Most Popular Bible Verses in Job

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1

Y un día vinieron los hijos de Dios á presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino también Satán.

5

¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házme lo saber, si tienes inteligencia.

8

Mas extiende ahora tu mano, y toca á todo lo que tiene, y verás si no te blasfema en tu rostro.

9

¿No le has tú cercado á él, y á su casa, y á todo lo que tiene en derredor? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto su hacienda ha crecido sobre la tierra.

11

Y naciéronle siete hijos y tres hijas.

13

Y un día aconteció que sus hijos é hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,

15

Porque la iniquidad no sale del polvo, Ni la molestia brota de la tierra.

17

Y vino un mensajero á Job, que le dijo: Estando arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,

20

He aquí ahora behemoth, al cual yo hice contigo; Hierba come como buey.

21

¿Quién preparó al cuervo su alimento, Cuando sus pollos claman á Dios, Bullendo de un lado á otro por carecer de comida?

24

Y Jehová dijo á Satán: ¿No has considerado á mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal?

25

Acometieron los Sabeos, y tomáronlos, é hirieron á los mozos á filo de espada: solamente escapé yo para traerte las nuevas.

26

Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;

27

Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los Caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y tomáronlos, é hirieron á los mozos á filo de espada; y solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.

28

El que hace cosas grandes é incomprensibles, Y maravillosas, sin número.

31

Sea aquel día sombrío, Y Dios no cuide de él desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca.

32

Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los mozos, y los consumió: solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.

35

Y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, é hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los mozos, y murieron; y solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.

36

Mas ahora que el mal sobre ti ha venido, te es duro; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.

37

Aficionado á la obra de tus manos, Llamarás, y yo te responderé.

38

He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; Y pasará, y no lo entenderé.

39

El hombre vano se hará entendido, Aunque nazca como el pollino del asno montés.

40

Los ojos de los que me ven, no me verán más: Tus ojos sobre mí, y dejaré de ser.

41

Mi cuero y mi carne se pegaron á mis huesos; Y he escapado con la piel de mis dientes.

43

¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, Y pondré mi alma en mi mano?

44

Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose sobre él nublado, Que lo haga horrible como caliginoso día.

46

Las cosas que mi alma no quería tocar, Por los dolores son mi comida.

47

Vestísteme de piel y carne, Y cubrísteme de huesos y nervios.

49

¿Enseñará alguien á Dios sabiduría, Juzgando él á los que están elevados?

51

Y respondiendo Satán dijo á Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.

52

Pues ahora me cuentas los pasos, Y no das tregua á mi pecado.

54

No quedó nada que no comiese: Por tanto su bien no será durable.

55

Si te tornares al Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción;

56

¿No te enseñarán ellos, te dirán, Y de su corazón sacarán palabras?

57

He aquí, él derribará, y no será edificado: Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.

59

Y que pluguiera á Dios quebrantarme; Que soltara su mano, y me deshiciera!

60

¿Es este tu temor, tu confianza, Tu esperanza, y la perfección de tus caminos?

61

Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico.

63

Quién me diera que viniese mi petición, Y que Dios me otorgase lo que espero;

64

No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, Ni quien le suceda en sus moradas.

65

Y tendrás más oro que tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ophir;

66

Escúchame; yo te mostraré Y te contaré lo que he visto:

67

A pesar de no haber iniquidad en mis manos, Y de haber sido mi oración pura.

69

Y hase tornado mi arpa en luto, Y mi órgano en voz de lamentadores.

70

Mas extiende ahora tu mano, y toca á su hueso y á su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro.

73

Y él mismo me será salud, Porque no entrará en su presencia el hipócrita.

75

Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte y no temerás:

76

No tornará más á su casa, Ni su lugar le conocerá más.

77

Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more maldad en tus habitaciones;

78

Y si no, ¿quién me desmentirá ahora, O reducirá á nada mis palabras?

79

El hace andar á los consejeros desnudos de consejo, Y hace enloquecer á los jueces.

80

¿Por qué me perseguís como Dios, Y no os hartáis de mis carnes?

82

Ocupe la oscuridad aquella noche; No sea contada entre los días del año, Ni venga en él número de los meses.

83

Con él está la fortaleza y la existencia; Suyo es el que yerra, y el que hace errar.

84

Oh tierra! no cubras mi sangre, Y no haya lugar á mi clamor.

86

Recapacita ahora, ¿quién que fuera inocente se perdiera? Y ¿en dónde los rectos fueron cortados?

87

Cuando están echados en las cuevas, O se están en sus guaridas para acechar?

88

Si encubrí, como los hombres mis prevaricaciones, Escondiendo en mi seno mi iniquidad;

89

Que pone los humildes en altura, Y los enlutados son levantados á salud:

92

Tienes sellada en saco mi prevaricación, Y coacervas mi iniquidad.

93

Cuando fuere lleno su bastimento, tendrá angustia: Las manos todas de los malvados vendrán sobre él.

94

He aquí ahora, si yo me apercibiere á juicio, Sé que seré justificado.

95

He aquí, el detendrá las aguas, y se secarán; El las enviará, y destruirán la tierra.

96

Y en mitad de la siesta se levantará bonanza; Resplandecerás, y serás como la mañana:

98

Sobre su día se espantarán los por venir, Como ocupó el pavor á los que fueron antes.

100

El lleva despojados á los príncipes, Y trastorna á los poderosos.

101

El atribulado es consolado de su compañero: Mas hase abandonado el temor del Omnipotente.

102

Y ciertamente el monte que cae se deshace, Y las peñas son traspasadas de su lugar;

103

Renuevas contra mí tus plagas, Y aumentas conmigo tu furor, Remudándose sobre mí ejércitos.

104

Tales son los caminos de todos los que olvidan á Dios: Y la esperanza del impío perecerá:

105

Aun él en su verdor no será cortado, Y antes de toda hierba se secará.

106

Que aunque fuese yo justo, no responderé; Antes habré de rogar á mi juez.

107

El suelta la atadura de los tiranos, Y ata el cinto á sus lomos.

108

Maldíganla los que maldicen al día, Los que se aprestan para levantar su llanto.

110

Dios no tornará atrás su ira, Y debajo de él se encorvan los que ayudan á los soberbios.

112

El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y enflaquece la fuerza de los esforzados.

113

Oscurézcanse las estrellas de su alba; Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la mañana:

114

Y te acostarás, y no habrá quien te espante: Y muchos te rogarán.

115

Antes que vaya para no volver, A la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;

116

Oh si fuere aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella!

117

Por tanto yo no reprimiré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y quejaréme con la amargura de mi alma.

118

Cuando digo: Mi cama me consolará, Mi cama atenuará mis quejas;

119

El impide el labio á los que dicen verdad, Y quita á los ancianos el consejo.

120

Sus colodras están llenas de leche, Y sus huesos serán regados de tuétano.

121

Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; Yo sé que esto está cerca de ti.

122

Porque me ha quebrado con tempestad, Y ha aumentado mis heridas sin causa.

123

Apoyaráse él sobre su casa, mas no permanecerá en pie; Atendráse á ella, mas no se afirmará.

124

¿No son mis días poca cosa? Cesa pues, y déjame, para que me conforte un poco.

126

Van á tientas como en tinieblas y sin luz, Y los hace errar como borrachos.

127

A manera de un árbol, está verde delante del sol, Y sus renuevos salen sobre su huerto;

128

¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua?

129

Si yo me justificare, me condenará mi boca; Si me dijere perfecto, esto me hará inicuo.

130

El quita el seso de las cabezas del pueblo de la tierra, Y háceles que se pierdan vagueando sin camino:

131

Que si yo le invocase, y él me respondiese, Aun no creeré que haya escuchado mi voz.

132

Oid con atención mi razonamiento, Y mi denunciación con vuestros oídos.

133

Y tomaba una teja para rascarse con ella, y estaba sentado en medio de ceniza.

134

Deseo yo que Job sea probado ampliamente, A causa de sus respuestas por los hombres inicuos.

135

¿Cuánto menos le responderé yo, Y hablaré con él palabras estudiadas?

136

Ciertamente tales son las moradas del impío, Y este será el lugar del que no conoció á Dios.

137

Si habláremos de su potencia, fuerte por cierto es; Si de juicio, ¿quién me emplazará?

138

¿Por qué no morí yo desde la matriz, O fuí traspasado en saliendo del vientre?

139

¿No me ayudo cuanto puedo, Y el poder me falta del todo?

