, y esperaban; y callaban a mi consejo.

858

porque Dios lo hizo olvidar de sabiduría, y no le dio entendimiento.

859

Mira a los cielos, y ve, y considera que los cielos son más altos que tú.

860

¿Por ventura hará pacto contigo para que lo tomes por siervo perpetuo?

861

Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; los sauces del arroyo lo cercan.

862

¿Por ventura oirá Dios su clamor cuando la tribulación viniere sobre él?

863

Porque la mañana es a todos ellos como sombra de muerte; si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman.

864

En su cerviz mora la fortaleza, y delante de él es deshecho el trabajo.

865

Pegado está el uno con el otro, están trabados entre sí, que no se pueden apartar.

866

Verán los justos y se gozarán; y el inocente los escarnecerá, diciendo:

867

Enséñame tú lo que yo no veo; que si hice iniquidad, no lo haré más.

868

muela para otro mi mujer, y sobre ella otros se encorven.

869

Su simiente con ellos, compuesta delante de ellos; y sus renuevos delante de sus ojos.

870

mas la luz de los impíos es quitada de ellos, y el brazo enaltecido es quebrantado.

872

Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, en los cuales pereció el tiempo?

873

Lugar que sus piedras serán zafiro, y tendrá polvos de oro.

874

Mas a los violentos adelantó con su poder; se levantó, y no fió a nadie en la vida.

875

Son livianos sobre las aguas; su porción es maldita en la tierra; nunca vienen por el camino de las viñas.

876

Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, y toma temblor mi carne.

877

haciendo llover sobre la tierra deshabitada, sobre el desierto, donde no hay hombre,

878

Además de esto con la claridad fatiga las nubes, y las esparce con su luz.

879

En un momento mueren, y a media noche se alborotarán los pueblos, y pasarán, y sin mano será quitado el poderoso.

880

Hijos de locos, y hombres sin nombre, más bajos que la misma tierra.

881

Pero el hombre pudiente tuvo la tierra; y habitó en ella el honrado.

882

si he visto que pereciera alguno sin vestido, y al menesteroso sin cobertura;

883

y él con ímpetu y furor escarba la tierra, sin importarle el sonido del shofar;

884

Por lo cual yo me espantaré delante de su rostro; consideraré, y lo temeré.

885

He aquí que Dios buscó achaques contra mí, y me tiene por su enemigo;

886

Los que de ellos quedaren, en muerte serán sepultados; y no llorarán sus viudas.

887

¿Jugarás por ventura con él como con pájaro, y lo atarás para tus niñas?

888

El ojo que le habrá visto, nunca más le vera; ni su lugar le echará más de ver.

890

Detuvo los ríos en su nacimiento, e hizo salir a luz lo escondido.

891

Y ahora mi alma está derramada en mí; días de aflicción se apoderan de mí.

892

Si pecares, ¿qué habrás hecho contra él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le harás tú?

893

¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se llegará a él con freno doble?

894

¿Fiarás de él que te tornará tu simiente, y que la allegará en tu era?

895

Sus hijos son sanos, crecen con el grano; salen y nunca más vuelven a ellas.

896

o tinieblas, para que no veas; y abundancia de agua te cubre.

897

¿Por ventura se ha de llamar al rey: De Belial; y a los príncipes: Impíos?

898

¿A quién has anunciado palabras, y de quién es el espíritu que de ti sale?

899

Allí clamarán, y él no oirá, por la soberbia de los malos.

900

El rico dormirá, mas no será recogido; abrirá sus ojos, y no verá a nadie.

901

Por tanto los hombres le temerán; todos los sagaces de corazón no le verán.

902

¿Por ventura multiplicará él ruegos para contigo? ¿Te hablará él lisonjas?

903

El hombre nunca supo su valor, ni se halla en la tierra de los vivientes.

904

Oíd, sabios, mis palabras; y vosotros, doctos, estadme atentos.

905

Los rectos se maravillarán de esto, y el inocente se despertará contra el hipócrita.

