65 Versículo de la Biblia sobre Almacenar
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Entonces pusieron sobre él comisarios de tributos que los molestaran con sus cargas; y edificaron al Faraón las ciudades de almacenaje: Pitón y Ramesés.
y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y junten el trigo bajo la mano del Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
asimismo todas las ciudades donde Salomón tenía municiones, y las ciudades de los carros, y las ciudades de la gente de a caballo, y todo lo que Salomón deseó edificar en Jerusalén, en el Líbano, y en toda la tierra de su señorío.
Y edificó a Tadmor en el desierto, y todas las ciudades de municiones que edificó en el desierto. Asimismo reedificó a Bet-horón la de arriba, y a Bet-horón la de abajo, ciudades fortificadas, de muros, puertas, y barras; y a Baalat, y a todas las villas de munición que Salomón tenía; también todas las ciudades de los carros y las de la gente de a caballo; y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, y en el Líbano, y en toda la tierra de su señorío.
Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos a las ciudades de Israel; e hirieron a Ijón, Dan, y Abel-maim, y todos los tesoros de las ciudades de Neftalí.
Iba, pues, Josafat creciendo altamente; y edificó en Judá castillos y ciudades de depósitos. Y tuvo muchas obras en las ciudades de Judá, y hombres de guerra muy valientes en Jerusalén.
Y había hambre por toda la faz de la tierra. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque el hambre había crecido en la tierra de Egipto.
Y tenía Salomón doce gobernadores sobre todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abastecer por un mes en el año.
Así se completó toda la obra que dispuso hacer el rey Salomón para la Casa del SEÑOR. Y trajo Salomón lo que David su padre había dedicado (Heb. las santidades de David), es a saber, plata, oro, y vasos, y lo puso todo en guarda en las tesorerías de la Casa del SEÑOR.
Acabada toda la obra que hizo Salomón para la Casa del SEÑOR, metió Salomón en ella las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los vasos, en los tesoros de la Casa de Dios.
Y tomó todo el oro, y la plata, y todos los vasos que fueron hallados en la Casa del SEÑOR, y en los tesoros de la casa del rey, y los hijos en rehenes, y se volvió a Samaria.
Y Ezequías dio toda la plata que fue hallada en la Casa del SEÑOR, y en los tesoros de la casa real.
Y sacó de allí todos los tesoros de la Casa del SEÑOR, y los tesoros de la casa real, y quebró en pedazos todos los vasos de oro que había hecho Salomón rey de Israel en la Casa del SEÑOR, como el SEÑOR había dicho.
Y por Obed-edom, al mediodía; y por sus hijos, la casa de la consulta.
Y Azmavet hijo de Adiel tenía a su cargo los tesoros del rey; y los tesoros de los campos, de las ciudades, de las aldeas y castillos, Jonatán hijo de Uzías;
Y no se apartaron del mandamiento del rey, en cuanto a los sacerdotes y levitas, y los tesoros, y todo negocio.
Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la Casa del SEÑOR y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:
Y le respondió Azarías, sumo sacerdote, de la casa de Sadoc, y dijo: Desde que comenzaron a traer la ofrenda a la Casa del SEÑOR, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho; porque el SEÑOR ha bendecido su pueblo, y ha quedado esta gran provisión. Entonces mandó Ezequías que prepararan cámaras en la Casa del SEÑOR; y las prepararon.
Y tuvo Ezequías riquezas y mucha gloria en gran manera; y se hizo tesoros de plata y oro, de piedras preciosas, de especias, de escudos, y de todos vasos de desear. Asimismo hizo depósitos para las rentas del grano, del vino, y del aceite; establos para toda suerte de bestias, y majadas para los ganados.
Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, y cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales.
y con ciencia se llenarán las cámaras de todas las riquezas preciosas y hermosas.
Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi Casa; y probadme ahora en esto, dijo el SEÑOR de los ejércitos, y veréis si yo no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que no de abasto.
Y estando sentado Jesús delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y como vino una viuda pobre, echó dos centavos, que es un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dice: De cierto os digo, que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;Leer más.
porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su alimento.
Y mirando, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de la limosna. Y vio también una viuda pobrecilla, que echaba allí dos centavos. Y dijo: De verdad os digo, que esta pobre viuda echó más que todos;Leer más.
porque todos éstos, de lo que les sobra echaron para las ofrendas de Dios; mas ésta de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
Y tú tómate toda vianda que se come, y júntatela, y será para ti y para ellos por mantenimiento.
Haga esto el Faraón, y ponga gobernadores sobre la provincia, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia; y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y junten el trigo bajo la mano del Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
Fortificó también las fortalezas, y puso en ellas capitanes, provisiones, vino, y aceite;
Y cuando la palabra tomó fuerza al multiplicarse, les fue mutiplicado a los hijos de Israel muchas primicias de grano, vino, aceite, miel, y de todos los frutos de la tierra; y trajeron asimismo los diezmos de todas las cosas en abundancia.
para que busque en el libro de las historias de nuestros padres; y hallarás en el libro de las historias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones; por lo que esta ciudad fue destruida.
Y ahora, si al rey parece bien, búsquese en la casa de los tesoros del rey que está allí en Babilonia, si es así que por el rey Ciro haya sido dado mandamiento para edificar esta Casa de Dios que está en Jerusalén, y envíenos a decir la voluntad del rey sobre esto.
Entonces el rey Darío dio mandamiento, y buscaron en la casa de los libros, donde guardaban los tesoros allí en Babilonia. Y fue hallado en el cofre del palacio que está en la provincia de Media un libro, dentro del cual estaba escrito así: Memoria:
Que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y de nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, del vino y del aceite, a los sacerdotes, a las cámaras de la Casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra a los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades. Y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibirían el diezmo; y que los levitas ofrecerían el diezmo del diezmo en la Casa de nuestro Dios, a las cámaras en la casa del tesoro. Porque a las cámaras han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino, y del aceite; y allí estarán los vasos del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros, y los cantores; y no abandonaremos la Casa de nuestro Dios.
Mas entre aquellos fueron hallados diez hombres que dijeron a Ismael: No nos mates; porque tenemos en el campo tesoros de trigo, cebada, aceite, y miel. Y los dejó, y no los mató entre sus hermanos.
La semilla se pudrió debajo de sus terrones, los alfolíes fueron asolados y destruidos; porque se secó el trigo.
y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y junten el trigo bajo la mano del Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. Y esté aquella provisión en depósito para la tierra, para los siete años del hambre que serán en la tierra de Egipto; y la tierra no perecerá de hambre.
Mas ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre manojos de lino que tenía puestos en aquel terrado.
El que hace subir las nubes del cabo de la tierra; hizo los relámpagos en la lluvia; el que saca los vientos de sus tesoros.
Te abrirá el SEÑOR su buen depósito, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchos gentiles, y tú no tomarás prestado.
Tienes sellada en manojo mi prevaricación, y enmiendas a mi iniquidad.
¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, y has visto los tesoros del granizo, lo cual tengo yo reservado para el tiempo de la angustia, para el día de la guerra y de la batalla?
El junta como en un montón las aguas del mar; él pone por tesoros los abismos.
El que riega los montes desde sus aposentos; del fruto de sus obras se sacia la tierra.
El guarda el ser a los rectos; es escudo a los que caminan perfectamente,
a su voz se da muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y hace salir el viento de sus escondederos.
el que da con su voz multitud de aguas del cielo; después hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus tesoros.
a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos; la cual habéis oído ya por la palabra de la verdad del Evangelio;
Desde ahora, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que desean su venida.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor, Jesús el Cristo, que según su grande misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva, por la resurrección de Jesús el Cristo, de los muertos: Para la herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, conservada en los cielos, para vosotros que sois guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrer tiempo.
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
por tanto, no sentirá él sosiego en su vientre, ni escapará con su codicia.
Si puse en el oro mi esperanza, y dije al oro: Mi confianza eres tú; si me alegré de que mi hacienda se multiplicare, y de que mi mano hallare mucho; si he mirado al sol cuando resplandecía, y a la luna cuando iba hermosa,Leer más.
y mi corazón se engañó en secreto, y mi boca besó mi mano, esto también fuera iniquidad comprobada; porque habría negado al Dios soberano.
Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Y les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado muchos frutos; y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo dónde juntar mis frutos?Leer más.
Y dijo: Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Y le dijo Dios: Necio, esta noche vuelven a pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico en Dios.
Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, que eres hombre recio; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que quito lo que no puse, y que siego lo que no sembré;Leer más.
¿por qué, no diste mi dinero al banco, y yo viniendo lo recibiera con el logro?
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan:
Le dice Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Vended lo que poseéis, y dad limosna \' Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas inciertas, sino en el Dios viviente, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos; mas encomiéndales el bien hacer, el hacerse ricos en buenas obras, el dar con facilidad, el comunicar fácilmente; el atesorar para sí buen fundamento para en lo por venir, que echen mano a la vida eterna.
Mas por tu dureza, y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios;
pero los cielos que son ahora, y la tierra, son conservados por la misma Palabra, guardados para el fuego en el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos.
SEÑOR, cuando se levante tu mano, no verán; verán al cabo, y se avergonzarán con celo del pueblo. Y a tus enemigos fuego los consumirá.
Estos son fuentes sin agua, y nubes traídas de torbellino de viento; para los cuales está guardada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.
Tópicos sobre Almacenar
Almacenar tesoros en la tierra
Mateo 6:19No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;