141

Miraron los caminantes de Temán, Los caminantes de Saba esperaron en ellas:

142

¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, Y si me buscares de mañana, ya no seré.

143

Y sería aún mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que yo no he escondido las palabras del Santo.

144

Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria.

145

Si le arrancaren de su lugar, Este negarále entonces, diciendo: Nunca te vi.

146

Si fuere malo, ­ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando harto de deshonra, Y de verme afligido.

147

Estruendos espantosos hay en sus oídos; En la paz le vendrá quien lo asuele.

148

Sus hijos serán honrados, y él no lo sabrá; O serán humillados, y no entenderá de ellos.

149

¿Por qué me previnieron las rodillas? ¿Y para qué las tetas que mamase?

150

Bien que yo fuese íntegro, no conozco mi alma: Reprocharé mi vida.

151

Y libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, Y de la mano violenta;

152

Los cuales alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron á voz en grito; y cada uno de ellos rasgó su manto, y esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.

153

Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás á Dios tu rostro.

154

Que con cincel de hierro y con plomo Fuesen en piedra esculpidas para siempre!

155

Que prende á los sabios en la astucia de ellos, Y el consejo de los perversos es entontecido;

157

De día se topan con tinieblas, Y en mitad del día andan á tientas como de noche:

158

O ¿por qué no fuí escondido como aborto, Como los pequeñitos que nunca vieron luz?

159

Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, Como con su prójimo!

161

Todas tinieblas están guardadas para sus secretos: Fuego no soplado lo devorará; Su sucesor será quebrantado en su tienda.

162

Pues que ahora yaciera yo, y reposara; Durmiera, y entonces tuviera reposo,

164

Perecen por el aliento de Dios, Y por el espíritu de su furor son consumidos.

165

Allí los impíos dejan el perturbar, Y allí descansan los de cansadas fuerzas.

166

(Lo que los sabios nos contaron De sus padres, y no lo encubrieron;

167

Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que edifican para sí los desiertos;

169

Entonces me quebrantarás con sueños, Y me turbarás con visiones.

170

Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que el dolor era muy grande.

171

¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi prevaricación y mi pecado.

172

Y RESPONDIO Job, y dijo:

173

Pues es esperanza al menesteroso, Y la iniquidad cerrará su boca.

174

Y dijo Jehová á Satán: ¿De dónde vienes? Respondió Satán á Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.

176

Que el malo es reservado para el día de la destrucción? Presentados serán en el día de las iras.

178

Ciertamente que vosotros sois el pueblo; Y con vosotros morirá la sabiduría.

179

El multiplica las gentes, y él las destruye: El esparce las gentes, y las torna á recoger.

181

Perezca el día en que yo nací, Y la noche que se dijo: Varón es concebido.

182

¿Por qué se da luz al trabajado, Y vida á los de ánimo en amargura,

183

¿Quién le denunciará en su cara su camino? Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?

184

Tierra de oscuridad, lóbrega Como sombra de muerte, sin orden, Y que aparece como la oscuridad misma.

185

A lo menos dos cosas no hagas conmigo; Entonces no me esconderé de tu rostro:

186

Al cual yo tengo de ver por mí, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mis riñones se consuman dentro de mí.

187

¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, fenecería.

188

Mas su carne sobre él se dolerá, Y entristecerse ha en él su alma.

189

Y RESPONDIO Sophar Naamathita, y dijo:

190

El libertará la isla del inocente; Y por la limpieza de tus manos será librada.

191

Tribulación y angustia le asombrarán, Y esforzaránse contra él como un rey apercibido para la batalla.

192

Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad.

193

Y así mi alma tuvo por mejor el ahogamiento, Y quiso la muerte más que mis huesos.

194

¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y que pongas sobre él tu corazón,

195

Llama luego, y yo responderé; O yo hablaré, y respóndeme tú.

197

Y RESPONDIO Job, y dijo:

198

Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?

199

Mas debierais decir: ¿Por qué lo perseguimos? Ya que la raíz del negocio en mí se halla.

200

¿Es mi fortaleza la de las piedras? ¿O mi carne, es de acero?

201

A los cuales solos fué dada la tierra, Y no pasó extraño por medio de ellos:)

202

Y que te declarara los arcanos de la sabiduría, Que son de doble valor que la hacienda! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos que tu iniquidad merece.

203

Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.

205

AHORA pues da voces, si habrá quien te responda; ¿Y á cuál de los santos te volverás?

206

Es cierto que al necio la ira lo mata, Y al codicioso consume la envidia.

207

¿Por qué escribes contra mí amarguras, Y me haces cargo de los pecados de mi mocedad?

210

Porque llevado será él á los sepulcros, Y en el montón permanecerá.

211

Cuando se pusiere á henchir su vientre, Dios enviará sobre él el furor de su ira, Y harála llover sobre él y sobre su comida.

212

Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas.

213

Y habitó las ciudades asoladas, Las casas inhabitadas, Que estaban puestas en montones.

214

El perderá su agraz como la vid, Y derramará su flor como la oliva.

215

¿Harán tus falacias callar á los hombres? ¿Y harás escarnio, y no habrá quien te avergüence?

216

¿Qué cosa de todas estas no entiende Que la mano de Jehová la hizo?

217

¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre parlero será justificado?

218

Diré á Dios: no me condenes; Hazme entender por qué pleiteas conmigo.

219

Yo le contaría el número de mis pasos, Y como príncipe me llegaría á él.

220

Pequé, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario á ti, Y que á mí mismo sea pesado?

221

No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación.

222

Y exclamó Job, y dijo:

223

Allí están el chico y el grande; Y el siervo libre de su señor.

224

El le acometerá en la cerviz, En lo grueso de las hombreras de sus escudos:

225

¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y á una arista seca has de perseguir?

226

O con los príncipes que poseían el oro, Que henchían sus casas de plata.

227

El bramido del león, y la voz del león, Y los dientes de los leoncillos son quebrantados.

228

Allí asimismo reposan los cautivos; No oyen la voz del exactor.

229

Tú dices: Mi conversar es puro, Y yo soy limpio delante de tus ojos.

230

Porque él conoce á los hombres vanos: Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?

231

Pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, Y las bestias del campo te serán pacíficas.

232

¿Por qué al hombre que no sabe por donde vaya, Y al cual Dios ha encerrado?

233

Ciertamente el oído distingue las palabras, Y el paladar gusta las viandas.

234

Fuera, como si nunca hubiera sido, Llevado desde el vientre á la sepultura.

235

Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, Imprimiéndolo á las raíces de mis pies.

236

Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo:

237

Mis hermanos han mentido cual arroyo: Pasáronse como corrientes impetuosas,

238

Si mi tierra clama contra mí, Y lloran todos sus surcos;

239

¿Cómo pues me consoláis en vano, Viniendo á parar vuestras respuestas en falacia?

240

¿Por qué escondes tu rostro, Y me cuentas por tu enemigo?

241

Ciertamente éste será el gozo de su camino; Y de la tierra de donde se traspusiere, nacerán otros.

242

Y sabrás que hay paz en tu tienda; Y visitarás tu morada, y no pecarás.

243

¿No me fundiste como leche, Y como un queso me cuajaste?

244

Si cortare, ó encerrare, O juntare, ¿quién podrá contrarrestarle?

245

Acuérdate ahora que como á lodo me diste forma: ¿Y en polvo me has de tornar?

246

Prosperan las tiendas de los ladrones, Y los que provocan á Dios viven seguros; En cuyas manos él ha puesto cuanto tienen.

247

Mas ­oh quién diera que Dios hablara, Y abriera sus labios contigo,

248

No enriquecerá, ni será firme su potencia, Ni extenderá por la tierra su hermosura.

249

¿Hasta cuándo no me dejarás, Ni me soltarás hasta que trague mi saliva?

250

Porque cubrió su rostro con su gordura, E hizo pliegues sobre los ijares;

252

También tengo yo seso como vosotros; No soy yo menos que vosotros: ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto?

253

Concibieron dolor, y parieron iniquidad; Y las entradas de ellos meditan engaño.

254

Los renuevos de su casa serán trasportados; Serán derramados en el día de su furor.

256

Y estotro morirá en amargura de ánimo, Y no habiendo comido jamás con gusto.

257

No me ha concedido que tome mi aliento; Mas hame hartado de amarguras.

258

Porque quebrantaba á la gran multitud, Y el menosprecio de las familias me atemorizó, Y callé, y no salí de mi puerta:

259

Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras.

260

Que se alegran sobremanera, Y se gozan, cuando hallan el sepulcro?

