19 Versículos de la Biblia sobre Cuidar a los demás

no mirando cada uno a lo que es suyo, mas a lo que es de los otros.

Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley del Cristo.

amando la caridad de la hermandad los unos con los otros; previniéndoos con honra los unos a los otros;

Así que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

Pero si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que el que no creyó.

El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído.

Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo mismo que fui también solícito en hacer.

La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.

Al SEÑOR presta el que da al pobre, y él le dará su paga.

Todos mis huesos dirán: SEÑOR, ¿quién como tú, que libras al pobre del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?

antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó en el Cristo.

Un mandamiento nuevo os doy: Que os ameis unos a otros; como os he amado, que también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo permanece la caridad de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.

Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis.

El que da al pobre, nunca tendrá pobreza; mas el que del pobre aparta sus ojos, tendrá muchas maldiciones.

No nos faltemos, pues, de hacer bien; que a su tiempo segaremos, si no hubiéremos faltado. Así que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

Por lo cual, consolaos y edificaos los unos a los otros, así como lo hacéis.

Vestíos pues, (como escogidos de Dios, santos y amados) de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;

para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros.