53 Versículo de la Biblia sobre Adopción Espiritual
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Y dirás a Faraón: Así dice Jehová: Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir: he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.
Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán.
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los creé, los formé y los hice.
Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni pondréis calva sobre vuestros ojos por muerto;
Y Jehová te ha proclamado hoy para que le seas su peculiar pueblo como Él te lo había prometido; para que guardes todos sus mandamientos,
Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Atiende y escucha, Israel: hoy eres hecho pueblo de Jehová tu Dios.
Ellos se han corrompido a sí mismos; sus manchas no son las manchas de sus hijos, son una generación torcida y perversa. ¿Así pagas a Jehová, oh pueblo loco e ignorante? ¿No es Él tu Padre que te poseyó? Él te hizo y te estableció.
Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres.
Él edificará casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por Padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre.
Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a él he escogido por hijo, y yo le seré por Padre.
En el temor de Jehová está la fuerte confianza; y sus hijos tendrán lugar de refugio.
He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová, por señales y prodigios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos que mora en el monte de Sión.
Diré al norte: Da acá, y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra,
Pero tú eres nuestro Padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro Padre; nuestro Redentor, perpetuo es tu nombre.
Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.
Mas yo dije: ¿Cómo he de ponerte entre los hijos, y darte la tierra deseable, la rica heredad de los ejércitos de las naciones? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.
Con llanto vendrán, y entre súplicas los conduciré. Los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque yo soy Padre para Israel, y Efraín es mi primogénito.
¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿No es niño placentero? Pues desde que hablé contra él, fervientemente le he recordado. Por eso mis entrañas se conmueven por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová.
Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios. Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que en el lugar donde se les ha dicho: Vosotros no sois mi pueblo, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.
Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán llamados hijos de Dios.
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo; porque Él hace que su sol salga sobre malos y buenos; y envía lluvia sobre justos e injustos.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando nada a cambio; y vuestro galardón será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Los cuales son engendrados, no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
y no solamente por aquella nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace todas estas cosas.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: Abba Padre. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.Leer más.
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos también glorificados.
Porque el anhelo ardiente de las criaturas, espera la manifestación de los hijos de Dios.
porque las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción, en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos de la promesa son contados por simiente.
Y acontecerá que en el lugar donde les fue dicho: Vosotros no sois mi pueblo, allí serán llamados hijos del Dios viviente.
Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a Él Padre, y Él me será a mí Hijo?
Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré Padre a vosotros, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Y si vosotros sois de Cristo, entonces simiente de Abraham sois, y herederos conforme a la promesa.
para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre. Así que ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por Cristo.
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y de la familia de Dios;
que los gentiles sean coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de su promesa en Cristo por el evangelio,
de quien es nombrada toda la familia en el cielo y en la tierra,
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios, sin mancha, en medio de una generación torcida y perversa, en la cual resplandecéis como luminares en el mundo;
Porque le era preciso a Aquél por cuya causa son todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten, habiendo de llevar a la gloria a muchos hijos, perfeccionar por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
Y otra vez: Yo en Él pondré mi confianza. Y otra vez: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
Porque el Señor al que ama castiga, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis el castigo, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga?
Por otra parte, tuvimos a los padres de nuestra carne que nos disciplinaban, y los reverenciábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él apareciere, seremos semejantes a Él, porque le veremos como Él es.
En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo el que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
El que venciere, heredará todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
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