261

Los que te aborrecen, serán vestidos de confusión; Y la habitación de los impíos perecerá.

263

¿Parécete bien que oprimas, Que deseches la obra de tus manos, Y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos?

264

En el hambre te redimirá de la muerte, Y en la guerra de las manos de la espada.

265

En imaginaciones de visiones nocturnas, Cuando el sueño cae sobre los hombres,

266

He aquí, Dios no aborrece al perfecto, Ni toma la mano de los malignos.

267

Sobre saber tú que no soy impío, Y que no hay quien de tu mano libre?

268

Ciertamente yo conozco que es así: ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?

270

¿Comeráse lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo?

271

¿Tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre?

272

Pues antes que mi pan viene mi suspiro; Y mis gemidos corren como aguas.

273

Su mies comerán los hambrientos, Y sacaránla de entre las espinas, Y los sedientos beberán su hacienda.

275

¿Son tus días como los días del hombre, O tus años como los tiempos humanos,

276

Para que inquieras mi iniquidad, Y busques mi pecado,

277

El león viejo perece por falta de presa, Y los hijos del león son esparcidos.

278

Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, Y el número de años es escondido al violento.

281

Asimismo echarás de ver que tu simiente es mucha, Y tu prole como la hierba de la tierra.

282

Y RESPONDIO Job, y dijo:

283

Y RESPONDIO Job y dijo:

284

Acuérdate que mi vida es viento, Y que mis ojos no volverán á ver el bien.

285

Yo he visto al necio que echaba raíces, Y en la misma hora maldije su habitación.

286

Vanse entretejiendo sus raíces junto á una fuente, Y enlazándose hasta un lugar pedregoso.

288

Sobrevínome un espanto y un temblor, Que estremeció todos mis huesos:

289

Si tú de mañana buscares á Dios, Y rogares al Todopoderoso;

291

Que están escondidas por la helada, Y encubiertas con nieve;

292

He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.

294

La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él, ¿quién es? ¿dónde está?

295

Sus hijos estarán lejos de la salud, Y en la puerta serán quebrantados, Y no habrá quien los libre.

296

Así poseo yo meses de vanidad, Y noches de trabajo me dieron por cuenta.

299

¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, Y las palabras de tu boca serán como un viento fuerte?

300

Ahora ciertamente como ellas sois vosotros: Que habéis visto el tormento, y teméis.

301

¿Acaso pervertirá Dios el derecho, O el Todopoderoso pervertirá la justicia?

302

Y RESPONDIO Eliphaz el Temanita, y dijo:

303

Las piedras son desgastadas con el agua impetuosa, Que se lleva el polvo de la tierra: de tal manera haces tú perecer la esperanza del hombre.

304

Que Job no habla con sabiduría, Y que sus palabras no son con entendimiento.

305

¿Os he dicho yo: Traedme, Y pagad por mí de vuestra hacienda;

306

Y lo visites todas las mañanas, Y todos los momentos lo pruebes?

307

Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Y mide mi corazón la noche, Y estoy harto de devaneos hasta el alba.

308

Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; Demudarás su rostro, y enviaráslo.

309

Que arranca los montes con su furor, Y no conocen quién los trastornó:

310

¿Acaso gime el asno montés junto á la hierba? ¿Muge el buey junto á su pasto?

311

Que al tiempo del calor son deshechas, Y en calentándose, desaparecen de su lugar;

312

Y el Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata á montones.

313

Como el siervo anhela la sombra, Y como el jornalero espera el reposo de su trabajo:

314

Si tus hijos pecaron contra él, El los echó en el lugar de su pecado.

315

Oh si pesasen al justo mi queja y mi tormento, Y se alzasen igualmente en balanza!

316

Disputadores son mis amigos: Mas á Dios destilarán mis ojos.

318

Porque pesaría aquél más que la arena del mar: Y por tanto mis palabras son cortadas.

320

Si fueres limpio y derecho, Cierto luego se despertará sobre ti, Y hará próspera la morada de tu justicia.

321

Porque á su pecado añadió impiedad: Bate las manos entre nosotros, Y contra Dios multiplica sus palabras.

322

Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.

323

Apártanse de la senda de su rumbo, Van menguando y piérdense.

324

Huirá de las armas de hierro, Y el arco de acero le atravesará.

325

El negocio también me era á mí oculto; Mas mi oído ha percibido algo de ello.

326

Determinarás asimismo una cosa, y serte ha firme; Y sobre tus caminos resplandecerá luz.

327

Si azote mata de presto, Ríese de la prueba de los inocentes.

328

Pasaron cual navíos veloces: Como el águila que se arroja á la comida.

330

También os arrojáis sobre el huérfano, Y hacéis hoyo delante de vuestro amigo.

331

Serán como la paja delante del viento, Y como el tamo que arrebata el torbellino.

332

Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el que reprende de vosotros?

333

Mas fueron avergonzados por su esperanza; Porque vinieron hasta ellas, y halláronse confusos.

334

Y libradme de la mano del opresor, Y redimidme del poder de los violentos?

335

¿Pensáis censurar palabras, Y los discursos de un desesperado, que son como el viento?

338

¿Hay iniquidad en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir las cosas depravadas?

339

Ahora pues, si queréis, mirad en mí, Y ved si miento delante de vosotros.

340

Si quisiere contender con él, No le podrá responder á una cosa de mil.

342

Aunque me lave con aguas de nieve, Y limpie mis manos con la misma limpieza,

343

Contúrbanme todos mis trabajos; Sé que no me darás por libre.

344

Al desnudo hacen dormir sin ropa, Y que en el frío no tenga cobertura.

346

Y su hacienda era siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muchísimos criados: y era aquel varón grande más que todos los Orientales.

347

Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras á Job, Jehová dijo á Eliphaz Temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros: porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job.

348

Tornad ahora, y no haya iniquidad; Volved aún á considerar mi justicia en esto.

349

Yo soy impío, ¿Para qué trabajaré en vano?

350

Si digo: Olvidaré mi queja, Dejaré mi aburrimiento, y esforzaréme:

353

Y OTRO día aconteció que vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satán vino también entre ellos pareciendo delante de Jehová.

355

Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y santificábalos, y levantábase de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado á Dios en s

356

Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, Cuyo fundamento está en el polvo, Y que serán quebrantados de la polilla!

357

Y dijo Jehová á Satán: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satán á Jehová, dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.

359

He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, Y las imaginaciones que contra mí forjáis.

360

El no creerá que ha de volver de las tinieblas, Y está mirando al cuchillo.

361

Y un espíritu pasó por delante de mí, Que hizo se erizara el pelo de mi carne.

363

Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y hame acontecido lo que temía.

364

De la mañana á la tarde son quebrantados, Y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere.

366

Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñecerá aún, Y sus renuevos no faltarán.

368

Y Jehová dijo á Satán: ¿No has considerado á mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado de mal, y que aun retiene su perfección, habiéndome tú incitado contra él, para que lo arruinara sin caus

369

Y en efecto, pregunta ahora á las bestias, que ellas te enseñarán; Y á las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;

370

¿Su hermosura, no se pierde con ellos mismos? Mueren, y sin sabiduría.

371

Al que vacilaba, enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían.

372

Y vinieron é él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y condoliéronse de él, y consoláronle de todo aquel mal que sobre él había Jehová traído; y cada uno de ellos le dió una

373

Y después de deshecha esta mi piel, Aun he de ver en mi carne á Dios;

374

Igualmente yacerán ellos en el polvo, Y gusanos los cubrirán.

375

Cuando fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá: Y Dios salvará al humilde de ojos.

376

¿Podrás tú impedir las delicias de las Pléyades, O desatarás las ligaduras del Orión?

377

¿CAZARAS tú la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos,

381

Paróse un fantasma delante de mis ojos, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía:

383

A más de eso respondió Jehová á Job y dijo:

384

Quién me diera quien me oyese! He aquí mi impresión es que el Omnipotente testificaría por mí, Aunque mi adversario me hiciera el proceso.

385

Los cielos descubrirán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él.

386

Empero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, é hizo.

387

CIERTAMENTE la plata tiene sus veneros, Y el oro lugar donde se forma.

389

Empero como las centellas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción.

390

He aquí, tú enseñabas á muchos, Y las manos flacas corroborabas;

391

E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban á llamar sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.

392

El que en el vientre me hizo á mí, ¿no lo hizo á él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?