906

El les había llenado sus casas de bienes. Por tanto el consejo de los impíos está lejos de mí.

907

¿Qué hombre hay como Job, que bebe el escarnio como agua?

908

Porque temí el castigo de Dios, contra cuya alteza yo no tendría poder.

909

Hacen apartar del camino a los pobres; y todos los pobres de la tierra se esconden de ellos.

910

Tierra de la cual nace el pan, y debajo de ella estará como convertida en fuego.

911

¿Por ventura le harás tú saltar como a alguna langosta? El resoplido de su nariz es formidable;

912

Y quebraba los colmillos del inicuo, y de sus dientes hacía soltar la presa.

913

Porque dijo: De nada servirá al hombre el conformar su voluntad con Dios.

914

Te has vuelto cruel para mí; con la fortaleza de tu mano me odias.

916

¿Disputará con palabras inútiles, y con razones sin provecho?

917

hace burla del espanto, y no teme, ni vuelve el rostro delante de la espada.

918

He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre;

919

¿Por ventura se enseñoreará el que aborrece el juicio? ¿Y condenarás tú al poderoso siendo justo?

920

¿Por ventura no hay quebrantamiento para el impío, e infortunio para los que obran iniquidad?

921

¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace parar,

922

Me esperaban como a la lluvia, y abrían su boca como a la lluvia tardía.

923

Con ellas juzga a los pueblos, y da comida a la multitud.

924

Dios, pues, descargará sobre él, y no perdonará. Hará él por huir de su mano.

925

para apartar su alma de la huesa, e iluminarlo con la luz de los vivientes.

926

Si sus hijos fueren multiplicados, serán para la espada; y sus descendientes no se saciarán de pan.

927

Su hacedor lo tomará por sus ojos en tropezaderos, y horadará su nariz.

929

Y despierta el oído de ellos para instrucción, y les manda que se conviertan de la iniquidad.

930

mi espalda se caiga de mi hombro, y mi brazo sea quebrado de mi canilla.

931

si alcé contra el huérfano mi mano, aunque viere que todos me ayudarían en la puerta;

932

haciendo venir delante de sí el clamor del pobre, y él oye el clamor de los necesitados.

933

¿Quién visitó por él la tierra? ¿Y quién puso en orden todo el mundo?

934

Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.

935

Ella habita y está en la piedra, en la cumbre del peñasco y de la roca.

936

Si algunos le dieron a crédito, y se afirmó en ellos; sus ojos tuvo puestos sobre los caminos de ellos.

937

Con las nubes encubre la luz, y les manda que vayan contra ella.

938

Rebusca los montes para su pasto, y anda buscando todo lo que está verde.

939

Yo os enseñaré lo que hay en la mano de Dios; no esconderé lo que hay acerca del Omnipotente.

940

Porque de cierto no son mentira mis palabras; antes se trata contigo con perfecto conocimiento.

941

para quitar al hombre de su propia obra, y cubrir al varón de la soberbia.

942

por eso Job abrió su boca vanamente, y multiplica palabras sin conocimiento.

943

Se enojó asimismo con furor contra sus tres amigos, por cuanto no hallaban qué responder, habiendo condenado a Job.

944

Pon tu mano sobre él; te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás.

945

A su tiempo se levanta en alto, y se burla del caballo y del que se monta en él.

946

También alguna vez no se ve la luz clara en los cielos, y pasa un viento y los limpia.

947

porque Job ha dicho: Yo soy justo, y Dios me ha quitado mi derecho.

948

Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, y a toda ave del cielo es oculta.

949

Se ríe de la multitud de la ciudad; no oye las voces del que demanda los peajes.

950

¿Alzarás tú a las nubes tu voz, para que te cubra muchedumbre de aguas?

951

Yo sabría lo que él me respondería, y entendería lo que me dijere.

952

Desde allí acecha la comida; sus ojos observan de muy lejos.

953

¿Por ventura confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, y le fiarás tu labor?

954

Denegrido anduve, y no por el sol; me he levantado en la congregación, y clamé.

955

Al hombre como tú dañará tu impiedad, y al hijo del hombre aprovechará tu justicia.

956

Aprobaba el camino de ellos, y me sentaba en cabecera; y moraba como rey en el ejército, como el que consuela llorosos.

957

Oye ahora, y hablaré; te preguntaré, y tú me harás saber.

958

A la mano derecha se levantaron los jóvenes; empujaron mis pies, y pisaron sobre mí las sendas de su destrucción.

959

Aunque más digas, no lo mirará; haz juicio delante de él, y espera en él.

960

No hay sobre la tierra su semejante, quien se comporta sin temor.

961

Los príncipes detenían sus palabras; ponían la mano sobre su boca;

962

En mi juicio fue mentiroso, mi saeta es gravosa sin haber yo prevaricado.

964

Sale el río junto al morador, y las aguas sin pie, más altas que el hombre, se fueron.

965

Mas si no oyeren, serán pasados a espada, y perecerán sin conocimiento.

966

Las aguas se endurecen a manera de piedra, y se congela la faz del abismo.

967

Tras de él bramará el sonido, tronará su valiente voz, y aunque sea oída su voz, no los detiene.

968

No carga pues él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio.

969

Y hablaré, y no le temeré; porque en este estado no estoy en mí.

970

y se olvida de que los pisará el pie, y que los quebrará alguna bestia del campo.

971

¿Dónde pues estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá?

972

La una da nuevas de la otra; la una adquiere ira contra la que viene.

973

He aquí yo he esperado a vuestras palabras, he escuchado vuestros argumentos, entre tanto que buscábais palabras.

974

Bramaban entre las matas, y se congregaban debajo de las espinas.

975

Habitaban en las barrancas de los arroyos, en las cavernas de la tierra, y en las piedras.

976

Su carne desfallece sin verse, y sus huesos, que antes no se veían, aparecen.

977

De cierto tú dijiste a oídos míos, y yo oí la voz de tus palabras que decían:

978

¿Si entenderá también los extendimientos de las nubes, y los bramidos de su tienda?

979

Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, su furor se encendió.

980

Me levantaste, y me hiciste cabalgar sobre el viento, y derretiste en mí el ser.

981

Me derribó en el lodo, y soy semejante al polvo, y a la ceniza.

982

Si me reía a ellos, no lo creían; y no abatían la luz de mi rostro.

983

Ciertamente Dios no oirá la vanidad, ni la mirará el Omnipotente.

984

¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.

985

Escojamos para nosotros el juicio, conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno;

986

Mis entrañas hierven, y no reposan; días de aflicción me han sobrecogido.

987

Tras mi palabra no replicaban, mas mi razón destilaba sobre ellos.

988

Allí el recto disputaría con él; y escaparía para siempre del que me condena.

989

¿Y eran calientes tus vestidos cuando él daba el reposo a la tierra del mediodía?

990

En las tinieblas minan las casas, que de día para sí señalaron; no conocen la luz.

991

Espérame un poco, y te enseñaré; porque todavía hablo por Dios.

992

Y va en compañía con los que obran iniquidad, y anda con los hombres maliciosos.

993

¿Por ventura fue cortada nuestra sustancia, habiendo consumido el fuego el resto de ellos?

994

De la inundación de los montes fueron humedecidos, y abrazan las peñas sin tener en qué cubrirse.

995

la voz de los principales se ocultaba, y su lengua se pegaba a su paladar;

996

cuando el polvo se ha endurecido con dureza, y los terrones se pegan unos a otros?

997

Tomaré mi sabiduría de lejos, y daré la justicia a mi hacedor.

998

Ahora bien, él no dirigió a mí sus palabras, ni yo le responderé con vuestras razones.

999

para que el hombre hipócrita no reine, y el pueblo no tropiece.

1000

cuando gotean de las nubes, gotean sobre los hombres en abundancia.