393

El que extiende solo los cielos, Y anda sobre las alturas de la mar:

394

MAS ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; Cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado.

395

¿Has tú entrado en los tesoros de la nieve, O has visto los tesoros del granizo,

396

Y tres amigos de Job, Eliphaz Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamathita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían concertado de venir juntos á condolecerse de él, y á consolarle.

397

¿SACARAS tú al leviathán con el anzuelo, O con la cuerda que le echares en su lengua?

398

Temed vosotros delante de la espada; Porque sobreviene el furor de la espada á causa de las injusticias, Para que sepáis que hay un juicio.

399

Empero ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la prudencia?

400

Así el hombre yace, y no se tornará á levantar: Hasta que no haya cielo no despertarán, Ni se levantarán de su sueño.

402

Si probáremos á hablarte, serte ha molesto; Mas ¿quién podrá detener las palabras?

403

No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos aumentará la fuerza.

406

Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, Y qué de la tienda de las moradas de los impíos?

407

¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría?

409

¿Quién encerró con puertas la mar, Cuando se derramaba por fuera como saliendo de madre;

410

Y RESPONDIO Eliphaz Temanita, y dijo:

411

Y RESPONDIO Job, y dijo:

412

No hay entre nosotros árbitro Que ponga su mano sobre nosotros ambos.

414

Si he mirado al sol cuando resplandecía, Y á la luna cuando iba hermosa,

416

Que ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; Sois todos vosotros médicos nulos.

417

Si tuviera cerca de él Algún elocuente anunciador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber;

418

Y RESPONDIO Job, y dijo:

420

En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal.

422

El sepulcro es descubierto delante de él, Y el infierno no tiene cobertura.

423

Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios; Mas el hombre no entiende.

424

¿Querrá el unicornio servirte á ti, Ni quedar á tu pesebre?

425

Mas el hombre morirá, y será cortado; Y perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?

426

He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.

427

Y RESPONDIO Job, y dijo:

428

Tus manos me formaron y me compusieron Todo en contorno: ¿y así me deshaces?

429

¿Traerá el hombre provecho á Dios, Porque el sabio sea provechoso á sí mismo?

431

¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular,

432

Oh quién me diera que me escondieses en el sepulcro, Que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!

433

Cuando lavaba yo mis caminos con manteca, Y la piedra me derramaba ríos de aceite!

434

En lugar de trigo me nazcan abrojos, Y espinas en lugar de cebada.

435

Dicen pues á Dios: Apártate de nosotros, Que no queremos el conocimiento de tus caminos.

436

El que hizo el Arcturo, y el Orión, y las Pléyadas, Y los lugares secretos del mediodía:

437

Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ­Quién diese que se escribieran en un libro!

439

Y bendijo Jehová la postrimería de Job más que su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.

440

Si él pusiese sobre el hombre su corazón, Y recogiese así su espíritu y su aliento,

442

Y RESPONDIO Eliphaz Temanita, y dijo:

443

Cosas inanimadas son formadas Debajo de las aguas, y los habitantes de ellas.

444

¿Extendiste tú con él los cielos, Firmes como un espejo sólido?

445

¿Quién es el que oscurece el consejo sin ciencia? Por tanto yo denunciaba lo que no entendía; Cosas que me eran ocultas, y que no las sabía.

447

Y RESPONDIO Sophar Naamathita, y dijo:

448

¿No habéis preguntado á los que pasan por los caminos, Por cuyas señas no negaréis,

449

Si yo espero, el sepulcro es mi casa: Haré mi cama en las tinieblas.

450

Desenvainará y sacará saeta de su aljaba, Y relumbrante pasará por su hiel: Sobre él vendrán terrores.

451

HE AQUI que todas estas cosas han visto mis ojos, Y oído y entendido de por sí mis oídos.

452

Cuando salía á la puerta á juicio, Y en la plaza hacía preparar mi asiento,

453

¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, Y el hijo de hombre, también gusano?

454

Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, Cuando ellos pleitearan conmigo,

455

¿Has tu mandado á la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar,

456

Y CESARON estos tres varones de responder á Job, por cuanto él era justo en sus ojos.

458

El primogénito de la muerte comerá los ramos de su piel, Y devorará sus miembros.

462

He aquí que en sus santos no confía, Y ni los cielos son limpios delante de sus ojos:

463

Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad á mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto á él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado por mí con rec

464

Quién me diera el saber dónde hallar á Dios! Yo iría hasta su silla.

465

El rompe la mar con su poder, Y con su entendimiento hiere la hinchazón suya.

466

¿Diste tú hermosas alas al pavo real, O alas y plumas al avestruz?

467

Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo:

468

Que la alegría de los impíos es breve, Y el gozo del hipócrita por un momento?

470

Su furor me destrizó, y me ha sido contrario: Crujió sus dientes contra mí; Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.

471

Por tanto, varones de seso, oidme; Lejos esté de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la iniquidad.

474

Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho;

475

Y VOLVIO Job á tomar su propósito, y dijo:

477

He aquí, estas son partes de sus caminos: ­Mas cuán poco hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo detendrá?

478

Los terrones del valle le serán dulces; Y tras de él será llevado todo hombre, Y antes de él han ido innumerables.

479

He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré:

480

Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo:

481

¿Has entrado tú hasta los profundos de la mar, Y has andado escudriñando el abismo?

482

El reduce las gotas de las aguas, Al derramarse la lluvia según el vapor;

483

Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, Y me lo ataría en lugar de corona.

484

¿Cuándo pondréis fin á las palabras? Entended, y después hablemos.

485

Y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, Y ahí parará la hinchazón de tus ondas?

488

Ciertamente la luz de los impíos será apagada, Y no resplandecerá la centella de su fuego.

489

Quién me tornase como en los meses pasados, Como en los días que Dios me guardaba,

491

Las columnas del cielo tiemblan, Y se espantan de su reprensión.

492

Entonces Eliú hijo de Barachêl, Bucita, de la familia de Ram, se enojó con furor contra Job: enojóse con furor, por cuanto justificaba su vida más que á Dios.

493

ADEMAS respondió Eliú, y dijo:

494

PUESTO que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿Por qué los que le conocen no ven sus días?

495

¿Habéis de hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por él engaño?

496

A los rincones de la huesa descenderán, Y juntamente descansarán en el polvo.

497

Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra.

498

¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?

499

¿Sacarás tú á su tiempo los signos de los cielos, O guiarás el Arcturo con sus hijos?

500

Al son de tamboril y cítara saltan, Y se huelgan al son del órgano.

502

Las nubes son su escondedero, y no ve; Y por el circuito del cielo se pasea.

503

Si el mal se endulzó en su boca, Si lo ocultaba debajo de su lengua;

504

Vestíame de justicia, y ella me vestía como un manto; Y mi toca era juicio.

505

A ESTO también se espanta mi corazón, Y salta de su lugar.

506

¿Por dónde va el camino á la habitación de la luz, Y dónde está el lugar de las tinieblas?

508

Su confianza será arrancada de su tienda, Y harále esto llevar al rey de los espantos.

509

¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.

510

¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda á esto.

511

¿Quieres tú guardar la senda antigua, Que pisaron los hombres perversos?

513

Salen sus chiquitos como manada, Y sus hijos andan saltando.

514

El señorío y el temor están con él: El hace paz en sus alturas.

515

También yo hablaría como vosotros. Ojalá vuestra alma estuviera en lugar de la mía, Que yo os tendría compañía en las palabras, Y sobre vosotros movería mi cabeza.

519

¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos á él?

520

Tú también disipas el temor, Y menoscabas la oración delante de Dios.

522

He venido á ser hermano de los dragones, Y compañero de los buhos.

523

¿Diste tú al caballo la fortaleza? ¿Vestiste tú su cerviz de relincho?

524

Porque sacaste prenda á tus hermanos sin causa, E hiciste desnudar las ropas de los desnudos.

525

Viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible.

526

Porque el oído prueba las palabras, Como el paladar gusta para comer.

527

¿Oíste tú el secreto de Dios, Que detienes en ti solo la sabiduría?

528

ENTONCES respondió Jehová á Job desde la oscuridad, y dijo:

529

Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y hazme saber tú.

530

Ellos son los que, rebeldes á la luz, Nunca conocieron sus caminos, Ni estuvieron en sus veredas.

531

¿Cuánto menos á aquel que no hace acepción de personas de príncipes, Ni el rico es de él más respetado que el pobre? Porque todos son obras de sus manos.

532

Porque la sociedad de los hipócritas será asolada, Y fuego consumirá las tiendas de soborno.

534

Muchas veces he oído cosas como estas: Consoladores molestos sois todos vosotros.

536

Por cierto tu malicia es grande, Y tus maldades no tienen fin.

539

¿Si proferirá el sabio vana sabiduría, Y henchirá su vientre de viento solano?

540

Próspero estaba, y desmenuzóme: Y arrebatóme por la cerviz, y despedazóme, Y púsome por blanco suyo.

541

El hierro se saca del polvo, Y de la piedra es fundido el metal.

542

Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve debajo de todo el cielo.

543

El será cortado antes de su tiempo, Y sus renuevos no reverdecerán.

544

Las viudas enviaste vacías, Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.

545

Oh cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, Y viene sobre ellos su quebranto, Y Dios en su ira les reparte dolores!

546

No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con hombre de lisonjeros títulos.

547

Veneno de áspides chupará; Matarálo lengua de víbora.

548

No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya acrimonia se detienen mis ojos.

549

Si tú lo dejares, él dejará de ser: Entre tanto deseará, como el jornalero, su día.

550

Quite de sobre mí su vara, Y su terror no me espante.

551

Mi piel está denegrida sobre mí, Y mis huesos se secaron con ardentía.

553

¿Sería bueno que él os escudriñase? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?

554

Yo cosí saco sobre mi piel, Y cargué mi cabeza de polvo.

555

Entre nosotros también hay cano, también hay viejo Mucho mayor en días que tu padre.

556

Si comí su sustancia sin dinero, O afligí el alma de sus dueños;

557

Esparce furores de tu ira: Y mira á todo soberbio, y abátelo.

558

Mas yo hablaría con el Todopoderoso, Y querría razonar con Dios.

559

¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás á mí, para justificarte á ti?

560

Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; No soy menos que vosotros.

561

Y respondió Eliú hijo de Barachêl, Buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; He tenido por tanto miedo, y temido declararos mi opinión.

562

Aun me hundirás en el hoyo, Y mis propios vestidos me abominarán.

563

Tronará Dios maravillosamente con su voz; El hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.

564

Por cuanto él extendió su mano contra Dios, Y se esforzó contra el Todopoderoso,

565

Ojalá callarais del todo, Porque os fuera sabiduría.

566

¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?

567

Arruinóme por todos lados, y perezco; Y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado.

568

Vive Dios, el cual ha apartado mi causa, Y el Omnipotente, que amargó el alma mía,

570

También sobre su cama es castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos,

571

Hizo alejar de mí mis hermanos, Y positivamente se extrañaron de mí mis conocidos.

572

Las aguas de la mar se fueron, Y agotóse el río, secóse.

573

Nunca tal acontezca que yo os justifique: Hasta morir no quitaré de mí mi integridad.

574

De coral ni de perlas no se hará mención: La sabiduría es mejor que piedras preciosas.

575

¿Quién puso la sabiduría en el interior? ¿O quién dió al entendimiento la inteligencia?

576

Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus genitales son entretejidos.

577

Oid atentamente mi palabra, Y sea esto vuestros consuelos.

578

¿Quién repartió conducto al turbión, Y camino á los relámpagos y truenos,

579

Oh tú, que despedazas tu alma con tu furor, ¿Será dejada la tierra por tu causa, Y serán traspasadas de su lugar las peñas?

580

Atavíate ahora de majestad y de alteza: Y vístete de honra y de hermosura.

581

Y establecí sobre ella mi decreto, Y le puse puertas y cerrojo,

582

Toda carne perecería juntamente, Y el hombre se tornaría en polvo.

584

En el pedernal puso su mano, Y trastornó los montes de raíz.

585

Como sueño volará, y no será hallado: Y disiparáse como visión nocturna.

586

Soportadme, y yo hablaré; Y después que hubiere hablado, escarneced.

587

¿Se remonta el águila por tu mandamiento, Y pone en alto su nido?

588

Hoy también hablaré con amargura; Que es más grave mi llaga que mi gemido.

589

¿Y sobre éste abres tus ojos, Y me traes á juicio contigo?

590

El es la cabeza de los caminos de Dios: El que lo hizo, puede hacer que su cuchillo á él se acerque.

591

Porque tu boca declaró tu iniquidad, Pues has escogido el hablar de los astutos.

592

POR tanto, Job, oye ahora mis razones, Y escucha todas mis palabras.

593

¿Hante sido descubiertas las puertas de la muerte, Y has visto las puertas de la sombra de muerte?

595

Asimismo te apartaría de la boca de la angustia A lugar espacioso, libre de todo apuro; Y te asentará mesa llena de grosura.

596

He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿Qué enseñador semejante á él?

597

¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará por medio de la oscuridad?

598

Escuchadme, y hablaré yo, Y véngame después lo que viniere.

599

Que cogían malvas entre los arbustos, Y raíces de enebro para calentarse.

600

He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.

603

¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras?

604

Dios ha enervado mi corazón, Y hame turbado el Omnipotente.

605

Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención:

606

Y después de esto vivió Job ciento y cuarenta años, y vió á sus hijos, y á los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.

607

Si fué mi corazón engañado acerca de mujer, Y si estuve acechando á la puerta de mi prójimo:

608

De todas partes lo asombrarán temores, Y haránle huir desconcertado.

609

A la huesa tengo dicho: Mi padre eres tú; A los gusanos: Mi madre y mi hermana.

610

El infierno y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos.

611

Tu boca te condenará, y no yo; Y tus labios testificarán contra ti.

612

¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?

614

Mas yo os alentaría con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría el dolor vuestro.

615

¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Has amparado al brazo sin fortaleza?

616

¿No sabes esto que fué siempre, Desde el tiempo que fué puesto el hombre sobre la tierra,

617

Mis pies tomaron su rastro; Guardé su camino, y no me aparté.

618

De la luz será lanzado á las tinieblas, Y echado fuera del mundo.

619

Vinieron sus ejércitos á una, y trillaron sobre mí su camino, Y asentaron campo en derredor de mi tienda.

620

Con sus estornudos encienden lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba.

621

¿Pondrás tú garfio en sus narices, Y horadarás con espinas su quijada?

622

El mira sobre los hombres; y el que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado;

623

Cercáronme sus flecheros, Partió mis riñones, y no perdonó: Mi hiel derramó por tierra.

625

Por tanto hay lazos alrededor de ti, Y te turba espanto repentino;

626

Los pasos de su pujanza serán acortados, Y precipitarálo su mismo consejo.

627

Pon ahora, dame fianza para litigar contigo: ¿Quién tocará ahora mi mano?

628

Si hablo, mi dolor no cesa; Y si dejo de hablar, no se aparta de mí.

629

Pues haces frente á Dios con tu espíritu, Y sacas tales palabras de tu boca?

630

¿De dónde pues vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?

631

La reprensión de mi censura he oído, Y háceme responder el espíritu de mi inteligencia.

632

Tú me has arrugado; testigo es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.

633

Cuando puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad.

634

Mi rostro está enlodado con lloro, Y mis párpados entenebrecidos:

635

Abrieron contra mí su boca; Hirieron mis mejillas con afrenta; Contra mí se juntaron todos.

636

Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, Y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.

638

¿Atarás tú al unicornio con su coyunda para el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti?

639

Mira á todo soberbio, y humíllalo, Y quebranta á los impíos en su asiento.

640

Para que ocupe los fines de la tierra, Y que sean sacudidos de ella los impíos?

641

Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, Y qué heredad el Omnipotente de las alturas?

642

Empero ahora me ha fatigado: Has tú asolado toda mi compañía.

644

Quebrantóme de quebranto sobre quebranto; Corrió contra mí como un gigante.

645

Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, Y me regocijé cuando le halló el mal;

649

Y REASUMIO Job su discurso, y dijo:

651

Y llamó el nombre de la una, Jemimah, y el nombre de la segunda, Cesiah, y el nombre de la tercera, Keren-happuch.

652

El ojo del adúltero está aguardando la noche, Diciendo: No me verá nadie: Y esconde su rostro.

653

Trasmúdase como lodo bajo de sello, Y viene á estar como con vestidura:

654

Y respondió Job á Jehová, y dijo:

655

Sí, por cierto, Dios no hará injusticia, Y el Omnipotente no pervertirá el derecho.

656

Y AÑADIO Eliú, y dijo:

657

Y RESPONDIO Job, y dijo:

658

He aquí que Dios es grande, mas no desestima á nadie; Es poderoso en fuerza de sabiduría.

659

Y ahora yo soy su canción, Y he sido hecho su refrán.

660

Que nos enseña más que á las bestias de la tierra, Y nos hace sabios más que las aves del cielo?

661

En su tienda morará como si no fuese suya: Piedra azufre será esparcida sobre su morada.

662

Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo,

663

La luz se oscurecerá en su tienda, Y apagaráse sobre él su lámpara.

665

Mas si vosotros os engrandeciereis contra mí, Y adujereis contra mí mi oprobio,

666

Sus huesos son fuertes como bronce, Y sus miembros como barras de hierro.

668

Porque él pagará al hombre según su obra, Y él le hará hallar conforme á su camino.

669

Porque es fuego que devoraría hasta el sepulcro, Y desarraigaría toda mi hacienda.

670

Por cierto mis pensamientos me hacen responder, Y por tanto me apresuro.

671

¿Vuela el gavilán por tu industria, Y extiende hacia el mediodía sus alas?

672

Los cuales fueron cortados antes de tiempo, Cuyo fundamento fué como un río derramado:

673

De los peñascos cortó ríos, Y sus ojos vieron todo lo preciado.

674

Por tanto, no sentirá él sosiego en su vientre, Ni salvará nada de lo que codiciaba.

675

Miradme, y espantaos, Y poned la mano sobre la boca.

676

El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en potencia; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.

677

No se igualará con ella esmeralda de Ethiopía; No se podrá apreciar con oro fino.

678

¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?

679

Mi aliento vino á ser extraño á mi mujer, Aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba.

680

Porque red será echada en sus pies, Y sobre red andará.

681

Sabed ahora que Dios me ha trastornado, Y traído en derredor su red sobre mí.

682

¿Naciste tú primero que Adam? ¿O fuiste formado antes que los collados?

685

Así hace retirarse á todo hombre, Para que los hombres todos reconozcan su obra.

687

¿Deleitaráse en el Omnipotente? ¿Invocará á Dios en todo tiempo?

688

He aquí, como asnos monteses en el desierto, Salen á su obra madrugando para robar; El desierto es mantenimiento de sus hijos.

689

¿Habéis de hacer acepción de su persona? ¿Habéis de pleitear vosotros por Dios?

690

El me ha puesto por parábola de pueblos, Y delante de ellos he sido como tamboril.

691

Porque á éstos has tú escondido su corazón de inteligencia: Por tanto, no los ensalzarás.

692

Su comida se mudará en sus entrañas, Hiel de áspides será dentro de él.

693

Con su estiércol perecerá para siempre: Los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?

694

Que decían á Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Omnipotente?

695

No verá los arroyos, los ríos, Los torrentes de miel y de manteca.

696

Lazo prenderá su calcañar: Afirmaráse la trampa contra él.

697

¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró?

698

La gloria de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente.

699

¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y diránte ellos: Henos aquí?

700

(Que ni aun entregué al pecado mi paladar, Pidiendo maldición para su alma;)

702

Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y explícame.

704

Ya me habéis vituperado diez veces: ¿No os avergonzáis de descomediros delante de mí?

705

El os reprochará de seguro, Si solapadamente hacéis acepción de personas.

706

No puede ser apreciada con oro de Ophir, Ni con onique precioso, ni con zafiro.

707

Oid atentamente su voz terrible, y el sonido que sale de su boca.

708

Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.

709

Sus pollos chupan la sangre: Y donde hubiere cadáveres, allí está.

710

Menosprecia toda cosa alta: Es rey sobre todos los soberbios.

711

Clamo á ti, y no me oyes; Preséntome, y no me atiendes.

712

A la luz se levanta el matador, mata al pobre y al necesitado, Y de noche es como ladrón.

713

De la ciudad gimen los hombres, Y claman las almas de los heridos de muerte: Mas Dios no puso estorbo.

714

Cuando él hizo ley á la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos:

715

Porque lleno estoy de palabras, Y el espíritu de mi vientre me constriñe.

716

Devoró riquezas, mas vomitarálas; De su vientre las sacará Dios.

717

El pues acabará lo que ha determinado de mí: Y muchas cosas como estas hay en él.

718

Si le parecía bien, y no lo dejaba, Mas antes lo detenía entre su paladar;

719

Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo;

720

El restriñe la faz de su trono, Y sobre él extiende su nube.

721

Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo.

722

De su grandeza tienen temor los fuertes, Y á causa de su desfallecimiento hacen por purificarse.

723

No quitará sus ojos del justo; Antes bien con los reyes los pondrá en solio para siempre, Y serán ensalzados.

724

Vuestras memorias serán comparadas á la ceniza, Y vuestros cuerpos como cuerpos de lodo.

725

Y si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;

726

Ordenaría juicio delante de él, Y henchiría mi boca de argumentos.

727

El que denuncia lisonjas á sus prójimos, Los ojos de sus hijos desfallezcan.

730

Heme aquí á mí en lugar de Dios, conforme á tu dicho: De lodo soy yo también formado.

731

Dios guardará para sus hijos su violencia; Y le dará su pago, para que conozca.

733

¿Cortarás tú con cuchillo su cuero, O con asta de pescadores su cabeza?

734

Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí, Siendo cortado el número de sus meses?

736

Y no se hallaron mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra: y dióles su padre herencia entre sus hermanos.

738

He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.

739

Hame entregado Dios al mentiroso, Y en las manos de los impíos me hizo estremecer.

740

Si no me bendijeron sus lomos, Y del vellón de mis ovejas se calentaron;

741

Dios redimirá su alma, que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz.

742

Cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, Y los ojos que me veían, me daban testimonio:

743

¿Tienen sus ejércitos número? ¿Y sobre quién no está su luz?

744

Sus huesos están llenos de sus mocedades, Y con él serán sepultados en el polvo.

745

¿Tendrán fin las palabras ventosas? O ¿qué te animará á responder?

746

Y PROCEDIENDO Eliú en su razonamiento, dijo:

747

De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, Y se rompe como odres nuevos.

748

No hay tinieblas ni sombra de muerte Donde se encubran los que obran maldad.

749

Mas volved todos vosotros, y venid ahora, Que no hallaré entre vosotros sabio.

750

¿Qué sabes tú que no sepamos? ¿Qué entiendes que no se halle en nosotros?

751

Echaráse debajo de las sombras, En lo oculto de las cañas, y de los lugares húmedos.

752

La bendición del que se iba á perder venía sobre mí; Y al corazón de la viuda daba alegría.

753

Senda que nunca la conoció ave, Ni ojo de buitre la vió:

754

Lo antecogerá el solano, y partirá; Y tempestad lo arrebatará del lugar suyo.

755

Y yo también te confesaré Que podrá salvarte tu diestra.

757

Cuando alguno lo alcanzare, ni espada, Ni lanza, ni dardo, ni coselete durará.

758

Sus casas seguras de temor, Ni hay azote de Dios sobre ellos.

759

Nadie hay tan osado que lo despierte: ¿Quién pues podrá estar delante de mí?

760

Antes como que dice entre los clarines: ­Ea! Y desde lejos huele la batalla, el grito de los capitanes, y la vocería.

761

Y si estuvieren prendidos en grillos, Y aprisionados en las cuerdas de aflicción,

762

¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.

764

Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz hasta los fines de la tierra.

766

Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta.

767

Hanse revuelto turbaciones sobre mí; Combatieron como viento mi alma, Y mi salud pasó como nube

769

He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, Y su fortaleza en el ombligo de su vientre.

770

Fueron pues Eliphaz Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamatita, é hicieron como Jehová les dijo: y Jehová atendió á Job.

771

Yo era ojos al ciego, Y pies al cojo.

772

Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos; Huían á la soledad, á lugar tenebroso, asolado y desierto.

773

Cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, A la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad;

774

Como fué en los días de mi mocedad, Cuando el secreto de Dios estaba en mi tienda;

775

¿Por qué somos tenidos por bestias, Y en vuestros ojos somos viles?

776

Pusieron la noche por día, Y la luz se acorta delante de las tinieblas.

777

Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, Y mis labios proferirán pura sabiduría.

778

¿Tiene su contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, O provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?

779

Abajo se secarán sus raíces, Y arriba serán cortadas sus ramas.

780

De sus narices sale humo, Como de una olla ó caldero que hierve.

781

Si al norte él obrare, yo no lo veré; Al mediodía se esconderá, y no lo veré.

782

Unas veces por azote, otras pos causa de su tierra, Otras por misericordia las hará parecer.

783

El oro no se le igualará, ni el diamante; Ni se trocará por vaso de oro fino.

784

¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo?

785

De dentro de sus paredes exprimen el aceite, Pisan los lagares, y mueren de sed.

786

Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; Forastero fuí yo en sus ojos.

787

El cual desampara en la tierra sus huevos, Y sobre el polvo los calienta,

788

A las tinieblas puso término, Y examina todo á la perfección, Las piedras que hay en la oscuridad y en la sombra de muerte.

789

Verán sus ojos su quebranto, Y beberá de la ira del Todopoderoso.

791

Restituirá el trabajo conforme á la hacienda que tomó; Y no tragará, ni gozará.

792

Dios entiende el camino de ella, Y él conoce su lugar.

795

Detendrá su alma de corrupción, Y su vida de que pase á cuchillo.

796

Por lo cual teme que en su ira no te quite con golpe, El cual no puedas apartar de ti con gran rescate.

797

¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?

798

Si amontonare plata como polvo, Y si preparare ropa como lodo;

799

Llamé á mi siervo, y no respondió; De mi propia boca le suplicaba.

800

Las partes momias de su carne están apretadas: Están en él firmes, y no se mueven.

801

Su cuerda está escondida en la tierra, Y su torzuelo sobre la senda.

802

Acuérdate de engrandecer su obra, La cual contemplan los hombres.

803

En el campo siegan su pasto, Y los impíos vendimian la viña ajena.

804

Una vez hablé, y no responderé: Aun dos veces, mas no tornaré á hablar.

805

Su memoria perecerá de la tierra, Y no tendrá nombre por las calles.

806

¿Pleitearía conmigo con grandeza de fuerza? No: antes él la pondría en mí.

807

Batirán sus manos sobre él, Y desde su lugar le silbarán.

808

Al cual yo puse casa en la soledad, Y sus moradas en lugares estériles.

809

Yo no callaré sus miembros, Ni lo de sus fuerzas y la gracia de su disposición.

810

¿Por qué camino se reparte la luz, Y se esparce el viento solano sobre la tierra?

811

Y Eliú había esperado á Job en la disputa, porque eran más viejos de días que él.

812

He aquí que su bien no está en manos de ellos: El consejo de los impíos lejos esté de mí.

813

De su boca salen hachas de fuego, Centellas de fuego proceden.

814

Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, Para hacer sobre la haz del mundo, En la tierra, lo que él les mandara.

815

Si anduve con mentira, Y si mi pie se apresuró á engaño,

816

Si fueres justo, ¿qué le darás á el? ¿O qué recibirá de tu mano?

817

¿Por qué te enajena tu corazón, Y por qué guiñan tus ojos,

818

Si subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza tocare en las nubes,

819

¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Partiránlo entre los mercaderes?

820

El quebrantará á los fuertes sin pesquisa, Y hará estar otros en su lugar.

821

Si mis pasos se apartaron del camino, Y si mi corazón se fué tras mis ojos, Y si algo se apegó á mis manos,

822

Su fuerza será hambrienta, Y á su lado estará aparejado quebrantamiento.

823

Asirán de él terrores como aguas: Torbellino lo arrebatará de noche.

824

¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?

825

El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre ellos.

826

A causa de la multitud de las violencias clamarán, Y se lamentarán por el poderío de los grandes.

827

De seguro conviene se diga á Dios: Llevado he ya castigo, no más ofenderé:

828

Fueron ensalzados por un poco, mas desaparecen, Y son abatidos como cada cual: serán encerrados, Y cortados como cabezas de espigas.

829

Si me alegré de que mi hacienda se multiplicase, Y de que mi mano hallase mucho;

830

No diste de beber agua al cansado, Y detuviste el pan al hambriento.

831

Fallecerá el alma de ellos en su mocedad, Y su vida entre los sodomitas.

832

Olvidaráse de ellos el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura; Nunca más habrá de ellos memoria, Y como un árbol serán los impíos quebrantados.

833

E hizo inflamar contra mí su furor, Y contóme para sí entre sus enemigos.

834

Oid ahora mi razonamiento, Y estad atentos á los argumentos de mis labios.

835

Ciertamente los montes producen hierba para él: Y toda bestia del campo retoza allá.

836

Abomínanme, aléjanse de mí, Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.

837

Y mi corazón se engañó en secreto, Y mi boca besó mi mano:

838

Al desnudo hacen andar sin vestido, Y á los hambrientos quitan los hacecillos.

839

Encúbrelos á todos en el polvo, Venda sus rostros en la oscuridad;

840

De cierto su alteza os había de espantar, Y su pavor había de caer sobre vosotros.

841

Contra él suena la aljaba, El hierro de la lanza y de la pica:

842

Escarba la tierra, alégrase en su fuerza, Sale al encuentro de las armas:

843

Sus hijos pobres andarán rogando; Y sus manos tornarán lo que él robó.

844

Nunca la pisaron animales fieros, Ni león pasó por ella.

845

He aquí que la esperanza acerca de él será burlada; Porque aun á su sola vista se desmayarán.

846

Endurécese para con sus hijos, como si no fuesen suyos, No temiendo que su trabajo haya sido en vano:

847

A la mujer estéril que no paría, afligió; Y á la viuda nunca hizo bien.

848

Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave.

849

¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan.

850

He aquí que él tomará el río sin inmutarse: Y confíase que el Jordán pasará por su boca.

852

Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, Y mis pensamientos todos son como sombra.

853

Porque es maldad é iniquidad, Que han de castigar los jueces.

854

Y su alma se acerca al sepulcro, Y su vida á los que causan la muerte.

855

¿Piensas ser conforme á derecho Esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios?

856

¿Castigaráte acaso, O vendrá contigo á juicio porque te teme?

857

Oíanme, y esperaban; Y callaban á mi consejo.

858

Porque le privó Dios de sabiduría, Y no le dió inteligencia.

859

Mira á los cielos, y ve, Y considera que las nubes son más altas que tú.

860

¿Hará concierto contigo Para que lo tomes por siervo perpetuo?

861

Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; Los sauces del arroyo lo cercan.

862

¿Oirá Dios su clamor Cuando la tribulación sobre él viniere?

863

Porque la mañana es á todos ellos como sombra de muerte; Si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman.

864

En su cerviz mora la fortaleza, Y espárcese el desaliento delante de él.

865

Pegado está el uno con el otro, Están trabados entre sí, que no se pueden apartar.

866

Verán los justos y se gozarán; Y el inocente los escarnecerá, diciendo:

867

Enséñame tú lo que yo no veo: Que si hice mal, no lo haré más.

868

Muela para otro mi mujer, Y sobre ella otros se encorven.

869

Su simiente con ellos, compuesta delante de ellos; Y sus renuevos delante de sus ojos.

870

Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado.

872

Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, En los cuales había perecido con el tiempo?

873

Lugar hay cuyas piedras son zafiro, Y sus polvos de oro.

874

Mas á los fuertes adelantó con su poder: Levantóse, y no se da por segura la vida.

875

Son instables más que la superficie de las aguas; Su porción es maldita en la tierra; No andarán por el camino de las viñas.

876

Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, Y toma temblor mi carne.

877

Haciendo llover sobre la tierra deshabitada, Sobre el desierto, donde no hay hombre,

878

Regando también llega á disipar la densa nube, Y con su luz esparce la niebla.

879

En un momento morirán, y á media noche Se alborotarán los pueblos, y pasarán, Y sin mano será quitado el poderoso.

880

Hijos de viles, y hombres sin nombre, Más bajos que la misma tierra.

881

Empero el hombre pudiente tuvo la tierra; Y habitó en ella el distinguido.

882

Si he visto que pereciera alguno sin vestido, Y al menesteroso sin cobertura;

883

Y él con ímpetu y furor escarba la tierra, Sin importarle el sonido de la bocina;

884

Por lo cual yo me espanto en su presencia: Consideraré, y temerélo.

885

He aquí que él buscó achaques contra mí, Y me tiene por su enemigo;

886

Los que le quedaren, en muerte serán sepultados; Y no llorarán sus viudas.

887

¿Jugarás tú con él como con pájaro, O lo atarás para tus niñas?

888

El ojo que le habrá visto, nunca más le verá; Ni su lugar le echará más de ver.

890

Detuvo los ríos en su nacimiento, E hizo salir á luz lo escondido.

891

Y ahora mi alma está derramada en mí; Días de aflicción me han aprehendido.

892

Si pecares, ¿qué habrás hecho contra él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le harás tú?

893

¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se llegará á él con freno doble?

894

¿Fiarás de él que te tornará tu simiente, Y que la allegará en tu era?

895

Sus hijos están sanos, crecen con el pasto: Salen y no vuelven á ellas.

896

O tinieblas, porque no veas; Y abundancia de agua te cubre.

897

¿Hase de decir al rey: Perverso; Y á los príncipes: Impíos?

898

¿A quién has anunciado palabras, Y cuyo es el espíritu que de ti sale?

899

Allí clamarán, y él no oirá, Por la soberbia de los malos.

900

El rico dormirá, mas no será recogido: Abrirá sus ojos, mas él no será.

901

Temerlo han por tanto los hombres: El no mira á los sabios de corazón.

902

¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Hablaráte él lisonjas?

903

No conoce su valor el hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes.

904

Oid, sabios, mis palabras; Y vosotros, doctos, estadme atentos.

905

Los rectos se maravillarán de esto, Y el inocente se levantará contra el hipócrita.

906

Habíales él henchido sus casas de bienes. Sea empero el consejo de ellos lejos de mí.

907

¿Qué hombre hay como Job, Que bebe el escarnio como agua?

908

Porque temí el castigo de Dios, Contra cuya alteza yo no tendría poder.

909

Hacen apartar del camino á los menesterosos: Y todos los pobres de la tierra se esconden.

910

De la tierra nace el pan, Y debajo de ella estará como convertida en fuego.

911

¿Le intimidarás tú como á alguna langosta? El resoplido de su nariz es formidable:

912

Y quebraba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar la presa.

913

Porque ha dicho: De nada servirá al hombre El conformar su voluntad con Dios.

914

Haste tornado cruel para mí: Con la fortaleza de tu mano me amenazas.

916

¿Disputará con palabras inútiles, Y con razones sin provecho?

917

Hace burla del espanto, y no teme, Ni vuelve el rostro delante de la espada.

918

He aquí, todas estas cosas hace Dios Dos y tres veces con el hombre;

919

¿Enseñorearáse el que aborrece juicio? ¿Y condenarás tú al que es tan justo?

920

¿No hay quebrantamiento para el impío, Y extrañamiento para los que obran iniquidad?

921

¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace parar,

922

Y esperábanme como á la lluvia, Y abrían su boca como á la lluvia tardía.

923

Bien que por esos medios castiga á los pueblos, A la multitud da comida.

924

Dios pues descargará sobre él, y no perdonará: Hará él por huir de su mano.

925

Para apartar su alma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes.

926

Si sus hijos fueren multiplicados, serán para el cuchillo; Y sus pequeños no se hartarán de pan;

927

¿Tomarálo alguno por sus ojos en armadijos, Y horadará su nariz?

929

Despierta además el oído de ellos para la corrección, Y díce les que se conviertan de la iniquidad.

930

Mi espalda se caiga de mi hombro, Y mi brazo sea quebrado de mi canilla.

931

Si alcé contra el huérfano mi mano, Aunque viese que me ayudarían en la puerta;

932

Haciendo venir delante de él el clamor del pobre, Y que oiga el clamor de los necesitados.

933

¿Quién visitó por él la tierra? ¿Y quién puso en orden todo el mundo?

934

Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.

935

Ella habita y está en la piedra, En la cumbre del peñasco y de la roca.

937

Con las nubes encubre la luz, Y mándale no brillar, interponiendo aquéllas.

938

Lo oculto de los montes es su pasto, Y anda buscando todo lo que está verde.

939

Yo os enseñaré en orden á la mano de Dios: No esconderé lo que hay para con el Omnipotente.

940

Porque de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.

941

Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia.

942

Por eso Job abrió su boca vanamente, Y multiplica palabras sin sabiduría.

943

Enojóse asimismo con furor contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado á Job.

944

Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás.

945

Luego que se levanta en alto, Búrlase del caballo y de su jinete.

946

He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia,

947

Porque Job ha dicho: Yo soy justo, Y Dios me ha quitado mi derecho.

948

Porque encubierta está á los ojos de todo viviente, y á toda ave del cielo es oculta.

949

Búrlase de la multitud de la ciudad: No oye las voces del arriero.

950

¿Alzarás tú á las nubes tu voz, Para que te cubra muchedumbre de aguas?

951

Yo sabría lo que él me respondería, Y entendería lo que me dijese.

952

Desde allí acecha la comida: Sus ojos observan de muy lejos.

953

¿Confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, Y le fiarás tu labor?

954

Denegrido ando, y no por el sol: Levantádome he en la congregación, y clamado.

955

Al hombre como tú dañará tu impiedad, Y al hijo del hombre aprovechará tu justicia.

956

Calificaba yo el camino de ellos, y sentábame en cabecera; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela llorosos.

957

Oye te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás.

958

A la mano derecha se levantaron los jóvenes; Empujaron mis pies, Y sentaron contra mí las vías de su ruina.

959

Aunque más digas, No lo mirará; Haz juicio delante de él, y en él espera.

960

No hay sobre la tierra su semejante, Hecho para nada temer.

961

Los príncipes detenían sus palabras, Ponían la mano sobre su boca;

962

¿He de mentir yo contra mi razón? Mi saeta es gravosa sin haber yo prevaricado.

964

Brota el torrente de junto al morador, Aguas que el pie había olvidado: Sécanse luego, vanse del hombre.

965

Mas si no oyeren, serán pasados á cuchillo, Y perecerán sin sabiduría.

966

Las aguas se endurecen á manera de piedra, Y congélase la haz del abismo.

967

Después de ella bramará el sonido, Tronará él con la voz de su magnificencia; Y aunque sea oída su voz, no los detiene.

968

No carga pues él al hombre más de lo justo, Para que vaya con Dios á juicio.

969

Entonces hablaré, y no le temeré: Porque así no estoy en mí mismo.

970

Y olvídase de que los pisará el pie, Y que los quebrará bestia del campo.

971

¿Dónde pues estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá?

972

Tocante á ella anunciará el trueno, su compañero, Que hay acumulación de ira sobre el que se eleva.

973

He aquí yo he esperado á vuestras razones, He escuchado vuestros argumentos, En tanto que buscabais palabras.

974

Bramaban entre las matas, Y se reunían debajo de las espinas.

975

Habitaban en las barrancas de los arroyos, En las cavernas de la tierra, y en las rocas.

976

Su carne desfallece sin verse, Y sus huesos, que antes no se veían, aparecen.

977

De cierto tú dijiste á oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían:

978

¿Quién podrá tampoco comprender la extensión de las nubes, Y el sonido estrepitoso de su pabellón?

979

Empero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquelllos tres varones, su furor se encendió.

980

Levantásteme, é hicísteme cabalgar sobre el viento, Y disolviste mi sustancia.

981

Derribóme en el lodo, Y soy semejante al polvo y á la ceniza.

982

Si me reía con ellos, no lo creían: Y no abatían la luz de mi rostro.

983

Ciertamente Dios no oirá la vanidad, Ni la mirará el Omnipotente.

984

¿Has tú considerado hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.

985

Escojamos para nosotros el juicio, Conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno;

986

Mis entrañas hierven, y no reposan; Días de aflicción me han sobrecogido.

987

Tras mi palabra no replicaban, Y mi razón destilaba sobre ellos.

988

Allí el justo razonaría con él: Y escaparía para siempre de mi juez.

989

¿Por qué están calientes tus vestidos Cuando se fija el viento del mediodía sobre la tierra?

990

En las tinieblas minan las casas, Que de día para sí señalaron; No conocen la luz.

991

Espérame un poco, y enseñarte he; Porque todavía tengo razones en orden á Dios.

992

Y va en compañía con los que obran iniquidad, Y anda con los hombres maliciosos.

993

Fué cortada nuestra sustancia, Habiendo consumido el fuego el resto de ellos.

994

Con las avenidas de los montes se mojan, Y abrazan las peñas sin tener abrigo.

995

La voz de los principales se ocultaba, Y su lengua se pegaba á su paladar:

996

Cuando el polvo se ha convertido en dureza, Y los terrones se han pegado unos con otros?

997

Tomaré mi noticia de lejos, Y atribuiré justicia á mi Hacedor.

998

Ahora bien, Job no enderezó á mí sus palabras, Ni yo le responderé con vuestras razones.

999

Haciendo que no reine el hombre hipócrita Para vejaciones del pueblo.

1000

Las cuales destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres.